Las distorsiones en el valor del trabajo en Cuba
Un problema importante por resolver en Cuba es el valor del trabajo en una sociedad que busca afanosamente la justicia, opinó hoy el doctor en ciencias Luis A. Montero.
CAPAC – fuente Prensa Latina
El asunto resulta cada vez más relevante, pues las disfuncionalidades económicas están erosionando muchas facetas de la vida de los ciudadanos, consideró el miembro de mérito y coordinador de ciencias naturales y exactas de la Academia de Ciencias de Cuba.
Hay desgastes, ejemplificó, en los estandartes que “han singularizado nuestras ventajas sociales en los últimos 60 años, como son la educación de calidad, para todos, en todas partes, universal y gratuita; el derecho a vivir saludable y ser atendido y curado sin costo ni distinción alguna”.
En las ciencias exactas 10 mil es 10 mil en cualquier tiempo y lugar del mundo; sin embargo, “la forma en la que compensamos hoy en Cuba el trabajo no sigue este fundamento”, señaló Montero en su artículo “La matemática de la economía y la sociedad”.
Un empleado promedio del sector empresarial puede ganar en ocasiones 10 veces más que un profesional; de tal forma, un médico puede estar pagando por una botella de yogur en la calle el cinco por ciento de su salario y el trabajador empresarial solo el 0,5 por ciento, ejemplificó.
Algo parecido les ocurre a las dependencias del Gobierno: el presupuesto asignado a una universidad, ilustró, puede parecer altísimo en pesos, pero convertirse en insolvente cuando debe pagar ciertos servicios a empresas con escalas de valor del peso que son diferentes.
Esto se agrava en el caso de los intercambios de valor con el exterior en cualquier sector de la sociedad: para los asalariados estatales un dólar vale 24 pesos, pero para el mismo Estado se convierte en casi cinco veces más valioso en pesos cuando ese dólar entra en forma de remesa legal, argumentó.
“Ni hablar, acotó, de lo que vale en el mercado informal en efectivo y borroso al fisco, que puede llegar a triplicar el de las remesas y ser hasta 15 veces superior al de los salarios.”
Entre las medidas anunciadas para encarar las dificultades actuales figura la solución de los “desbalances macroeconómicos”; puede entenderse entonces, que esto se corresponde con la inaplazable necesidad de que el Estado tome verdaderamente las riendas de la economía nacional.
“Y esto tiene que ocurrir con una precondición y de la única manera posible en el mundo de hoy: tener un valor único y de cambio universal para nuestro dinero. Esto puede implicar devaluaciones y desbalances temporales”, sintetizó Montero.