Cuba – Repudian genocidio sionista en conmemoración del Día de la Tierra Palestina
El Héroe de la República de Cuba, Fernando González Llort, presidente del ICAP, encabezó el concurrido acto de solidaridad con Palestina y en repudio al genocidio sionista contra los palestinos.
CAPAC – tomado de Cubadebate – Con información de Agencia Cubana de Noticias
Cuba conmemoró el Día de la Tierra Palestina, este 30 de marzo, con continuas muestras de solidaridad y denuncia del cese al fuego en Gaza, una fecha trascendental para recordar que la política de Israel se basa en una guerra injusta, la desposesión, el engaño y la mentira.
En acto político-cultural en la sede del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, Fernando González Llort, presidente del organismo y Héroe de la República de Cuba, expresó que el genocidio en Palestina constituye una herida abierta en la historia de la humanidad, de destrucción a un pueblo y una violación de los derechos humanos.
La fecha rememora y ratifica la convicción y el apego de los palestinos con su tierra, el valor, resistencia y amor a la Patria, a pesar de los bombardeos, la muerte, el dolor y la carencia de recursos necesarios como el acceso a alimentos, medicamentos, agua potable y electricidad, dijo.
Manifestó el más enérgico rechazo a la ruptura del alto al fuego por parte del Estado Sionista de Israel sobre el territorio palestino, acción que ha costado ya la vida de a miles palestinos, en su mayoría mujeres y niños, sumando aún más destrucción a una población ya asfixiada por el asedio y la violencia sistemática.
González Llort denunció también la impunidad con la que actúan las fuerzas de ocupación sionista y la complicidad del imperialismo norteamericano que ha vetado una tras otras las resoluciones presentadas en Naciones Unidas por poner fin a la masacre.
En nombre de los juventud cubana, Yaliel Cobo Calvo, miembro del Buro Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, declaró que durante 77 años, las personas palestinas han resistido al desplazamiento forzado, la confiscación de tierras y la expansión de los asentamientos ilegales.
Instó a todos los movimientos del mundo a exigir el fin de esta masacre y la retirada de las fuerzas israelíes, apoyar la firmeza del pueblo palestino, el regreso seguro a su tierra, proporcionar ayuda de emergencia y contribuir a la reconstrucción de esta valiente nación.
Mohammed Al Bheisi, estudiante palestino de Medicina, aseveró que el Día de la Tierra Palestina es un símbolo de lucha y de la resistencia por los derechos territoriales para quienes viven en las zonas ocupadas y la diáspora, con el firme sentimiento de conexión al suelo patrio, la defensa de la identidad nacional y rechazo a políticas de ocupación.
Demandó al brutal gobierno israelí que comete los mayores actos agresivos contra la humanidad y practica el terrorismo de Estado desde 1948, causando sufrimiento a los palestinos quienes enfrentan cada día el desarraigo, la violencia, vivir en condiciones infrahumanas, niños jugando entre escombros y familias divididas, y así mismo luchan por la dignidad.
Al Bheisi afirmó que en medio de este caos, hay historias de resistencia, de esperanza y humanidad, personas que apoyan su causa y trabajan por establecer la paz, la justicia y el respeto a la autonomía.
Asistieron al acto Teresa Amarelle Boué, miembro del Buro Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Emilio Lozada García, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido, y Majed Abu Al Hawa, encargado de negocios de la Embajada de Palestina en Cuba.
El Día de la Tierra Palestina rememora cuando, el 30 de marzo de 1976, palestinos que viven en ciudades árabes dentro de Israel llevaron a cabo una huelga general para manifestarse en contra el control del gobierno israelí de sus tierras y fueron asesinados seis palestinos por policías israelíes, quienes hirieron a muchos más.
Cuba aboga por la paz en esos territorios sobre la base de la creación de dos estados, que permita al pueblo de Palestina ejercer su derecho a la libre determinación y disponer de un Estado independiente y soberano dentro de las fronteras anteriores a 1967, con Jerusalén oriental como su capital.