ALERTA ROJA SOBRE CUBA: América Latina puede y debe detener al imperio decadente (x Stella Calloni)

El pueblo cubano está en estos momentos sufriendo una asfixia semejante a la que  está imponiendo Israel sobre Gaza, mientras todas las informaciones convergen  sobre la flota de Estados Unidos en el Mar Caribe

CAPAC – por Stella Calloni

El pueblo cubano está en estos momentos sufriendo una asfixia semejante a la que  está imponiendo Israel sobre Gaza, mientras todas las informaciones convergen  sobre la flota de Estados Unidos en el Mar Caribe con el intento de invadir Venezuela, bajo el falso argumento del narcotráfico, convertido en “terrorismo”, y la pregunta es ¿qué ayuda humanitaria puede llegar a la isla caribeña en estas circunstancias cuando el bloqueo criminal impuesto desde hace 63 años  se agravó a sus máximos extremos por las nuevas medidas del gobierno de  Donald Trump, bajo el virtual mandato del secretario de Estado Marco Rubio, del lobby cubano americano de Miami?

El Secretario de Estados y el grupo de cubanos-americanos que integran ese lobby y están también en el gabinete de Trump, siguen actuando como sus antecesores que han mantenido desde hace más de 60 años un terrorismo permanente sobre Cuba, como la famosa Fundación Nacional Cubano Americana, que presidió hasta su muerte Jorge Lincoln Mas Canosa, manejan millones de dólares en Miami, La Florida, financiando a organizaciones terroristas creadas que asolaron, y lo siguen haciendo, a Cuba.

Fueron y son responsables de miles de muertos en ese país y de una serie de acciones que van desde bombardeos, hasta provocar incendios, sembrar pestes, etc. etc. No hay ningún político de la región que no conozca esta situación. Quien la silencia es cómplice. 

El terrorismo criminal de las organizaciones creadas como equipos de guerra terrorista fueron claves para enmascarar las acciones de la CIA norteamericana y otros organismos de inteligencia del imperio, hasta hacerse indispensables en sus tareas de muerte y  el esquema contrainsurgente, incluso para negociar con las mafias, controlar el narcotráfico, la venta ilegal de armas, entre tantos, que es lo que proporciona la impunidad con que se mueven en los países consumidores activos en donde quedan los beneficios de la venta de droga al menudeo.

Que lo digan si no las grandes empresas beneficiadas por los dineros del narco y de otras actividades terroristas, que están asolando bajo diversos disfraces, incluso supuestamente democráticos, al mundo.   

Son estos personajes siniestros que hoy están al frente de lo actuado contra Cuba, con el intento de que el pueblo de ese país termine asfixiado por la imposibilidad de que lleguen a sus puertos los equipos que se necesiten para reactivar el tendido eléctrico, y otros problemas graves que han llevado a extremos sumamente graves la situación, surgidos del agobiante bloqueo.

 Una cantidad de barcos con medicamentos y alimentos no pueden llegar a los puertos cubanos ni los equipos necesarios para los hospitales en el país que fue y es ejemplo de proveer de salud a todo el pueblo cubano gratuitamente, como educación. Hubo varios “accidentes” extraños en Cuba en los últimos tiempos, hasta rayos, centellas y tornados, que agravaron la situación de un país sitiado como se hacía en el medioevo.

Es ahora fácil fabricar un levantamiento, una protesta de un pueblo desesperado y bajo ese argumento ya están en el lugar para actuar, aunque saben la capacidad de resistencia que ha demostrado la dirigencia cubana.

Es necesario en estos momentos la solidaridad inmediata que se exprese en todo el mundo para impedir la asfixia de un pueblo, al que como en Gaza quieren rendir por hambre, o dejar por morir en total abandono y lo pueden hacer sin disparar un tiro con semejante poder en el Mar Caribe que rodea a la isla y de la que quieren apoderarse por su valor geoestratégico y por el odio de los poderosos ante el desafío de un pueblo y una dirigencia que no se rindieron nunca.

No existe en la historia de la humanidad un sitio de guerra durante 63 años. Y no sólo está en peligro gravísimo, como pocas veces antes, el pueblo cubano. Muy cercanamente Haití ha sido invadido por mercenarios armados, entre estos lo sobrevivientes de los “toton macoutes”, escuadrones de la muerte de la dictadura de Francois  Duvalier (¨Papá Doc) y luego de su hijo Jean Claude Duvalier (Baby Doc), que perduró desde 1957 a 1986.

Además de todo lo actuado por Washington desde entonces hasta hoy, incluyendo el secuestro y traslado de un presidente elegido y amado por el pueblo, como Jean- Bertrand Aristide, ex sacerdote salesiano el primer presidente elegido por el pueblo en 1991 que creó el movimiento Lavalas, inspirado en la “teología de la Liberación” derrocado en 1994 y que después fue repuesto por la comunidad internacional que en 1996 terminó su mandato y volvió a ser reelegido por el pueblo en 2001, bajo una brutal campaña del imperio una guerra económica y de todo tipo, hasta que tropas de estados Unidos lo secuestraron en 2004 y lo trasladaron a Sudáfrica con apoyo de Francia. Y ¿qué hizo la comunidad internacional durante todo el tiempo que lleva Haití sufriendo tragedias y toda forma de terrorismo encubierto con presuntas “bandas criminales” que pasan abiertamente las fronteras con la República Dominicana. El drama de Haití ha sido ignorado, a pesar de que es el primer país en producir la revolución de miles y miles de haitianos que están siendo asesinados por los mercenarios, disfrazados de bandas terroristas que desde República Dominicana o por mar han ingresado a ese. Miles de haitianos han muertos en los últimos meses en medio de un silencio atronador.

La situación regional se ve agravada con las maniobras norteamericanas en Puerto Rico que incluyen prácticas de desembarco.

No podemos dejarnos avasallar silenciosamente. Toda América Latina y el Caribe está bajo una guerra contrainsurgente, que va creciendo desde la Baja a la Alta intensidad y continuamos comportándonos como si cada una de nuestras situaciones fuera un tema “doméstico”.

Esta es la “hora de los hornos” como en su momento dijera el general Juan Domingo Perón, allá por los años 40-50 y como nos advirtió el líder cubano Fidel Castro Ruz en su legado que está vigente como nunca antes.

Estamos todos en peligro, inclusos Brasil, la única potencia de América Latina; nadie está fuera del zarpazo. Lo que está sucediendo en Argentina hoy es muy grave, como parte de este nuevo avance imperial.

El Atlántico Sur esta en este momento invadido de buques de Estados Unidos y Gran Bretaña, que ha admitido que se apoderó definitivamente de las Islas Malvinas, que son argentinas, y con éstas, las grandes riquezas del Atlántico Sur, que están explorando empresas británicas e israelíes y los abiertos canales naturales de comunicación con el Océano Pacífico.

Mientras el pueblo argentino está siendo distraído con una serie de maniobras ejecutadas como armas de guerra por un falso periodismo, que miente y silencia lo que nunca debería silenciar, como el crimen de lesa humanidad el genocidio cometido por Israel en Gaza.

Esto no es periodismo, es un mercenarismo criminal que no puede tolerar una sociedad como la nuestra, pero que tan bien se ejecuta en la otrora orgullosa Europa y en tantos países que cuesta creer “muy civilizados”.

Si Argentina, con su historia pudo ser ocupada en el sur, ¿cómo no van a aprovechar este momento político, para asfixiar a muerte a Cuba, para invadir Haití como “tropas salvadoras y redentoras” cuyo envío ya están evaluando?

Es hora de despertar. Hay que dejar de lado toda competencia, No sólo debemos lograr la unidad en forma urgente en cada país. Necesitamos liberar al periodismo del mercenarismo ya. Mañana será tarde.

Es un llamado no desesperado, sino consciente, tomado de los que nos hicieran el Comandante Fidel Castro Ruz y el presidente y líder venezolano Hugo Chávez Frías impulsando la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defesa de la Humanidad, pero también de todos los organismos que existen a lo largo de nuestro continente y que desafían enfrentan al imperio decadente, hoy más salvaje que nunca.

Estamos en peligro como lo están todos los países amenazados por la flota de Estados Unidos, los submarinos nucleares de disuasión masiva, pero de difícil implementación ya que los efectos de cualquier explosión nuclear alcanzan al territorio norteamericano. Tenemos la imaginación y la creatividad suficiente como para actuar y la certeza de que la unilateralidad terminó y no estamos sólo y con la seguridad de un Nuevo Orden Mundial ha ya comenzado.

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