Semana de un antes y un después para la Revolución Bolivariana (+Fotos)
La juramentación de Nicolás Maduro como presidente reelecto para un nuevo sexenio distinguió la semana que termina hoy en Venezuela, que a juicio de muchos marcará un antes y un después para la Revolución Bolivariana.
CAPAC.- tomado de Prensa Latina
El 10 de enero el jefe de Estado fue investido nuevamente ante la Asamblea Nacional (Parlamento), en el Palacio Federal Legislativo, para gobernar en el periodo de 2025-2031, etapa que, a juicio del mandatario, será de profundización del proceso liderado por el comandante Hugo Chávez desde 1999.
Este acto solemne estuvo cargado de simbolismos que definirán, de cierta forma, la conducción por otros seis años de los derroteros de un gobierno que se proclama anticolonialista, antioligárquico, antiimperialista y avanza hacia la construcción del socialismo del siglo XXI, como dijera el líder de Sabaneta.
Maduro fue proclamado la víspera en el Salón Elíptico del Palacio Federal, que atesora objetos sagrados originales para la patria como el Acta de Independencia y prestó juramento con su mano encima de la Constitución creada por el Comandante Supremo de la Revolución y aprobada en referendo por el soberano.
Un hecho exaltado por el propio Jefe de Estado en su discurso, resultó la banda presidencial colocada en su dorso por el presidente del Parlamento Jorge Rodríguez, quien fuera escoltado por un niño, mujeres y hombres del pueblo, que fueron los encargados de diseñarla y confeccionarla a mano.
Otra alegoría a tener en cuenta en el contexto de la juramentación, fue la presencia de más de 51 delegaciones internacionales presentes, de los que 13 fueron jefes de Estado y de Gobiernos, además de enviados especiales provenientes de Rusia y China.
Junto a ellos llegaron también a Caracas organizaciones internacionales como el Foro de Sao Paulo y la Organización de Países Exportadores de Petróleo y más de dos mil representantes de movimientos sociales de más de un centenar de países de todos los continentes.
Estos últimos vinieron no solo a acompañar a Nicolás Maduro, sino para participar en el Festival Mundial Antifascista que sesiona en el Centro de Convenciones La Carlota hasta hoy sábado.
La variopinta representación de países, partidos políticos y movimientos sociales y populares llegados hasta Venezuela por estos días de definiciones rompió de nuevo, para muchos, el mito de la soledad de la Revolución Bolivariana y afianzó la solidaridad con su dirigencia política y pueblo.
Lo vivido aquí el 10 de enero 2025 fue una clara lucha del bien contra el mal, porque como bien dijo Maduro el imperialismo estadounidense y sus acólitos convirtieron la elección presidencial de Venezuela en una elección mundial porque “era la joya de la corona”.
Una gran guerra psicológica a través de las redes sociales y conglomerados mediáticos poderosos -con el beneplácito y complicidad de la extrema derecha nacional- caracterizaron el antes, durante y después de la asunción del Presidente, para dar la sensación de caos interno y descontento.
A esto se sumó lo que el fiscal general Tarek William Saab llamó acción de funesta y “mediocre operación de falsa bandera”, protagonizada por la opositora María Corina Machado que trató de victimizarse al decir fue apresada por la policía.
Con esta escenificación se pretendió sembrar el caos y la violencia en la nación, así como “desviar la atención del estrepitoso fracaso que resultó la convocatoria de hoy (9 de enero) para este minoritario sector radical”, expresó el jurista.
Saab denunció que a esta nueva simulación se plegaron de forma automática los dirigentes de la extrema derecha en varias partes del mundo, lo cual indica “premeditación y coordinación a nivel internacional en tan siniestro accionar”.
Maduro resumió en su discurso de investidura que el fascismo y la oligarquía fueron derrotados y vaticinó que vencerán en cualquier circunstancia que les toque porque “no nacimos el día de los traidores y cobardes”.
El imperialismo y la extrema derecha no aprenderán ninguna lección, apuntó, y certificó que a “Venezuela no le imponen un Presiente, nadie en este mundo, no han podido ni podrán jamás”, insistió.
Mensaje claro para el mundo resultó, además, la reafirmación de lealtad y compromiso de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, las fuerzas policiales y del nuevo Bloque Histórico Patriótico de los movimientos sociales, organizaciones e individuos en el Patio de la Academia Militar.
El ministro para la Defensa Vladimir Padrino señaló que obedecerán el mandato popular expresado el pasado 28 de julio en elecciones libres, universales, directas y secretas, en las que el gobernante resultó electo con el 51,95 por ciento de los votos.
También reconoció y reafirmó «lealtad y subordinación absoluta» a Maduro como Presidente y Comandante en Jefe para el nuevo sexenio de gobierno.
A juicio del mandatario, quien estuvo acompañado todo el tiempo en las actividades por miles de mujeres y hombres del pueblo, este último acto reflejó “la garantía de la paz, la estabilidad y el avance de Venezuela”.