Ecuador, entre las elecciones y una criminalidad descontrolada
Se esperan hoy comicios muy parejos en una campaña que fue cerrada por los candidatos con chaleco antibalas. Luisa González de Revolución Ciudadana podría ser la primera mujer presidenta de Ecuador y Daniel Noboa, su adversario y empresario de derecha, el mandatario más joven de la historia.
CAPAC – desde Quito, Gustavo Veiga en Derribando Muros
En la línea de la mitad del mundo, Ecuador está a horas de definir quién lo gobernará. Su pueblo llega a la segunda vuelta con dos opciones para elegir: si Luisa González se convierte en la primera mujer que accede a la presidencia en este país andino, o apoya la candidatura de Daniel Noboa, quién podría transformarse en el mandatario más joven de la historia.
Representan dos modelos político-sociales diferentes y atravesados por la grieta que divide a la región casi desde que despuntó el siglo XXI. En las elecciones de agosto con que alcanzaron esta instancia, se impuso la abogada de Revolución Ciudadana, pero no le alcanzó para evitar el balotaje. Su rival, un empresario que sorprendió en la fraccionada votación anterior, es el hombre con que ahora se esperanzan los sectores más conservadores para evitar el regreso del progresismo que llevó a Rafael Correa al Palacio Carondelet en 2007.
González o Noboa, cualquiera de los dos que gane, tendrá una presidencia muy compleja por delante. Aunque corta, porque se extenderá por un año y medio para completar el mandato de Guillermo Lasso hasta el 24 de mayo de 2025. Esta pequeña nación sudamericana se ubica hoy en el puesto 10º del Informe Global contra el Crimen Transnacional.
Con índices de violencia descontrolados por la consolidación territorial del narcotráfico y favorecidos además por una economía dolarizada que les facilita la tarea a los cárteles mexicanos, la mafia albanesa y las bandas locales. También contribuyen la ubicación geográfica de Ecuador con salida a varios puertos del Pacífico y la porosa frontera con Colombia, más la simplificación del blanqueo de capitales y el pago de suministros que permite una divisa de uso universal como la estadounidense.
Esta capital todavía no sufre el clima de inseguridad que se vive en Guayaquil –segunda ciudad del país– y en las provincias costeras y del norte. Pero el hecho de que la ciudad está muy alerta ante la crítica situación, lo comprobó este cronista, recibido en la madrugada ayer en el hotel por dos efectivos de seguridad privada con armas de puño en su cintura.
Denis, un taxista de 28 años, mencionó otras coordenadas sobre el delito. Las recomendaciones generales no difieren de las que se escuchan en urbes importantes de América Latina. Ni siquiera de las principales de EE.UU. «No salga más allá de las 21», «tenga cuidado», aquí y allá. Nada original.
González y Noboa, que están muy parejos en varias encuestas, hicieron sus cierres de campaña el jueves con chalecos antibalas, que en Ecuador se venden como pan caliente. El asesinato del periodista Fernando Villavicencio el 9 de agosto pasado cometido por sicarios, fue un punto de clivaje en el concepto de seguridad.
El FBI se involucró en la investigación del crimen político, que no será sencillo de resolver. Siete de los procesados y detenidos ya murieron ahorcados o asesinados de otro modo en prisión. Eran seis colombianos y un ecuatoriano. Los recorridos de la candidata y el candidato a la presidencia estuvieron custodiados por demás.
Para la segunda vuelta se preparan 100 mil efectivos de seguridad de distintas fuerzas que custodiarán la votación de modo especial, en seis de las 24 provincias: Guayas, Manabí, Esmeraldas, El Oro, Los Ríos y Santa Elena. De aquella cantidad, 53.707 vigilarán el transporte y la recolección de los sufragios. Esos votos, pero sobre todo los del electorado más joven, los buscaron de manera afanosa hasta el cierre de campaña González y su adversario, hijo de Álvaro Noboa, el hombre más rico del país y ex candidato presidencial, siempre perdedor en las cinco ocasiones que se presentó. Es un empresario polirrubro y famoso exportador de bananas. Su compañía aumentó las ventas dentro de un contexto de crisis en 2022 mientras sus principales competidoras caían.
González sacó el 33,61 por ciento de los votos el 20 de agosto y Noboa el 23,47. Esa diferencia no se traslada de modo mecánico a la segunda vuelta, porque un crisol de fuerzas ultraconservadoras y de derecha se unió para impedir el retorno de Revolución Ciudadana al poder. Son, entre otras, Pueblo, Igualdad y Democracia (PID) y Mover (la ex Alianza PAIS). La candidata cerró su campaña en esta ciudad y prometió que desde este domingo, buscará «dignidad, justicia y equidad». El empresario se respaldó en su juventud para agradecer «a todos por creer en la nueva generación. Junto a ustedes construiremos el país que merecemos».
Las calles de esta capital entre montañas no parecen dominadas, ni siquiera, por los ecos de la campaña ya finalizada. La que abrió paso a lo que llaman el «silencio electoral». Un recorrido de casi media hora desde el aeropuerto, no fue indicio o termómetro del pulso político que tendrá la votación. No se veían señales o carteles de propaganda que llamaran la atención durante el viaje. Tal vez, porque la mayoría de los fondos se volcó a las redes sociales. En ese territorio indescifrable de fake news y audiencias jóvenes, está la llave de los comicios. La postal más gráfica de este Ecuador que está regido por la imagen ominpresente de Washington y Lincoln en los billetes, la tiene la marquesina de un comercio: «El dolarazo, todo por un dólar». Casi en la misma clave de aquel programa que hacia Diego Capusotto en la TV Pública. Todo por dos pesos