Convocados por la historia: Cuba celebra el Día de la Rebeldía Nacional
Este 26 de Julio la Ciudad de Cienfuegos se vistió de fiesta en un nuevo aniversario de los Asaltos al Cuartel Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
CAPAC – por Laura Mor/ Fotos: Yaimi Ravelo/ Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba.
“Acudimos a este nuevo aniversario del Moncada convocados por la historia patria”, afirmó Marydé Fernández López, Primera Secretaria del Partido Comunista de Cuba en el territorio, recordando que aquel 26 de julio de 1953 “se abrió una nueva fase en la historia” del país.
Con la presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz y del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el espíritu de lucha Fidel convocó a más de 10 mil cienfuegueros y cienfuegueras en la Plaza Cultural de la provincia.
Marydé Fernández López si bien reconoció que ha sido un año sumamente difícil para el país, enfatizó la capacidad de resistencia creativa de todo el pueblo cubano y enunció algunos logros que hicieron que la provincia haya sido elegida como lugar donde realizarse el acto central, entre los cuales se distingue la consolidación de 11 polos productivos, la diversificación de la producción, la conclusión al cierre de julio del 66% del plan trazado en materia habitacional y de acceso a la vivienda, la inauguración de más de 100 obras públicas en las áreas de salud, educación y cultura.
Asimismo, destacó la labor de la refinería “Camilo Cienfuegos” y la generación de electricidad con la termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes, “una de las más eficientes y estables del país”.
Recordó también que en la provincia (específicamente en los municipios de Palmira y Cruces) fue donde se comenzaron los ensayos clínicos de Soberana Centro, que acompañó a la vacunación de Abdala, logrando en un año un 99.7% de población vacunada contra la Covid-19 a pesar de las dificultades generadas por la existencia del bloqueo económico, comercial y financiero en la adquisición de materiales, como por ejemplo las jeringuillas necesarias para la campaña de vacunación.
A esta cruel política hacia Cuba impulsada por las administraciones estadounidenses también se refirió Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de la República de Cuba, durante su intervención.
“El bloqueo es ahora mismo la mejor prueba de que sí funciona el socialismo”, indicó al mencionar que el país es referente en materia de acceso a la salud, la educación, los niveles de seguridad y protección ciudadana e índices como los de natalidad y mortalidad infantil, que ubica al país en niveles similares a los de los países desarrollados.
Díaz-Canel denunció el sostenimiento del bloqueo económico, comercial y financiero como «un mecanismo para detener el avance de un país socialista que se convertiría en un modelo de sociedad», a la vez que exigió una vez más su cese.
“Pretenden que bajo la presión de necesidades materiales generada por el bloqueo claudique el espíritu de resistencia del pueblo», denunció enérgicamente.
«La lógica imperial apuesta a la amnesia y la parálisis social», afirmó, dando cuenta de una feroz campaña de desestabilización que apunta a las nuevas generaciones, tratando de deslucir a los hacedores de un capítulo fundamental en la historia cubana. Advirtió que, de lograrse el objetivo «ignorarían que (en la Cuba prerrevolucionaria) las grandes mayorías no tenían propiedad sobre la tierra que trabajaban, ni las casas en las que vivían», algunos de los derechos que han sido conquistados tras el triunfo revolucionario y que continúan hasta nuestros días.
«Esa Cuba sería el retorno al día después el Moncada, una Cuba que solo la Revolución transformó para siempre».
“Los problemas de los cubanos no los van a resolver quienes los han creado”, ratificó en referencia a la política exterior injerencista de Estados Unidos hacia Cuba, reforzada con los intentos de golpe blando y desestabilización ocurridos en el último año; hechos que marcaron una clara intromisión en los asuntos internos del país.
«Cuba no está sola y no lo ha estado nunca, pues representa la alternativa ante un orden injusto, para probar que hay espacios para todas las ideas y que la democracia sea reconocida».