Japón – Fukushima: «lo bien mal ganado se lo lleva el diablo»

Mientras el mundo se defiende contra el virus estadounidense SARS-CoV-2, en Japón el gobierno derechista considera verter al mar colosales cantidades de aguas radioactivas de los reactores fundidos de Fukushima.

por Choe Song Jun. / tomado de Naenara en castellano

Recientemente, el premier japonés Abe intenta desechar en el mar aguas contaminadas de la central nuclear No. 1 de Fukushima que contienen peligrosas sustancias radiactivas. Una personalidad del gabinete encargada del procesamiento de aguas contaminadas, al publicar el informe redactado por el Gobierno en una entrevista, sentenció que la administración de Abe consideraba como una “opción real” emitir aguas contaminadas en el mar.

Como sabe todo el mundo, la central arriba citada fue destruida por el gran terremoto producido en marzo de 2011, fluyendo gran cantidad de materiales radioactivos.

Japón contaminando el Océano Pacífico

Por eso los vienen purificando y conservando, pero su cantidad sobrepasó 1,1 millón de toneladas hasta el año pasado. Los investigadores y científicos insisten en seguir guardando aguas contaminadas en los tanques debido a la imposibilidad técnica de eliminar el tritio.

Por el contrario, la administración de Abe lo niega con persistencia e insiste en su criterio de que no habrá problema al diluir el tritio por debajo del valor normal. Es mejor echar aguas contaminadas al mar que invertir colosales fondos en el asunto no lucrativo, esto constituye la actitud real del gobierno japonés.

El acto inescrupuloso de Japón que persigue sólo el lucro de su país a costa del medio ambiente y la vida y la seguridad de la humanidad, provoca una gran protesta y condena no solo de los países vecinos sino también del interior del país.

Recientemente el gobernador de la prefectura de Ibaraki, pidiendo que volviera a revisar desde el principio sobre la emisión de aguas contaminadas al mar tomada como “opción práctica” por el Gobierno, dijo que era incomprensible su actitud, pues, les obligaba suspender sus actividades pesqueras.

Lo bien mal ganado se lo lleva el diablo. El gobierno japonés, si piensa en salir salvo y sano aún con emitir las aguas contaminadas al mar, está sumamente equivocado.

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