Historia de los golpes de estado en Bolivia – parte 4
En abril del 2018 entrevistamos a Gary Paul García, miembro de la Comisión de la Verdad, quien manifestó lo importante de tener en cuenta el daño económico y expresó: “Muchos de los planes de asistencia, ayuda y cooperación, por parte del imperialismo norteamericano, tenían una injerencia clara, para controlar las reservas petrolíferas y para posicionar a la Gulf Oíl Company.
CAPAC – Por Froilán González y Adys Cupull
IV.- LA CIA Y EL DIARIO DEL CHE:
“El Plan de estabilización monetaria pretendía controlar la economía nacional, fue estructurado por el gobierno de Estados Unidos y el Banco Interamericano de Desarrollo y el objetivo fundamental era la reestructuración de la minería nacionalizada por la Revolución del 52.
“El objetivo real, era desnacionalizar la minería estatal. Ello explica las masacres mineras, para implantar las medidas económicas, incorporando diferentes clausulas y puntos específicos, como el despido masivo de trabajadores, la reducción de salarios, en hasta un 50%. Cuando el golpe de estado de Barrientos, hubo un periodo de tregua hasta mayo de 1965, porque las milicias obreras y campesinas, herencia de la Revolución del 1952, andaban armadas.
“En mayo de 1965, las minas fueron declaradas zonas militares e invadidas por el Ejército, hubo masacres, violaciones de los Derechos Humanos, detenciones arbitrarias, asesinatos, torturas, desapariciones de muchos líderes sindicales y en ese marco se gestó la primera gran represión. Hubo un ataque furibundo de Barrientos contra el movimiento obrero, en la masacre de Milluni, donde murieron infinidad de mineros y la más conocida es la de San Juan, en junio del 67.
“A partir de la injerencia norteamericana, de la CIA, del Pentágono, se estructura todo este Plan para saquear al país y sus riquezas naturales… Los planes de ayuda y cooperación internacional no tenían un fin altruista, esa es la pantalla, tenían un fin político y económico, era la injerencia de Estados Unidos en nuestro país. En Barrientos se destaca la apertura y la carta blanca a los Cuerpos de Paz, a partir de programas de cooperación, con la misión de esterilizar a las mujeres en el área rural. A partir de eso, hubo una crítica mundial del papel de los Cuerpos de Paz. Se ha comprobado como por ese tipo de políticas, muchas mujeres quedaron impedidas de tener hijos
“A partir de la injerencia norteamericana, de la CIA, del Pentágono, se estructura todo este Plan para saquear al país y sus riquezas naturales… Los planes de ayuda y cooperación internacional no tenían un fin altruista, esa es la pantalla, tenían un fin político y económico, era la injerencia de Estados Unidos en nuestro país. En Barrientos se destaca la apertura y la carta blanca a los Cuerpos de Paz, a partir de programas de cooperación, con la misión de esterilizar a las mujeres en el área rural. A partir de eso, hubo una crítica mundial del papel de los Cuerpos de Paz. Se ha comprobado como por ese tipo de políticas, muchas mujeres quedaron impedidas de tener hijos.
“Es parte de las atrocidades del Imperialismo materializado en Bolivia. Ellos dejaron que la Revolución del 1952 siga su curso. porque ya tenían la posibilidad de aplicar los planes de cooperación internacional y la ayuda, en los marcos del proceso revolucionario. El objetivo fundamental era a través de esos planes de asistencia, controlar y dirigir los límites de la Revolución y no ir más allá de los intereses, que ellos habían delimitado y de esa forma se explica la ascensión de Barrientos y el golpe de estado.
“La injerencia de Estados Unidos en nuestro país ha sido nefasta por donde se vea. En el gobierno de Barrientos, se cede concesiones mineras a la Phillips Brothers y a la International Mine, consorcios mineros importantes, y cede las colas de explotación de Catavi y mina Matilde.”
Ricardo Aneyba explicó: “Cuando comenzaron los combates guerrilleros, la CIA infiltró los partidos políticos y organizaciones de izquierda y elaboraron medidas para crear divisiones en el movimiento revolucionario, sindical, estudiantil y neutralizar, reprimir y exterminarlos, amenazaban a religiosos, intelectuales y periodistas.
“Prepararon varios atentados para culpar a los simpatizantes de los guerrilleros o de organizaciones de izquierda para justificar una intensa represión. En la ciudad de Cochabamba, seleccionaron una iglesia y el Casino Militar. En Santa Cruz, a la librería Cruz del Sur, propiedad del Prefecto, le arrojaron una carga explosiva, que destruyó las vidrieras y gran cantidad de libros. También atacaron la casa del Fiscal y las oficinas del Centro de Estudios Petroquímicos. Dispararon contra el jefe del Departamento de Investigación Criminal (DIC) y el exclusivo club Círculo de Amigos.”
El coronel boliviano Carlos Vargas Velarde, entregó al editor italiano Giangiacomo Feltrinelli informaciones sobre un plan de la CIA de introducir, desde Miami, a varios mercenarios de origen cubano para presentarlos ante la opinión pública como guerrilleros del Che hechos prisioneros por los militares bolivianos, con el propósito de desatar una gran provocación contra la Revolución Cubana.
El Coronel explicó la organización de varios grupos integrados por militares, policías, agentes a sus servicios y miembros de la DIC, asesorados por contrarrevolucionarios de origen cubano, con la misión de cometer actos vandálicos contra la población civil de la zona donde operaba la guerrilla, para atribuirles esos crímenes al Che y sus combatientes.
La información se hizo pública y poco tiempo después el coronel Carlos Vargas Velarde, apareció muerto de un balazo en su despacho del Ministerio de Defensa. El Alto Mando Militar informó se había suicidado. Su muerte provocó una ola de rumores en el sentido de que estaba vinculado a la guerrilla y por esa razón lo asesinaron.
Mientras, Antonio Arguedas, Ricardo Aneyba, Max Jaldin y otros bolivianos, ante la discriminación, desprecio, humillación y prepotencia de los oficiales de la CIA, crearon un frente clandestino para no entregar informaciones que afectaban la moral de los bolivianos, porque la CIA las utilizaba para chantajearlos, incluyendo a los altos mandos y oficiales de las fuerzas armadas y de los principales ministerios, especialmente el de Gobierno (Interior) y Relaciones Exteriores y los obligaban a trabajar en función de los intereses de Estados Unidos.
Los combates del Comandante Ernesto Che Guevara de 1967 impactaron a la opinión pública. Los despachos contradictorios sobre su muerte, los corresponsales extranjeros asegurando lo habían asesinado, la presencia de agentes de la CIA en La Higuera y Vallegrande, las denuncias al gobierno de Estados Unidos, la CIA y el Alto Mando Militar en la decisión del crimen.
Las noticias de cómo le cortaron las manos con fines de identificación, la incineración del cadáver y las cenizas lanzadas a la selva, la incautación del Diario de campaña y otros documentos como trofeo de guerra, las manifestaciones en Bolivia y mundial de condena a Estados Unidos y a los militares boliviano por el asesinato.
Entrevistado el doctor Ramiro Barrenechea Zambrana, Estomatólogo, abogado, graduado en Derecho y Ciencias Políticas, periodista, escritor y poeta, autor de varios libros de ensayo y poesía. El prestigioso intelectual nació en 1943, fue dirigente estudiantil y sindical, conductor de programas radiales, director de varias revistas, ha ejercido la docencia en Bolivia, Chile y Argentina. Vicedecano y Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Cochabamba. Se ha desempeñado como diputado nacional, ministro de Trabajo y Desarrollo Laboral, Ministro de Salud Pública y miembro del Parlamento Latinoamericano, expresó:
“El día 9 de octubre de 1967, llegó un mensaje cifrado a La Higuera donde se encontraba el Comandante Ernesto Che Guevara preso y herido. La orden llegó al agente de la CIA y transmitía la decisión de asesinar al Che. A las 11 de la mañana el Comandante de la 8va División del Ejército, general Joaquín Zenteno Anaya, y Miguel Ayoroa recibieron esa orden. A la 1 y 30 lo asesinaban.
“La decisión de asesinar al Che ya había sido tomada en 1960. Naturalmente el Che, Fidel y los principales dirigentes de la Revolución cubana estaban sentenciados a muerte por la derrota que sufrió el imperio en Playa Girón.
“La orden fue transmitida al presidente René Barrientos a través del embajador de Estados Unidos, quien se reunió con el general Alfredo Ovando y decidieron que debía ejecutarse. Al amanecer, reunieron al Alto Mando Militar con la intención de comprometerlos y transmitieron en mensaje cifrado a sus subordinados en La Higuera, simultáneamente lo hacía la CIA por su cuenta.
“Este es el contexto para analizar el asesinato del Che y la felicitación calurosa del gobierno de Estados Unidos, al punto que el senador Howard Baker en el Congreso felicitó al gobierno de Bolivia y lamentó los 460 millones de dólares asignados como ayuda a Bolivia eran demasiado pequeños frente a la magnitud del aporte del gobierno de Bolivia a los Estados Unidos y a su campaña internacional, que estos 460 millones, significaba los gastos de una semana en la guerra de Vietnam.
“Después de estos hechos, la CIA elaboró una estrategia de desinformación, una guerra psicológica para desprestigiar al Che Guevara, para reducir su imagen a la de un simple aventurero que eligió mal el teatro de operaciones, porque desconocía las artes de la estrategia militar… La campaña tuvo muchas facetas. Desde las de expertos que criticaron la mala elección del lugar y de los combatientes, desprestigiando a unos y a otros, y también a los obreros, campesinos y estudiantes que no apoyaron al Che o estuvieron al margen, o incluso, contra él.
“Nos consta, como antes de la masacre de la noche de San Juan, el 24 de junio de 1967, los mineros estaban preparando un Ampliado Nacional donde participarían los universitarios para firmar un pacto y llevar adelante las decisiones de ese Ampliado. Uno de los puntos centrales era el apoyo abierto a la guerrilla del Che. Incluso, tengo evidencias, porque participé en las asambleas de sección y todas las de Siglo XX apoyaban la decisión de aportar por un día o dos, la mitad de su salario, y declarar territorios libres a las minas y las universidades.
“Esto significaba abrir otro frente de batalla que contribuyera a la lucha en Ñacahuasú comandada por el Che. Entonces, hablar de que no hubo apoyo de mineros o de obreros, campesinos y universitarios o estudiantes no es solo una falacia, sino una vil mentira. Tuvimos la oportunidad como miembros del Movimiento universitario de participar en todas esas acciones.
“Por esta razón es que se produjo el ataque a mansalva a los mineros en Siglo XX, cuando después de las festividades de San Juan, casi al amanecer, los mineros se recogían a sus casas y fueron eliminados por el ataque del Ejército.
“Ahí cayó Rosendo García Maisman, dirigente del Partido Comunista que nos había confesado días anteriores, como tenía dos grupos preparados, uno para ingresar al monte y otro para realizar las actividades clandestinas en las ciudades. Esta revelación fue confirmada posteriormente por declaraciones de un miembro del grupo urbano del Ejército de Liberación Nacional que, como minero, había realizado estos contactos con García Maisman.
“Otro de los aspectos de esta guerra psicológica, para degradar la imagen de los guerrilleros, fue expuesta ante periodistas en Bolivia y otros fueron invitados por el Departamento de Estado a Washington, donde se reunieron con expertos de la CIA para poder divulgar estas falsas informaciones, entre ellas que el gobierno de Cuba, en combinación con la Unión Soviética, provocaron la derrota del Che, al cortar toda ayuda, cuando en realidad todo eso fue un montaje. Ellos habían expuesto una serie de falacias. Cuando un periodista les dijo que eso no les creería nadie en Bolivia, ni siquiera el presidente Barrientos, el agente de la CIA respondió muy suelto de cuerpo: “No nos interesa que nos crean los bolivianos, son unos analfabetos. A nosotros nos interesa el público en Europa y en Estados Unidos. Un porcentaje creerá, otro tendrá interés en creer porque le conviene, otro podrá no creer y le haremos creer, para eso está la campaña y otro porcentaje quedará dudando. Esto enlazaba la cadena de la guerra psicológica para desprestigiar a la guerrilla y al Che.
“Hay algunas publicaciones recientes que nos muestran cómo se destacó a agentes de la CIA, se reclutó a otros para que desarrollaran esta campaña. Algunos como expertos militares, otros como expertos políticos, como expertos analistas y algunos de ellos como agente de los gusanos cubanos en Miami, uno de ellos, acaba de publicar un libro titulado “Yo fui terrorista y he fracasado” y añadió fracasé porque no conseguí mis objetivos. Fidel sigue vivo y el desprestigio que quisimos desarrollar respecto al Che, ha quedado truncado porque no nos creen. Y por eso dice he fracasado en mi actividad de terrorista vinculado a la CIA.
“Estas confesiones nos revelan cómo internacional y nacionalmente se desplegó esta guerra psicológica. Por ejemplo, el desprestigio en torno a la figura de Tania la Guerrillera, como agente de la KGB dentro de la guerrilla para sabotearla u otras, igualmente mentirosas de que Tania tenía intereses de carácter sentimental y sexual con el Che Guevara.
“Este tipo de campaña llevaba a un objetivo: mostrar que los guerrilleros eran simplemente unos aventureros y Tania una mujer vulgar. Este propósito no ha sido culminado, por eso es que la guerra 50 años después de la muerte y el asesinato de Ernesto Che Guevara, sigue desplegándose en algunos medios. Pero esto ya cae en saco vacío porque la humanidad ha convertido al Che Guevara en la imagen contemporánea de la Revolución, el paradigma de la Revolución.
“Ya, en este momento, es imposible reconocer en alguna parte del mundo que la imagen del Che fuera considerada como la del invasor, o como la del extranjero, o como la del inepto militarmente o perseguido políticamente por sus propios compañeros, y está como emblema en todas las organizaciones sindicales. En Bolivia, por ejemplo, no existe un solo sindicato, una sola central obrera o campesina que no lleve como emblema la imagen del Che. Los estudiantes también. El Che constituye la referencia contemporánea de la Revolución. Por lo tanto, la guerra psicológica de la CIA ha fracasado como fracasaron también sus acciones en Vietnam.
“Es necesario combatir la desmemoria. Los jóvenes no tuvieron posibilidades de conocer directamente los acontecimientos de la guerrilla de Ñacahuasú y están siendo informados o desinformados. Hay que escribir y desarrollar testimonios y denunciar a la CIA como la autora del asesinato del Che, de sus compañeros, Simeón Cuba Sanabria (Willy), Aniceto Reynaga Gordillo y el peruano Juan Pablo Chang-Navarro Lévano.
“Es importante destacar el aporte de Ricardo Aneyba, no solamente porque entregó material importante de la CIA que permitió denunciar de forma precisa la actividad de este organismo, sino el aporte de relaciones con militantes de la Juventud Comunista que fueron conductores y dirigentes revolucionarios como Inti Peredo y otros militantes que conoció cuando estudiaba en la Escuela Técnica de Aviación Militar.
“Es probable por esta razón que el Che fue informado de la existencia de un hombre con esas características y presente en el gobierno de Barrientos y en un lugar muy importante, como el Ministerio de Gobierno, vinculadas al trabajo de la CIA. Su nombre aparece como una curiosidad para muchos en el cuaderno de notas del Comandante Ernesto Che Guevara.
“Muchos se han preguntado por qué, nosotros también nos preguntaremos, debe haber alguna razón importante que le hiciera registrar ese nombre al Comandante Guevara. Se ha publicado en algunos libros esta mención, pero nadie ha tomado el trabajo de investigar. Consideramos que Ricardo Aneyba ha realizado aportes muy importantes para la Revolución y por eso tiene el privilegio, como muy pocos, de aparecer en las notas escritas por Ernesto Che Guevara, que son parte del patrimonio universal de la Revolución.”
Continuará.