La importancia de la relación Irán-Cuba
La visita oficial del ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz a Irán, genera una gran expectativa de trabajo e inversiones iraníes en Cuba para la reanimación de la economía cubana, especialmente, en renglones como biotecnología, fomento del transporte y sector energético
CAPAC – fuente Sputnik
La agenda del primer ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, quien realiza una visita oficial a Irán, incluyó la asistencia a la ceremonia de toma de posesión del presidente de esa República Islámica, Masud Pezeshkian, e intercambios con las nuevas autoridades para expresar la voluntad de la isla respecto al trabajo conjunto.
En un encuentro bilateral acontecido en la tarde de este lunes, el mandatario iraní, electo el 28 de junio último tras la muerte de Ebrahim Raisi, afirmó que «será una prioridad fortalecer las relaciones con Cuba» y manifestó el interés de continuar en la implementación de los acuerdos suscritos, sobre todo, en las esferas económica, comercial, de cooperación e inversiones.
Para el profesor Oscar Julián Villar Barroso, doctor en Ciencias Históricas y máster en Historia Contemporánea y Relaciones Internacionales, los vínculos entre La Habana y Teherán, establecidos el 8 de agosto de 1979, se caracterizan por «el pragmatismo y la necesidad de apoyarse mutuamente frente a las sanciones y agresividad de Estados Unidos», aseguró a Sputnik.
«Ambos países enfrentan las políticas de Washington y por eso coinciden en la denuncia contra el bloqueo económico, comercial y financiero contra la mayor de las Antillas y la condena a las sanciones impuestas a Irán. Las declaraciones de Pezeshkian respecto a que su país está dispuesto a profundizar los lazos y ampliar la cooperación resultaron muy significativas y favorables», indicó.
En ese escenario, el académico valoró: «Podría esperarse un incremento de las inversiones iraníes en la economía cubana, sobre todo, en sectores donde la isla presenta dificultades para financiar producciones y actividades; además es evidente que Teherán busca posicionarse en esta región y la nación caribeña puede ser la puerta más factible, pues la considera un interlocutor viable y seguro».
Durante el intercambio con Marrero, previo a su investidura este 30 de julio, el nuevo presidente del país asiático destacó el liderazgo e impronta del líder Fidel Castro en los revolucionarios y subrayó la extensa lucha de la mayor de las Antillas contra el imperialismo y el unilateralismo; así como, recordó el apoyo de Teherán a los ideales independentistas y libertarios.
¿Reanimación de la economía cubana?
Según el profesor Villar Barroso, unido al diálogo político y diplomático al más alto nivel y la defensa común a la independencia y las causas justas, la colaboración entre ambas naciones podría contribuir a la reanimación de la economía cubana, especialmente, en renglones como biotecnología, fomento del transporte y sector energético.
Este último, sobre todo, si tenemos en cuenta el procesamiento de importantes volúmenes de petróleo y gas, sumado al desarrollo de una infraestructura de exploración, extracción y tratamiento de hidrocarburos y el progreso en la esfera nuclear, desde hace algunos años, «potencialidades y experiencias que nosotros podríamos aprovechar».
Para Irán, los avances de Cuba en la biotecnología «se tornan muy atractivos e, incluso, existen inversiones en la industria; ese país cuenta con la capacidad para financiar procesos de ciencia, tecnología e innovación y aprecia el significativo know how de la isla, sus resultados y oportunidades en esa rama».
Ejemplo de ello fue la apertura en Irán de una planta para producir la vacuna anticovid-19 Soberana 02—tecnología transferida por el Instituto Finlay de Vacunas de La Habana al Instituto Pasteur— que ayudó a ese país, el primero del mundo en elaborar un inmunógeno de ese tipo creado por entidades científicas de la isla, en la superación del coronavirus.
Por su parte, Gleydis Sanamé Chávez, investigadora sobre temas de Oriente Medio y África Norte del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) de La Habana y máster en Historia Contemporánea, mencionó a Sputnik que este intercambio resulta fundamental para ambos países, si tenemos en cuenta el carácter de «riesgo» que imponen los regímenes sancionatorios.
«También buscan la colaboración en lo concerniente a la generación energética y la modernización de centrales termoeléctricas e hidroeléctricas, que puede ayudar muchísimo a Cuba con los problemas actuales en su matriz electroenergética nacional. Asimismo, las partes han conversado sobre la exención de visado», apuntó.
Aludió, además, a los convenios entre el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder) de Cuba y su homólogo de la nación persa; así como entre el Centro para la Promoción del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera y la Organización para la Protección del Comercio en Irán.
«Los dos estados firmaron acuerdos en áreas como la seguridad alimentaria, referida a la agricultura, industria y producción de alimentos, y tecnología. Con la actual crisis sistémica que atraviesa la isla caribeña, la implementación de esas iniciativas constituiría una ventana de oportunidades para diversificar y dinamizar proveedores y mercados», argumentó.
Cooperación frente a sanciones de EEUU
El académico reiteró que, sin dudas, este tipo de acercamiento mutuo hace frente a las medidas diseñadas por Washington, y en su consideración, todos los países que son actualmente objeto de bloqueos, sanciones y embargos debieran proponer una agenda común para evadir los efectos de las acciones nocivas y antidemocráticas de la Casa Blanca.
«Solo unidos se puede desmotar esa mala práctica de Occidente. Ya se ven resultados, pues existen hoy alrededor de 70 naciones interesadas en pertenecer al BRICS+, asociación que aboga por desentenderse del dólar. Han descubierto que EEUU utiliza el sistema económico internacional para imponer sus condiciones al resto del mundo y como una herramienta de guerra encaminada a la imposición de política hegemónicas», aseguró.
Sanamé Chávez expresó que la particularidad más determinante dentro de los nexos entre La Habana y Teherán es su postura antiimperialista y, en este sentido, desde hace 45 años, existe un interés mutuo por «convertirse en fuerzas de resistencia ante el hegemón».
De ahí que, el apoyo recíproco frente a presiones internacionales e iniciativas vetantes se demuestra mediante el «fortalecimiento y ampliación de los vínculos ya establecidos y el voto condenatorio en organismos globales»; igualmente, «buscan crear una alternativa al orden mundial imperante, articulada a bloques y asociaciones contrahegemónicos en emergencia, cuyo máximo y mejor ejemplo son los BRICS+», agrega Sanamé Chávez.
En opinión de la entrevistada, los posicionamientos estratégicos de Cuba e Irán, junto a aliados económicos fuertes como China y Rusia, «empujan paulatinamente a una transición intersistémica que tiende, al menos hasta ahora, a la multipolaridad».
Para la investigadora, los intereses de Teherán con esos territorios son del tipo económico y político, pues, más allá de la diversidad cultural y sistema de esos Estados, prevalece «un pragmatismo medular orientado a su desarrollo y estabilidad que, de otro modo no fuese posible por la persecución contra su economía».