¿Edmundo González, agente de la CIA?, candidato a la presidencia de Venezuela.
La misión del embajador Castillo y de Edmundo González (agentes de la CÍA), fue ser agentes de asesinatos contra los pobres en El Salvador, donde Edmundo González era conocido como el “mata curas”.
CAPAC – por Nadia Díaz
No se puede olvidar el papel nefasto que jugó Edmundo González Urrutia(candidato actual a la presidencia de Venezuela por la extrema derecha) en El Salvador cuando el era el segundo en la Embajada de VENEZUELA , junto al embajador Leopoldo Castillo conocido como El Mata Curas, esto sucedió entre 1979-1985, como parte del Plan Condor en El Salvador del proyecto contra «los pobres» que impulsó el presidente republicano de Estados Unidos Ronald Reagan contra el pueblo y los trabajadores salvadoreños para impedir que las fuerzas del pueblo que luchaba por sus derechos a mejor condición de vida para sus hijos avanzaran, ya que el factor que prolongó la guerra civil fue la intervención norteamericana.
La misión del embajador Castillo y de Edmundo González (agentes de la CÍA), fue ser agente de asesinato contra los pobres.
En los documentos desclasificados de la CIA, en febrero de 2009, Castillo apareció mencionado como corresponsable de los servicios de inteligencia que coordinaron, financiaron y dieron la orden para la ejecución de la Operación Centauro, que consistía en una serie de acciones violentas del ejercito salvadoreña y los “escuadrones de la muerte” para eliminar físicamente a originarios, estudiantes, campesinos, intelectuales, mujeres, profesionales y sobretodo a las comunidades religiosas congregadas en torno a la teología de la Liberación de «una solución pacífica y negociada al conflicto.
En los años en que la embajada estuvo a cargo de Castillo y Edmundo González, el ejército y los escuadrones dejaron un saldo de 13.194 civiles asesinados, entre ellos el sacerdote Oscar Arnulfo Romero, cuatro monjas Maryknoll, y los sacerdotes Rafael Palacios, Alirio Macias, Francisco Cosme, Jesús Cáceres y Manuel Reyes.
Edmundo se desempeñaba como asesor de estructuras de inteligencia (pentagonito) cuando fueron asesinados los 6 jesuitas y las 2 trabajadoras el 16 de noviembre de 1989.
Los crímenes respaldados por la gestión de Leopoldo Castillo y sus colaboradores como Edmundo González son considerados como “crímenes de lesa humanidad” y por tanto son imprescriptibles.
Llegará un día en que tendrán que rendir cuentas a la justicia española y salvadoreña por su participación en el exterminio de religiosas y religiosos y comunidades pacificas que estuvieron al lado de la paz durante el conflicto que azoto a El Salvador. Las terribles secuelas de sus actos aún perviven.