Flotilla con ayuda humanitaria para Gaza atacada por Israel

La flotilla que navega en dirección a Gaza llegó a Túnez y no va a la guerra, aunque el régimen israelí ya se la declaró a sus marinos desde que partieron de Barcelona. La historia de los argentinos embarcados y del atentado que sufrieron dos naves en puerto

CAPAC – por Gustavo Veiga en Derribando Muros

Barcos pesqueros y a vela continúan por el Mediterráneo con rumbo a Gaza. Su misión humanitaria no es lo que supone el gobierno genocida de Benjamín Netanyahu: una flotilla de naves pequeñas con tripulaciones integradas por terroristas. Los nombres de esos barquitos parecen sacados de una regata que nada tiene de deportiva. Mencionan a mujeres: Alma, Catalina, Isobella. También fueron bautizados como cualquier parentela: Familia Madeira. Hay uno que recuerda a la célebre carabela de Colón, a no ser por una consonante diferente: La Pinya. No están preparados para batallas navales como las de Salamina, Trafalgar o Midway. No van a la guerra, aunque el régimen israelí ya se la declaró a sus marinos desde que partieron de Barcelona.

   Su itinerario puede seguirse por las redes sociales. Está a la vista de todas y todos, incluida la sofisticada máquina de matar palestinos en Gaza. Las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel), la marina y el Mossad seguramente relevan cada milla náutica recorrida. Varios barcos amarrados en el puerto de Túnez quedaron expuestos a ataques que también podrían haber sucedido en altamar. El lunes por la noche un dron cargado con un explosivo provocó un incendio en el que lleva a Greta Thunberg, la activista sueca, ya detenida y deportada en una expedición anterior por el régimen sionista.

  La carga de la flotilla es comida, agua y medicamentos, lo indispensable para paliar la hambruna a que es sometida la población gazatí. Sus naves no portan bombas, como esas que Estados Unidos fabrica para alimentar de metralla a las FDI. Proyectiles a los que EE.UU a lo largo de su historia les puso nombres propios. Little Boy (Niño pequeño), se llamaba la bomba atómica que arrojó el bombardeo B-29 Enola Gay sobre Hiroshima. Con la misma ligereza, un siglo después, Washington lanzó sobre Afganistán la MOAB, o “Madre de todas las Bombas”. Parece el juego macabro de edulcorar la muerte con nombres que suavizan a cada explosivo.

   Ni los vientos fuertes del Mediterráneo, ni las mareas, ni los desperfectos técnicos que sufrieron barcos como el del capitán argentino Jorge González, intimidaron a los militantes embarcados. “La tripulación está cansada pero de buen ánimo y el barco avanza a buena marcha. Intentaremos pescar algo para el almuerzo”, escribió en el grupo de whatsapp que sigue a la flotilla, el experimentado marino profesional, con varios cruces al Atlántico encima. 

  Sabe dónde está metido y 24 horas después del ataque en Túnez contra el Family, sacó conclusiones que dejaron de ser provisorias. Dice que aquella nave “no estaba vacía porque se encontraban sus seis tripulantes. Los atacantes sabían que la posibilidad de haber víctimas era mayor”. Citó a Carlos Cascote Bertola, otro capitán argentino, hijo de desaparecidos, que la noche del atentado declaró que el propósito de la explosión era impactar sobre un tanque de combustible. Para González eso implica que “estaban dispuestos a volar el barco con seis personas a bordo”. Además, desmintió al vocero tunecino que habló de accidente “porque en un video se vio claramente al dron cayendo sobre el Family”. No fue un cigarrillo encendido sobre un salvavidas el causante del incendio.

  Derribando Muros pudo dialogar con Cele Fierro, la diputada del MST en el Frente de Izquierda que viaja en otro barco, el Anara, con legisladores de varios países. “Esta experiencia me va a marcar tanto en lo personal como en lo político. La causa palestina la abrazamos desde siempre como militantes y todo lo que podamos hacer nos parece siempre poco porque el sionismo sigue avanzando en su plan de exterminio y limpieza étnica. Tenemos que lograr que nunca se deje de hablar de Palestina y todo lo que sea necesario para abrir este corredor humanitario que nos parece urgente. Ahora, cuando el treinta por ciento de las infancias en Gaza sufre de desnutrición y han asesinado a más de 64 mil personas de las cuales, unas 18 mil son niñas y niños”, explicó.

Fierro, legisladora porteña, viaja con un compañero del FIT, Juan Carlos Giordano. En la Argentina dejó a Emilia, su pequeña hija de 9 años que tiene la edad de muchos de los chicos palestinos asesinados en Gaza. “Fue difícil pero se trató de una decisión personal, sabiendo lo que significa exponerse a uno de los ejércitos más crueles en la historia, pero me preocupa mucho más que triunfe el sionismo y que tengamos un mundo mucho más despiadado que pueda llevar a un pueblo a la barbarie y que en ese mundo tenga que vivir mi hija. No lo puedo permitir pese a lo que la extraño, pero es lo que había que hacer”, comentó.

  Con el timón a su mando desde el Isobella, González es uno de los voceros principales de la flotilla. Mantiene informados sobre todo a los argentinos que siguen su rumbo en el Mediterráneo: “Ha sido una noche muy larga, con guardia permanente y mucha atención”, dijo en las últimas horas, después del ataque en Túnez. Su barco quedó relegado por ciertos desperfectos técnicos que solucionó. Incansable, sereno y con el ánimo templado para seguir, envió un video donde cuenta que conoce “la justicia de la causa palestina desde hace muchos años” y por eso integra la misión. Declaró que el propósito de abrir un corredor humanitario es “porque la única ayuda que hoy ingresa a Gaza es la que Israel coloca como cebo, como trampa, para fusilar con francotiradores en la fila de la comida”. 

  Cuando el capitán argentino difundió su mansaje navegaba entre la isla de Menorca y Túnez donde pensaba sumarse al resto de la flotilla. La anteúltima o última etapa antes de aproximarse a Gaza. Anoche fue atacada Alma, otra embarcación que navega con bandera británica. Le tiraron con un dron igual que pasó con el Family. No se reportaron víctimas pero sí un incendio sobre su cubierta. 

Deja una respuesta