Derecha internacional impulsa a González Urrutia. Nexos familiares con el narcotráfico (+video)
La red internacional detrás de la gira de González Urrutial, el opositor prófugo de la justicia venezolana apareció escoltado por el mismo grupo fascista del interinato de 2019, David Smolansky y Miguel Pizarro, es una muestra de que los planes violentos siguen siendo la opción de una red internacional fascista.
CAPAC – fuente TeleSur
La maniobra de la extrema derecha el pasado 6 de enero marca un momento revelador en la actual implicación de Washington en la desestabilización contra Venezuela. La aparición de Edmundo González Urrutia, flanqueado por David Smolansky y Miguel Pizarro, es una muestra de que los planes violentos siguen siendo la opción de una red internacional fascista.
La visita de González Urrutia a la Casa Blanca se presenta como un espectáculo deplorable, aunque digan lo contrario. Los encuentros con los presidentes salientes Biden y Lacalle Pou, junto con el argentino Milei, fueron, excepto la de Buenos Aires, reuniones con las administraciones salientes. El presidente Biden, desprestigiado y con la popularidad por el subsuelo, sólo dijo que lo «acompaña de corazón».
Sin embargo, un aspecto relevante a resaltar es la orientación de estos gobiernos respecto al apoyo a Israel. Todos quienes respaldan el «Plan Guaidó 2.0», tanto Uruguay junto con Panamá, Guatemala, Paraguay y un minúsculo grupo, secundaron a EE. UU. y el genocidio de Israel contra el pueblo de Palestina.
En este sentido, es relevante recordar el firme apoyo público de Smolansky a las políticas sionistas expansionistas de Israel en Oriente Medio. El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, recordó hace unos meses que representaba el sionismo en el país. «Yo decía, cuando este hombre era alcalde del Hatillo, que era el proyecto del sionismo en Venezuela», enfatizó.
La presencia de Smolansky y Pizarro en Washington también demuestra que la red de «think tanks» como el Wilson Center y el Atlantic Council, y otras instituciones y oenegés, están detrás de la estrategia de la extrema derecha venezolana. Por ejemplo, el rol de Pizarro en el Grupo de Trabajo sobre Venezuela del Adrienne Arsht Center for Latin America, afiliado al Atlantic Council, proporciona vínculos directos con las redes políticas alineadas con la OTAN.
Todo este tarimado que mantiene a Edmundo Gonzáles en movimiento lo garantiza el esquema del «interinato de Guaidó» donde, tanto Smolansky como Pizarro, fueron cómplices. Ambos sujetos se enfrentan a graves acusaciones por parte de las autoridades venezolanas por su implicación activa en la confiscación de Citgo en EE.UU.; el escándalo de corrupción multimillonario relacionado con Monómeros en Colombia y la incautación de 31 toneladas de oro venezolano por parte del Banco de Inglaterra, por mencionar algunos.
Estas acciones contribuyeron a que Venezuela perdiera más de 230.000 millones de dólares en ingresos, lo que demuestra cómo los mecanismos financieros sirven como instrumentos de presión política. En su oportunidad, el Fiscal General denunció que los señalados recibieron financiamiento y conspiraron con la Exxon Mobil contra Venezuela para intentar fracturar la lucha soberana por el Esequibo.
Otra muestra fue la participación en la intervención extranjera fallida con el concierto «Venezuela Aid Live» del 22 de febrero de 2019 en Cúcuta, ciudad colombiana fronteriza con Venezuela. Aunque representó un sofisticado intento de desafiar la soberanía venezolana, observamos como se utilizó la mafia narco paramilitar colombiana como punta de lanza, entre ellos a Los Rastrojos. La posterior admisión de Lilian Tintori en Nueva York sobre la colaboración con «paramilitares» y «grupos irregulares» proporciona un contexto esclarecedor para comprender cómo los pretextos humanitarios sirven a objetivos desestabilizadores.
Además, la implicación en las estructuras administrativas paralelas, ejemplificada por la designación el 13 de febrero de 2019 de una junta ad-hoc para PDVSA, fueron parte del «Plan Guaidó 2.0» que buscó establecer marcos institucionales para el robo y saqueo de los recursos de la nación.
La estrategia de «duplicación» institucional profundizó -en aquella ocasión- las afectaciones económicas, ahora, Edmundo González y María Corina Machado intentan nuevamente ocasionar las mismas consecuencia negativas para la población venezolana.
Vínculos familiares de González Urrutia con el narcotráfico
Las recientes investigaciones relacionadas a Rafael Tudares Bracho, yerno de González Urrutia por matrimonio con Mariana González, cuyas presuntas conexiones con redes internacionales de narcotráfico, especialmente con operaciones entre América Latina y Estados Unidos, suman otro elemento al expediente del opositor prófugo.
El marco de la investigación se centra en el cargo ejecutivo de Tudares Bracho en AguaExport Latam LLC, una empresa de transporte con sede en Miami que fue objeto de una investigación en 2022, cuando las autoridades estadounidenses interceptaron un buque relacionado con esta empresa.
Las actividades operativas de esta empresa se entrecruzan con investigaciones sobre redes regionales de narcotráfico, en particular las relacionadas con el narcotraficante colombiano Abraham Enrique Fernández, conocido por el alias de «Alta Amigo», que fue detenido en Santo Domingo por las autoridades dominicanas en marzo de 2023.
Visto así, los acontecimientos recientes en torno a González Urrutia siguen los mismo patrones de la intervención internacional y la convergencia de intereses entre grupos de presión estadounidenses, y trasatlánticos como el Foro Madrid y el grupo IDEA, articuladas a las redes criminales de la derecha regional que operan en múltiples niveles económicos, políticos y militares.
En vísperas de un nuevo período constitucional del presidente Nicolás Maduro, las tensiones creadas por las matrices mediáticas hegemónicas son la apuesta persistentes a la intervención fallida de los últimos años.