Desde EE.UU. dinero para la “guerra no convencional” contra Cuba
Las acciones subversivas de Estados Unidos y sus aliados contra Cuba, incrementadas durante la administración de Donald Trump (2009-2017), son apenas una parte de la estrategia bien definida para imponer la política hegemónica global norteamericana.
CAPAC – fuente Prensa Latina corresponsalía Washington
En los últimos meses, y con el sello evidente de los manuales norteamericanos sobre Guerra No Convencional, sectores enticubanos en Estados Unidos, América Latina e incluso Europa, desarrollan campañas mediáticas de grandes proporciones contra la nación caribeña.
Esta acción subversiva ocurre en medio de la lucha denodada del pueblo cubano contra la pandemia de la Covid-19, para lo cual el Estado cubano invierte cuantiosos recursos encaminados a garantizar la salud y la vida de los ciudadanos.
La National Endowment for Democracy (NED) financia el terrorismo
Un breve vistazo a la página web de la National Endowment for Democracy (NED), que recibe fondos del Congreso, evidencia el financiamiento de esa entidad a varias instituciones estadounidenses, latinoamericanas y de otros países, vinculadas a elementos que promueven el terrorismo y acciones que buscan el cambio de régimen en la isla caribeña.
Entre las entidades mencionadas está el Centro Latinoamericano para la No Violencia, radicado en Estados Unidos, que recibió en 2020 más de 48 mil 590 dólares para difundir el accionar de una supuesta Coalición de Trabajadores Autónomos de Cuba.
También entre las entidades que reciben dinero de la NED se encuentra Investigación e Innovación Factual A.C., radicada en México y receptora de 74 mil dólares en 2020, dirigidos a seleccionar, capacitar, asesorar y entrenar ‘periodistas independientes cubanos’.
A raíz de la toma de posesión del presidente Joe Biden el 20 de enero pasado, e incluso antes, quienes dirigen estas campañas propias de la guerra no convencional para subvertir el orden interno en Cuba, se centran en echar por tierra cualquier avance futuro que pueda haber, por mínimo que sea, en los nexos entre Washington y La Habana.
Los directivos de estas maniobras políticas se percataron de que, al menos, habrá algún cambio en la política de sanciones arbitrarias y de persecución financiera impuesta por la anterior administración, que se ensañó con decenas de medidas draconianas para atacar la economía de la nación antillana.
Mantienen vigencia las palabras del General de Ejército Raúl Castro Ruz, primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, cuando expresó el 22 de febrero de 2014:
‘…dondequiera que haya un gobierno que no convenga a los intereses de los círculos del poder en Estados Unidos y algunos de sus aliados europeos se convierte en blanco de las campañas subversivas.’
‘Ahora usan nuevos métodos de desgaste más sutiles y enmascarados, sin renunciar a la violencia, para quebrar la paz y el orden interno…’
‘Quien tenga dudas al respecto lo invito a hojear la Circular de entrenamiento 18-01 de las Fuerzas de Operaciones Especiales norteamericanas, publicada en noviembre de 2010, bajo el título La Guerra no Convencional (fin de la cita).
El documento mencionado establece que ‘los esfuerzos de Estados Unidos están dirigidos a explotar las vulnerabilidades psicológicas, económicas y políticas de un país adversario, para desarrollar y sostener las fuerzas de la resistencia y cumplir los objetivos estratégicos norteamericanos’.
Por otra parte, de la lectura de este y otros textos se evidencia que existe un trabajo interagencias, que incluye el Departamento de Defensa como la CIA, el Departamento de Estado y otras dependencias del Gobierno norteamericano.
Esas entidades federales buscan el apoyo de ‘organizaciones no gubernamentales’ como la NED, sedes diplomáticas de naciones aliadas de Washington, partidos políticos y la contrarrevolución interna en Cuba, a través de las cuales llegan a los supuestos ‘beneficiarios’, los fondos y las directrices para cumplir sus misiones subversivas.