Gran revés para Biden: el presidente de México no asistirá a la Cumbre de las Américas (+video)
Andrés Manuel López Obrador confirmó que no asistirá «porque no se invita a todos los países de América», la administración estadounidense esperaba que su vecino país formará parte de la cumbre en Los Ángeles. Pierde legitimidad la convocatoria a la «Cumbre de los Amigos de América»
CAPAC – por Francisco Alcácer, fuente Telam
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confirmó este lunes que no asistirá a la Cumbre de las Américas de Los Ángeles por la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela, en un severo traspié diplomático para Estados Unidos, el país organizador, justo en la jornada de inicio formal del encuentro.
El Gobierno del mandatario estadounidense, Joe Biden, había intentado convencer a López Obrador de asistir a la máxima cita política regional desde el mes pasado, cuando se puso al frente de un reclamo de varios de sus pares, incluyendo el presidente Alberto Fernández, de no excluir a ninguna nación del continente.
«No voy a la cumbre porque no se invita a todos los países de América, y yo creo en la necesidad de cambiar la política que se ha venido imponiendo desde hace siglos, la exclusión, el querer dominar sin razón alguna, el no respetar la soberanía de los países», dijo López Obrador, en su conferencia de prensa matinal.
Funcionarios, exfuncionarios y analistas de América habían expresado su esperanza de que la cumbre sirviera de relanzamiento de las relaciones entre Estados Unidos y la región y permitiera avances en temas acuciantes como la ola de migraciones forzosas que recorre el continente, con epicentro en la frontera mexicano-estadounidense.
Pero la ausencia de López Obrador a la primera Cumbre de las Américas que se celebra en Estados Unidos desde 1994 parece echar un primer balde de agua fría a esas ilusiones y reflejar, en cambio, una creciente desconexión entre Washington y América Latina.
«No puede haber una cumbre si no están invitados todos los países. O puede haber una, pero eso es seguir con toda la política del intervencionismo», agregó el mandatario mexicano, que dijo que enviará a Los Angeles a su canciller, Marcelo Ebrard, como representante de su Gobierno en la IX Cumbre de las Américas.
En el recinto de la cumbre, un gran centro de convenciones en el centro de Los Angeles, representantes de la sociedad civil de toda América comenzaron a debatir hoy propuestas de soluciones a diversas problemáticas que presentarán el miércoles a los líderes asistentes para que las conviertan en compromisos de acción.
En otro golpe para la Casa Blanca, el presidente de Uruguay, el conservador Luis Lacalle Pou, también anunció hoy que no estará en la reunión porque dio positivo en coronavirus en el test obligatorio para ingresar a Estados Unidos, lo que priva a Biden de uno de los mandatarios del grupo con mayor sintonía política con Washington.
Para hoy estaba prevista la llegada a Los Angeles de los primeros líderes, entre ellos el chileno Gabriel Boric, un joven presidente de izquierda asumido este año que también había cuestionado las exclusiones, y de Panamá, Laurentino Cortizo.
«El evento ya es un fracaso neoliberal» que «aísla y desconecta a EEUU de Nuestra América», dijo en Twitter el canciller cubano, Bruno Rodríguez, luego del anuncio de López Obrador.
El presidente cubano, Miguel Díaz Canel, ya había dicho que no iría a la cumbre.
Los presidentes de Bolivia y Honduras, Luis Arce y Xiomara Castro, tampoco asistirán por las exclusiones, y también se ausentará el de Guatamela, Alejandro Giammattei, molesto con recientes críticas de Estados Unidos.
Pese a todo, se esperan acuerdos en algunos de los temas centrales de la cumbre, como crecimiento económico y recuperación pospandemia, el calentamiento global y medio ambiente y el proceso migratorio de dimensiones históricas que recorre América.
Estados Unidos no reconoce como tales a los presidentes de Nicaragua, Daniel Ortega, y Venezuela, Nicolás Maduro.
De hecho, ni Cuba, Nicaragua o Venezuela forman parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), el organismo con sede en Washington que organiza la cumbre junto al país anfitrión.
Pero las ausencias complican la posibilidad de Estados Unidos de aprovechar el encuentro para mostrar respaldo entre sus pares americanos en momentos en que está cada vez más enfrentado con Rusia por la guerra en Ucrania y que busca contener los avances estratégicos y económicos de China, su máximo rival mundial, en América Latina.
China está haciendo enormes inversiones en proyectos de infraestructura en América Latina y el Caribe, por lo que región ya no necesita tanto a Estados Unidos.
Además, la creación de una zona de libre comercio americana, la meta del expresidente Bill Clinton cuando concibió la idea de la Cumbre de las Américas, en 1994, ya se abandonó hace más de 15 años, sepultada en la reunión en Mar del Plata, en 2005.
La asunción del presidente Biden había generado expectativas en América Latina.
El nuevo presidente mantuvo prácticamente el mismo enfoque hacia Venezuela y Nicaragua que su predecesor republicano Donald Trump, aunque sí alivió recientemente algunas de sus medidas (calificadas como intrascendentes) contra Cuba.
Un gran plan de inversiones millonarias de Biden en América Latina para hacer de contrapeso a China se estancó en el Congreso por su alto costo. El estallido de la guerra en Ucrania también desvió la atención de Washington, y complicó una reconexión con la región.