110 prisioneros palestinos fueron liberados como parte de la tercera tanda del acuerdo de intercambio de prisioneros entre el enemigo israelí y Hamas, después de que facciones de resistencia en Gaza liberaran a 3 cautivos israelíes y 5 trabajadores tailandeses el jueves.

CAPAC – tomado de Al Manar en castellano

Entre los presos liberados hay 32 condenados a cadena perpetua, 48 condenados a largas penas y 30 menores de edad. Esta liberación coincidió con el regreso de los palestinos desplazados al norte de la Franja de Gaza, tras la liberación del cautivo Arbel Yehud.

Zakaria al-Zubeidi, jefe de las operaciones de resistencia contra la ocupación israelí y ex líder local del brazo armado de Fatah, fue liberado. Hizo la V de victoria en un autobús que transportaba a los prisioneros liberados a Ramalá, en Cisjordania, territorio palestino ocupado por “Israel” desde 1967, según imágenes de televisión.

Los prisioneros liberados también fueron trasladados a Gaza o Jerusalén Este.

Esta liberación se produjo a las 17 horas, después de varias horas de retraso, tras una decisión de las autoridades de ocupación que inicialmente habían declarado la congelación de la operación de liberación citando “escenas impactantes” durante la liberación de los cautivos israelíes en Jan Yunis.

Entre la multitud, los participantes levantaron retratos del mártir supremo de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, el líder de la organización yemení Ansarulá Abdel Malek al-Huzí y otros comandantes de la resistencia libanesa.

La radio militar enemiga citó a un funcionario israelí que dijo: “Así como retrasaron la liberación de nuestros prisioneros, también retrasaremos la liberación de los prisioneros palestinos.”

Según los medios palestinos, las fuerzas de ocupación impusieron medidas represivas contra los padres y familiares de los prisioneros liberados para impedirles celebrar estos momentos.

Se desplegaron excavadoras en la carretera que conduce de la prisión de Ofer a la ciudad de Beitunia, al oeste de Ramalá, para impedir que la gente recibiera a los prisioneros. A medida que avanzaban los autobuses se lanzaban gases lacrimógenos a los costados de las carreteras.

Pero en la ciudad de Ramalá, la gente estaba allí para darles la bienvenida.

En la ciudad de Al-Jalil (Hebrón), donde patrullas militares circulaban por las calles para impedir cualquier forma de celebración, los soldados entraron en la casa familiar del menor liberado Ahmad al-Faruj y rompieron las sillas colocadas en la entrada para dar la bienvenida a las personas que acudieron a participar en las celebraciones.