¿Qué consecuencias tiene para Cuba estar incluida en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo?
Johana Tablada, subdirectora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) detalla sobre las consecuencias y afectaciones que implica para Cuba estar incluida en en la «lista de Estados patrocinadores del terrorismo».
CAPAC- Por Andy Jorge Blanco/ Tomado de Cubadebate/ Foto: Ismael Francisco.
En 1984, Cuba alertó a las autoridades de Estados Unidos sobre un intento de asesinato al entonces presidente de ese país, Ronald Reagan. Y se impidió que ocurriera un atentado. Dicen que Reagan lo agradeció, pero dos años antes, el propio mandatario estadounidense había incluido a la Isla en la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo, por primera vez desde su creación en 1979. La Habana alertaba a Washington sobre un acto terrorista, pero siguió estando en el listado negro durante 33 años y cuatro presidentes.
El gobierno de William Clinton supo, en 1998, que existían planes de estallar bombas en aviones de aerolíneas cubanas o de terceros países que tenían a Cuba como destino y en los cuales viajaban también ciudadanos estadounidenses.
En 2001, Fidel Castro condenó los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos y expresó al gobierno del presidente George W. Bush la disposición de la Isla para brindar asistencia médica y humanitaria a las víctimas. Los aeropuertos internacionales de Cuba se abrieron para recibir aviones de pasajeros rumbo a Estados Unidos, los cuales no podían aterrizar en ese país por el caos generado tras los ataques.
No obstante, en medio de ese contexto, Cuba no dejó de ser, para los caprichos del Departamento de Estado, un país “patrocinador del terrorismo”. La vida, como la política que se dicta desde Washington contra una Isla en el Caribe, está repleta de paradojas.
“Aunque el bloqueo tiene ya seis décadas, Estados Unidos ha esgrimido múltiples pretextos para justificar una política que moral, legalmente y frente al Derecho Internacional, no tiene sustento. Entre esos pretextos y falsedades, la del terrorismo ha sido una de las más escandalosas y dañinas”, dice Johana Tablada, subdirectora general de Estados Unidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex).
En el contexto del deshielo entre La Habana y Washington durante la administración de Barack Obama, la Isla salió de la lista el 29 de mayo de 2015, en la cual volvió a ser incluida en enero de 2021, a pocos días de que Donald Trump abandonara la Casa Blanca. Uno de los últimos obstáculos –como si fueran pocos– que el mandatario interponía en el camino de las relaciones entre ambos países. Un total de 243 medidas contra Cuba para torpedear los nexos bilaterales, 55 de las cuales impuso en tiempos de pandemia.
Una medida “abiertamente politizada”, dijo el senador demócrata Patrick Leahy, quien apoya un acercamiento entre las dos naciones. “El terrorismo local en Estados Unidos es una amenaza mucho mayor para los estadounidenses”, agregó y no debe haber caído muy bien en los círculos de poder de ese país.
Para conocer sobre las consecuencias y afectaciones que implica para Cuba estar incluida en esta lista, Cubadebate conversó en el Ministerio de Relaciones Exteriores con Johana Tablada, subdirectora general de Estados Unidos en la cancillería cubana.
“El gobierno y el pueblo de Cuba no reconocen autoridad moral alguna al gobierno de Estados Unidos para elaborar listas arbitrarias, discriminatorias, y en las cuales se evalúa y califica el comportamiento de otros Estados. Esas son funciones que asumen organizaciones multilaterales sobre la base del Derecho Internacional. Por tanto, estamos hablando de mecanismos unilaterales acompañados de medidas coercitivas. Nuestro país es signatario de los 19 convenios internacionales relacionados con el enfrentamiento al terrorismo, y condena este flagelo, del cual ha sido víctima, en todas sus formas y manifestaciones. Jamás se ha permitido que territorio cubano se utilice para organizar acciones terroristas contra cualquier otro país. Cuba no ha tenido participación ninguna en financiamiento de este tipo de acciones y ha colaborado con Estados Unidos. Así, tenemos un expediente de cooperación bilateral que incluye devolución de terroristas, incluso en años recientes. Aquí se han procesado y han cumplido sentencia personas que han huido de Estados Unidos, como secuestradores de aviones”, destaca la diplomática.
Junto a otros temas de la política agresiva de Trump hacia la Isla, la decisión de incluir a Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo también está sometida a revisión por el actual gobierno de Joe Biden. Sin embargo, a cinco meses de la toma de posesión del demócrata, nada ha cambiado en torno a las relaciones entre ambos países.
–¿Cuáles son las afectaciones que tiene para Cuba el hecho de estar incluida en esta lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo?
Las consecuencias tienen que ver con restricción de las exportaciones, eliminación de determinados beneficios comerciales y con la obtención de créditos en instituciones financieras internacionales, así como la prohibición de exportación de armamento y las limitaciones para el otorgamiento de ayuda económica. Además, el hecho de que estemos nuevamente en esta lista le permite a entidades estadounidenses abrir procesos legales contra Cuba amparados en las leyes antiterroristas de Estados Unidos.
Inmediatamente que el 22 de enero se inscribe en el Registro Federal que Cuba ha entrado en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, muchos bancos del mundo cerraron sus operaciones con entidades cubanas, por miedo, por pánico, a veces por temor o porque reciben un e-mail intimidatorio por parte del Departamento de Estado o del Tesoro cuando se descubre una transferencia.
En el servicio exterior de Cuba, por ejemplo, más de 30 bancos desde enero para acá cerraron sus operaciones con la Isla y con nuestras misiones exteriores. Eso ha afectado misiones médicas cubanas y colegas que están en el exterior y no han podido recibir sus salarios y transferir ingresos consulares al país.
Otro ejemplo, el más doloroso, tiene que ver con la salud. Al tú privar a un país de sus ingresos y disminuir su capacidad de compra, eso dificulta la adquisición de los insumos para fabricar medicamentos en Cuba. Hoy no es secreto para nadie la falta de antibióticos en el país, de medicamentos de uso habitual, incluyendo los hospitalarios, y nosotros hemos llegado a esa situación, sin contar el programa de vacunación. Hay una guerra contra los proveedores de Cuba en este momento y todo eso ha tenido que ver con la inclusión de nuestro país en la lista y con las 243 medidas de Trump.
–La inclusión en la lista repercute en varios sectores, Johana, pero ¿hay alguno que se vea más afectado aún por la medida?
Si yo tuviera que destacar un sector en el cual la inclusión de Cuba en la lista de países terroristas ha tenido mayor peso, ese sector es el bancario-financiero y comercial porque está prácticamente controlado por la banca estadounidense. Eso tiene y tendrá un costo altísimo, por eso es la denuncia sostenida de Cuba. No vamos a dejar de reclamar que esa medida se rectifique.
Incluirnos en esa lista eleva, además, el riesgo país. Cualquiera hace una búsqueda y dice ‘oh, un país terrorista, puedo enfrentar sanciones y ser multado’. Y, aunque siempre habrá quien venda algo, todo eso termina triplicando los costos para la Isla.
Ningún país y muchísimo menos Cuba debería ser tratado de esa manera porque se convierte en un obstáculo mayúsculo para las cosas más importantes y para las más sencillas y cotidianas. Lo que en cualquier lugar es una transacción elemental y común, para Cuba se convierte en una operación que puede durar muchos días.
–¿Qué implicaciones tendría para Cuba salir de la lista de países patrocinadores del terrorismo?
Esa sería una de las medidas más lógicas e imprescindibles si alguien quiere enviar una señal de que se propone mejorar las relaciones y deshacer una parte del daño y la mentira con la cual se ha conducido la política.
Cuba es un país que ha sido una contraparte seria y profesional en la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo, el lavado de dinero, en el enfrentamiento a la trata de personas y al contrabando de migrantes. Si de pronto usted nos pone en esa lista, pues manda la señal equivocada. Se alegrarán mucho los terroristas, los narcotraficantes cuando se juega con cosas como esa. Mientras usted se entretiene en presentar como terrorista a un país que no lo es, pues envía una señal de debilidad y falta de seriedad a las personas que de verdad están involucradas en el crimen transnacional.
–¿El hecho de que Biden era vicepresidente del gobierno de Obama cuando se quitó a Cuba de la lista pudiera incidir de alguna manera en la posición del ahora presidente en cuanto al tema?
No lo sabemos realmente. Uno podría pensar que sí. Ahora, si me preguntas si sería posible que Trump incluyera a Cuba en la lista, yo siempre te hubiera dicho ‘sí’. Si me preguntas si es posible que un Biden presidente ratificara esa decisión yo te hubiera dicho ‘no’.
Si el gobierno de Estados Unidos quisiera sacar a Cuba de la lista lo puede hacer con mucha facilidad. Tanto el pueblo cubano como el estadounidense coinciden en la aspiración a tener una relación mejor, y hay muchos sectores defensores de que es hora de dejar a Cuba seguir su camino y parar de castigar al pueblo cubano porque a Estados Unidos no le gusta su gobierno. Como tú me decías, la decisión de incluirnos en una lista unilateral como esta habla más mal de Estados Unidos que de Cuba. Los países que conocen y tienen relaciones con la Isla saben que no somos un país terrorista.
Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, actos terroristas cometidos por el gobierno de Estados Unidos o perpetrados desde ese país han causado 3.478 víctimas mortales y 2.099 personas con discapacidad en la Isla. Y detrás de cada número hay familias que sufren.