Talibanes avanzan en la ocupación de Afganistán
Los talibanes se llevan todo por delante, tomaron cinco capitales provinciales en un día. Los extremistas rompieron todas las expectativas con la velocidad de su avance. En Kabul evacúan embajadas y EEUU manda algunas tropas para proteger su embajada.
CAPAC – fuentes Emol, Página12 e Hispan.TV
El país está al borde del precipicio y las fuerzas de seguridad de la nación casi se han derrumbado tras la ofensiva del grupo fundamentalista, que ha dado a los guerrilleros el control de gran parte del territorio.
Los talibanes nunca han ocultado lo que quieren: la resurrección completa de su emirato islámico que gobernó Afganistán entre 1996 y 2001.
Se han llevado a cabo muchos análisis para determinar con exactitud cómo lograrían su objetivo: a través de conversaciones, mediante la fuerza o con una combinación de ambas.
Al final, su estrategia militar resultó suficiente: abrumar a las fuerzas gubernamentales con múltiples ataques contra diversos objetivos en todo el país.
Para lograrlo, primero negociaron la salida de tropas estadounidenses y extranjeras del territorio afgano, a través de un acuerdo con Estados Unidos, país cansado tras más de 20 años de guerra.
Además se comprometieron a no atacar objetivos estadounidenses a cambio de su retirada. Parte del acuerdo también significó que Washington presionó al gobierno afgano para que liberara a miles de prisioneros talibanes, la mayoría de los cuales se reincorporaron de inmediato al combate con los insurgentes.
Con éxitos tan impresionantes en los últimos ocho días, la facción política-paramiliar puede aspirar ahora a una rendición incondicional del gobierno afgano. Si Kabul resiste, se espera que los talibanes presionen fuertemente en torno a la capital.
La corrupción, la falta de voluntad de luchar y el vacío creado por la salida de Estados Unidos probablemente jugaron un papel en el deceso del ejército afgano. Durante años, el gobierno de Estados Unidos emitió informes en los que se detallaba una gran cantidad de casos de corrupción dentro de las fuerzas de seguridad afganas.
Los comandantes habitualmente se quedaron con dinero destinado a sus tropas, vendieron armas en el mercado negro y mintieron sobre el número de soldados en sus filas. Las fuerzas afganas también dependían por completo del poder aéreo estadounidense, desde la logística hasta los ataques, además del mantenimiento.
Y para empeorar las cosas, las fuerzas de seguridad afganas nunca tuvieron un liderazgo eficaz e importante. Fueron dirigidos por civiles en el palacio presidencial con poca experiencia militar, o ignorados por generales veteranos que parecían más involucrados en luchas políticas insignificantes que en la gran guerra que se avecinaba. Las unidades de comando que entrenó Estados Unidos eran la esperanza, pero filialmente no fueron suficientes para afrontar la lucha.
Ya son 17 las capitales provinciales capturadas en Afganistán. Las últimas en caer bajo control de los talibanes fueron Pul-e-Alam, capital provincial de Lawgar a unos setenta kilómetros al sur de la capital, y Tirinkot, cabecera de la provincia de Uruzgan, a unos 700 kilómetros al sudoeste de Kabul.
Este viernes los embajadores de los países aliados de la OTAN se reunieron de emergencia en Bruselas. Tras el encuentro, su secretario general Jens Stoltenberg afirmó que la Alianza apoyará “lo más que pueda” al gobierno afgano y que no reconocerá a los talibanes “si toman Afganistán por la fuerza”.
En menos de una semana los talibanes tomaron el control de 17 capitales provinciales, sólo en las últimas 24 horas cayeron cinco ciudades incluyendo a Pul-e-Alam y Tirinkot. La noche del jueves y la madrugada del viernes fueron capturadas Firozkoh, Lashkargah y Kandahar, la segunda ciudad más grande del país.
La ofensiva talibán comenzó en mayo tras la confirmación del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de la retirada de las tropas extranjeras tras 20 años de su intervención en Afganistán. La retirada total de las tropas está prevista para el 31 de agosto.
Sin diplomacia
En este sentido, tanto el Reino Unido como Estados Unidos anunciaron el despliegue de soldados para ayudar a evacuar rápidamente al personal diplomático en Kabul. El Pentágono indicó que tres mil soldados serán enviados a Kabul en las próximas 24 a 48 horas, aunque no tienen órdenes de atacar a los talibanes. En tanto el gobierno de Boris Johnson anunció el envío provisorio de unos 600 soldados británicos. «Vamos a reducir nuestra presencia civil en Kabul ante la evolución de la situación de seguridad», dijo el portavoz de la diplomacia estadounidense, Ned Price.
Mientras que los gobiernos de Noruega y Dinamarca informaron este viernes que cerrarán de forma temporal sus embajadas en Kabul y que evacuarán a todos los empleados. En tanto, Finlandia evacuará a «hasta 130 afganos que estuvieron empleados al servicio de Finlandia, de la UE y de la OTAN, y a sus familias», pero mantendrá abierta su delegación diplomática en Afganistán mientras Alemania reducirá “al mínimo absoluto” a su personal diplomático.
Militantes con acento británico: Británicos se unen a Talibán
Británicos luchan en las filas de Talibán mientras el grupo armado avanza en Afganistán arrebatando territorios de las fuerzas gubernamentales, según informes.
El diario británico The Sun, citando a un alto funcionario de inteligencia militar, informó el jueves que han sido interceptadas las llamadas telefónicas de los militantes con acento británico.
“Hemos recibido algunas interceptaciones de dos hombres británicos, probablemente menores de 30 años, hablando abiertamente por móviles […]. Uno tenía acento londinense, lo que se podría llamar acento callejero”, ha indicado la fuente.
Se cree que los hombres británicos viajaron clandestinamente a Afganistán a través de las áreas tribales de Paquistán para unirse a las filas del grupo Talibán
“Muchos extremistas británicos y otros extranjeros viajaron a Afganistán antes y después del 11 de septiembre [de 2001] para luchar allí y, en muchos casos, entrenar, organizar y luego viajar a otros lugares para la lucha”, citó el medio al excoronel Richard Kemp, quien dirigió las fuerzas del Reino Unido en Afganistán.