Los traficantes de la muerte israelíes llegan a Bolivia
Con el fin de contrarrestar a los partidarios de Morales, el nuevo ministro del Interior boliviano ha contratado a agentes de contrainsurgencia israelíes, argumentando que estos últimos son competentes para “controlar a los grupos terroristas”.
CAPAC – Press TV (traducido por el sitio de Al Manar en español)
La influencia de “Israel” en América Latina no data de hoy. Si Venezuela y Argentina escaparon a ella, fue porque la presencia de líderes de izquierda y la ola del chavismo obstaculizaron las acciones de los agentes de seguridad israelíes.
En este sentido, el periodista estadounidense Wayne Madsen escribió en un artículo publicado el 17 de diciembre en el sitio web de Alt World que con el derrocamiento de los gobiernos progresistas en toda América Latina y su reemplazo por regímenes neofascistas de la derecha, los asesores israelíes de contrainsurgencia, mejor conocidos como “traficantes de muerte”, regresaron a América Latina. Los gobiernos derechistas en Brasil, Bolivia, Colombia, Perú, Ecuador, Honduras, Paraguay, Guatemala y Chile, ansiosos por acabar con la ola de protestas, han invitado a los israelíes a regresar a sus países para brindar asesoramiento. Algunos de estos países buscan la despoblación de las regiones indígenas en una forma tan sistemática como el régimen israelí ha hecho con los palestinos en Cisjordania y Jerusalén Este.
Los comerciantes israelíes de contrainsurgencia se ven en las capitales latinoamericanas, donde la derecha, llegó al poder
Durante la ola socialista en América Latina, los gobiernos progresistas apoyaron a los palestinos y evitaron las relaciones cercanas con “Israel”. Algunos líderes progresistas, como Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia, cortaron los vínculos con “Israel” debido a sus crímenes contra el pueblo palestino en Gaza. En el contexto del reciente derrocamiento de Morales por un golpe militar de derecha y las sanciones estadounidenses que enfrenta el sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, los comerciantes israelíes de contrainsurgencia se ven con frecuencia en las capitales latinoamericanas, donde la derecha, e incluso la extrema derecha, llegó al poder. Utilizando una lógica casi talmúdica, el gobierno israelí cree que para luchar contra los gobiernos pro-palestinos que tienen relaciones amistosas con Irán, es aceptable tratar con el presidente brasileño Jair Bolsonaro, quien en el pasado expresó su admiración por Adolf Hitler y Benito Mussolini, señala Wayne Madsen.
El legado de la seguridad israelí en América Latina es un registro infame que se traduce en apoyo a dictadores genocidas como la dictadura argentina o la guatemalteca. Con el advenimiento de la “primavera socialista” en América Latina, los mercaderes de la muerte israelíes redujeron en gran medida sus actividades allí o han buscado nuevas perspectivas en África, los Balcanes y el sur de Asia. Tras el derrocamiento de Morales como el último de los líderes originarios de la “primavera socialista” en caer en América del Sur, los comerciantes de contrainsurgencia israelíes vieron un nuevo mercado abierto cuando el nuevo ministro boliviano del Interior, Arturo Murillo, elogió la ayuda israelí para desarrollar la capacidad de su escuadrón de la muerte recién formado, el “Grupo Antiterrorista”, que según él tiene como objetivo luchar contra los “terroristas”. En su lenguaje, los “terroristas” en este caso son bolivianos leales al derrocado presidente Morales, así como indígenas: los aimara (el grupo étnico de Morales) y los quechua, chiquitanos, guaraníes y moxenos, explica Wayne Madsen.
Murillo pretende establecer un estado de vigilancia al estilo israelí en Bolivia.
La razón por la cual el ministro del Interior Murillo eligió a los israelíes como asesores de seguridad fue expuesta en una entrevista con Reuters. Él dijo: “Están acostumbrados a tratar con terroristas. Saben cómo manejarlos”. Murillo, por supuesto, se refería a la brutal represión del pueblo palestino por parte de “Israel”, un registro de trato inhumano que las compañías militares y de inteligencia israelíes han logrado empaquetar, con equipos y asesores, como un producto de exportación. El compromiso de Murillo de establecer un estado de vigilancia al estilo israelí en Bolivia se expresó claramente en su advertencia a un grupo de activistas pro derechos humanos argentinos que llegaron a Bolivia para ver de primera mano las violaciones de derechos humanos contra miembros del “Movimiento hacia el Socialismo” (MAS), liderado por Morales, y los pueblos indígenas.
Murillo advirtió a los argentinos y otros activistas extranjeros, diciendo: “Recomendamos que estos extranjeros recién llegados tengan cuidado. Os estamos mirando Os estamos siguiendo. No hay tolerancia con el terrorismo, sedición o movimientos armados. Tolerancia cero”. La advertencia es casi una copia al carbón de la advertencia emitida por Israel a los trabajadores de ayuda internacional que han intentado brindar ayuda al pueblo de Gaza, dijo Madsen.