¿Cómo USAID repartió millones para comprar periodistas y grupos mediáticos?

A principios de este mes, en una revelación impactante, WikiLeaks expuso que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) ha financiado a cientos de organizaciones mediáticas en todo el mundo durante años, generando preocupaciones sobre la independencia y la libertad de prensa.

CAPAC.- por Alireza Akbari, tomado de Hispan TV

En una publicación en X (anteriormente Twitter) el 6 de febrero, la célebre plataforma de filtraciones afirmó que USAID había financiado a más de 6200 periodistas en 707 medios de comunicación, así como a 279 ONG dedicadas a los medios.

Esta explosiva revelación encendió de inmediato el debate sobre si tales lazos financieros podrían comprometer la integridad del periodismo y la credibilidad de los medios que reciben dichos fondos.

La filtración se produjo días después de que el gobierno estadounidense anunciara a finales de enero la congelación de la ayuda exterior a través de una orden ejecutiva titulada “Reevaluación y Reorientación de la Ayuda Exterior de Estados Unidos”.

Dicha orden, que impuso una pausa de 90 días en todos los programas de asistencia al desarrollo extranjero de EE.UU., tenía como objetivo permitir a la administración de Donald Trump reevaluar la eficacia y alineación de estas iniciativas con la agenda de “Estados Unidos Primero”, ampliamente promovida.

Durante un discurso en Las Vegas el 25 de enero de 2025, Trump defendió la decisión, calificándola como un paso necesario para redirigir recursos hacia prioridades nacionales.

La orden ejecutiva, que argumentaba que ciertos programas de ayuda exterior “no estaban alineados con los intereses estadounidenses” y, en algunos casos, eran “antitéticos a los valores estadounidenses”, ha sido interpretada bajo una nueva luz tras las revelaciones de WikiLeaks a principios de febrero.

Vista del edificio de USAID en Washington D.C., 1 de febrero de 2025

Analistas de medios han advertido que la financiación de USAID podría servir fácilmente como una herramienta de manipulación en los medios de comunicación que han sido beneficiarios de fondos estadounidenses durante años o incluso décadas.

Según WikiLeaks, USAID ha proporcionado apoyo financiero a medios en más de 30 países.

Un documento informativo, posteriormente eliminado de la web de la agencia, reveló que desde al menos 2003, USAID ha financiado la formación y recursos para aproximadamente 6200 periodistas, ha respaldado a 707 medios no estatales y ha apoyado a 279 organizaciones de la sociedad civil, exponiendo así la vasta influencia directa de EE.UU. en los sistemas mediáticos globales durante las últimas dos décadas.

El alcance de esta influencia también se refleja en el presupuesto de ayuda exterior de 2025, que incluyó una asignación de $268.4 millones del Congreso estadounidense específicamente destinada a iniciativas de “medios independientes y libre flujo de información”.

Uno de los aspectos más llamativos de esta revelación involucra a la organización sin fines de lucro financiada por EE.UU., Internews Network (IN), que supuestamente ha canalizado cerca de $500 millones en proyectos mediáticos alrededor del mundo.

Esto plantea preguntas fundamentales: ¿Es posible una verdadera independencia de los medios cuando su sustento financiero depende de gobiernos extranjeros con sus propias agendas políticas?

Sede de Internews y el Centro de Desarrollo de Pequeñas Empresas en la Costa Norte, 7th Street, Arcata [Foto: Ryan Hutson]

Documentos filtrados indican que Internews ha colaborado con 4291 medios, produciendo 4799 horas de programación en un solo año y alcanzando a aproximadamente 778 millones de personas.

Aunque Internews alega que su misión es fortalecer el “periodismo independiente” y ampliar el “acceso a la información”, el inmenso alcance de sus operaciones ha generado preocupaciones legítimas sobre su posible influencia indebida o incluso manipuladora en las narrativas mediáticas.

USAID ha destinado $472.6 millones a Internews a lo largo de los años, aunque la organización también recibe apoyo financiero de donantes privados, como la Fundación AOL-Time Warner y la Fundación Bill y Melinda Gates, entre otros.

Subvenciones específicas destacan la magnitud de estas iniciativas. Por ejemplo, USAID otorgó $10.7 millones a Internews para respaldar el “periodismo de alta calidad y responsable” en Liberia y $11 millones para un programa de “medios en favor de la democracia” en Moldavia.

El Departamento de Estado de EE.UU. también aportó $1.48 millones para establecer “servicios de información seguros, accesibles y vitales” en Sudán del Sur, según los documentos filtrados.

En Jordania, USAID otorgó una subvención de $19.5 millones a Internews con el fin de ayudar a “posicionar a la sociedad jordana para abogar eficazmente por intereses impulsados por los ciudadanos”.

Jeanne Bourgault, directora de Internews, financiada por USAID

Fundada en 1982, Internews tiene su sede en California y opera en más de 30 países, con oficinas principales en EE.UU., Londres y París, además de centros regionales en Kiev, Bangkok y Nairobi.

A lo largo de los años, Internews ha expandido significativamente su alcance global, posicionándose como un actor clave en el desarrollo mediático internacional. Sin embargo, la organización ha sido objeto de severas críticas por su papel en los esfuerzos de censura en redes sociales.

Jeanne Bourgault, quien lidera Internews, supuestamente percibe un salario anual de $451 000. Anteriormente trabajó en la embajada de EE.UU. en Moscú durante la década de 1990, donde gestionó un presupuesto de $250 millones, gran parte del cual se destinó a proyectos de “cambio de régimen”.

En 2023, Internews recibió casi $500 millones de USAID, lo que subraya su importancia en las “iniciativas mediáticas” globales y evidencia la influencia personal de Bourgault, exfuncionaria de USAID.

La organización colabora con 4291 estaciones de radio, televisión y publicaciones impresas en todo el mundo, además de capacitar a más de 9000 profesionales de los medios anualmente.

El año pasado, Internews produjo o facilitó la creación de 4799 horas de programación de televisión y radio, alcanzando aproximadamente 396 millones de oyentes y 382 millones de televidentes.

En Ucrania, la financiación de USAID ha sido particularmente extensa, respaldando a “nueve de cada diez” medios de comunicación en el país, cuya labor ha sido amplificar narrativas pro-OTAN y pro-guerra.

Edificio de NZME en las calles Victoria y Graham, Auckland City

Además, 25 organizaciones mediáticas, entre ellas StuffNZMEBusinessDeskNewshub y 1News, han recibido apoyo financiero a través de USAID e Internews. Sin embargo, la reciente congelación de la ayuda extranjera ha tenido consecuencias inmediatas, con varios medios ucranianos anunciando la “suspensión” de sus operaciones debido a la pérdida de financiación.

Anna Babinets, directora ejecutiva y cofundadora de Slidstvo.Info, un medio con sede en Kiev, destacó el grave impacto de estos recortes en su organización: “En Slidstvo.Info, el 80 % de nuestro presupuesto se ha visto afectado”, afirmó.

Oksana Romaniuk, directora del Instituto de Información Masiva (IMI, por sus siglas en inglés), hizo eco de estas preocupaciones sobre la interrupción de la financiación, señalando la fuerte dependencia de los medios ucranianos de los recursos financieros extranjeros.

Romaniuk subrayó las dificultades del mercado publicitario, particularmente en los medios regionales.

“El mercado publicitario no se ha recuperado, especialmente en los medios regionales. Mientras que los medios nacionales consiguieron anunciantes y comenzaron a generar ingresos, estos no alcanzan para cubrir el 100 % de sus necesidades”, recalcó.

“Hemos constatado que, en los medios regionales, los ingresos por publicidad oscilan entre un 3 % y un 10 %. Es simplemente imposible sobrevivir con esas cifras”, apuntó.

Anna Babinets (derecha), directora ejecutiva y cofundadora de Slidstvo.Info.

Ella también advirtió sobre las consecuencias más amplias de la reducción de fondos para las organizaciones mediáticas.

WikiLeaks ha revelado asimismo vínculos financieros entre los principales grupos mediáticos de Nueva Zelanda e Internews, lo que ha suscitado interrogantes sobre el grado de influencia del gobierno de EE.UU. en el panorama mediático del país.

Los documentos filtrados sugieren que la financiación de USAID ha colocado a estos medios en una precaria situación de dependencia, lo que implica que, sin apoyo financiero extranjero y sin una estructura publicitaria gestionada externamente, su supervivencia podría estar en riesgo.

A través de Internews, USAID ha financiado a 25 destacadas organizaciones de medios en Nueva Zelanda, entre ellas StuffNZMEBusinessDeskNewshub y 1News.

En Nueva Zelanda, estos fondos han sido canalizados mediante iniciativas como la campaña “Back to News” de GroupM New Zealand, cuyo objetivo es redirigir los ingresos publicitarios hacia lo que describen como medios de comunicación “creíbles”.

Estas revelaciones son particularmente sensibles, dada la pertenencia de Nueva Zelanda a la alianza de inteligencia Five Eyes (Cinco Ojos), una asociación que incluye a EE.UU., el Reino Unido, Canadá y Australia.

Internews, que ha recibido 470 millones de dólares de USAID a lo largo de los años, ha dedicado décadas a la construcción de redes mediáticas a nivel global, la capacitación de periodistas y la promoción de la “libertad de expresión” en los antiguos estados soviéticos y otras regiones.

Newshub. 

No obstante, analistas mediáticos argumentan que la misión de la organización nunca ha sido neutral. Según ellos, Internews ha impulsado narrativas alineadas con la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), particularmente en su esfuerzo por contrarrestar a los medios afines al Kremlin en países como Rusia, Ucrania, Georgia y Serbia.

De acuerdo con documentos internos, las iniciativas de Internews no se han centrado en fomentar una “prensa libre”, sino en utilizar los medios como una herramienta para “efectuar transformaciones sociales y políticas”.

La influencia de Internews se remonta a finales del siglo XX, cuando se asoció con la Fundación Soros para financiar medios en las naciones postsoviéticas.

Su labor desempeñó un papel significativo en la configuración de narrativas mediáticas durante las denominadas “revoluciones de colores” de los años 2000 en Serbia, Georgia y Ucrania.

Durante la Revolución de las Rosas en Georgia en 2003, Internews proporcionó financiación y formación a periodistas de Rustavi-2, un canal de televisión líder que se convirtió en un actor clave en los acontecimientos.

Marc Behrendt, exdirector de Internews en Georgia, comentó en aquel entonces: “Los medios hicieron un excelente trabajo informando al público sobre lo que estaba ocurriendo, y tuvieron un enorme papel en llamar a la gente a las calles”.

Según el informe anual de Internews de 2004, Rustavi-2 fue fundamental en el “levantamiento no violento” que llevó a la renuncia del presidente de Georgia.

El informe describió a la cadena como “audaz” e independiente, destacando su disposición a desafiar al gobierno. La cobertura de Rustavi-2 ayudó a movilizar el apoyo público y a galvanizar las protestas masivas.

En Ucrania, Internews tuvo un impacto igualmente significativo. Para 2003, la organización había llevado a cabo 220 programas de formación mediática, capacitado a más de 2800 periodistas y producido más de 220 programas de televisión y 1000 programas de radio.

También financió Telekritika, un medio digital que desempeñó un papel central en la “Revolución Naranja” de 2004.

Revolución Naranja

Para 2005, Internews producía Proyav Chasu, uno de los programas de televisión más populares de Ucrania, que cubría las protestas masivas contra el “fraude electoral” durante la revolución.

Para 2007, Internews había ampliado su alcance global, capacitando a 60 000 periodistas, estableciendo más de 2500 medios independientes y promoviendo leyes mediáticas en 21 países.

Con operaciones en 70 países y oficinas en 42 ciudades, la organización afirmaba llegar a una audiencia de casi mil millones de personas.

Activistas han descrito la labor de Internews en la configuración de los paisajes mediáticos como de una magnitud “sin precedentes”.

The Washington Post, hace más de dos décadas, calificó a la organización como “uno de los agentes de cambio más exitosos en la ex Unión Soviética”.

Internews ha reconocido su papel en la configuración de dinámicas geopolíticas, incluyendo debates sobre la expansión de la OTAN.

En mayo de 1990, la organización copatrocinó una reunión en el Castillo de Crottorf, organizada junto con el Instituto de Estudios Este-Oeste, financiado por Soros, para debatir sobre “la arquitectura futura de Europa”, incluyendo la posible integración de una Alemania unificada en la OTAN.

Para 2016, tras importantes cambios políticos como el Brexit y la elección de Trump, Internews comenzó a reorientar su enfoque.

La misma organización que en su momento promovió la “libertad de expresión” como una herramienta para desafiar a gobiernos extranjeros, empezó a presentar la “libertad de expresión” en línea como un posible peligro, abogando por una mayor moderación de contenido y censura en las democracias occidentales.

En colaboración con el Foro Económico Mundial, financiado por USAID, Internews cambió su estrategia hacia el uso de boicots publicitarios como mecanismo de control del discurso en línea.

Críticos han señalado este giro en las políticas de Internews, advirtiendo que las mismas herramientas mediáticas utilizadas para influir en gobiernos extranjeros ahora se han vuelto hacia el interior, apuntando contra ciudadanos estadounidenses, disidentes políticos y medios alternativos que desafían las narrativas establecidas.

Robert F. Kennedy Jr.

Internews fue fundada durante la Guerra Fría con el objetivo declarado de fomentar el diálogo abierto entre Estados Unidos y la Unión Soviética, buscando reducir las tensiones entre Oriente y Occidente.

Sin embargo, críticos sostienen que, bajo la influencia de USAID y las élites occidentales, la organización se convirtió en una herramienta para promover la expansión de la OTAN, avivando así el resurgimiento de rivalidades propias de la Guerra Fría.

En una entrevista con Tucker Carlson, el político estadounidense Robert F. Kennedy Jr. criticó a USAID por su prolongada influencia en las narrativas mediáticas globales. La entrevista se viralizó en redes sociales tras las filtraciones de WikiLeaks que expusieron la financiación de medios por parte de USAID.

“Los periodistas se han convertido en propagandistas del gobierno… Una parte significativa de esta dinámica es la influencia de las agencias de inteligencia en la prensa. Hoy en día, son el mayor financiador del periodismo a nivel mundial, principalmente a través de USAID”.

Kennedy señaló la magnitud de este financiamiento, afirmando: “Gastan alrededor de 10 000 millones de dólares al año en financiar el periodismo en todo el mundo”.

También hizo referencia a una orden ejecutiva de 2012 emitida por el entonces presidente Barack Obama:

“El presidente Obama emitió una orden ejecutiva que permitió a la CIA (Agencia Central de Inteligencia de EE.UU.) volver a hacer propaganda dirigida a los estadounidenses… Desde entonces, vimos cómo la prensa se convirtió abiertamente en un vehículo de propaganda para la CIA”.

Antes de Kennedy, el exagente de la CIA John Stockwell ya había denunciado el uso de los medios de comunicación como herramienta de la agencia. En sus testimonios, Stockwell detalló cómo la CIA aprovecha la “inteligencia recopilada” para diversos fines, algunos de ellos altamente controvertidos.

“Hay otras funciones… Una es dirigir guerras secretas… Otra es difundir propaganda para influir en la opinión pública, y esta es una de las principales funciones de la CIA. Y, lamentablemente, esto se superpone con la recolección de información”, explicó Stockwell

También reveló las tácticas de la agencia para manipular a los periodistas, describiendo un proceso calculado en el que los reporteros primero son alimentados con información veraz para ganar su confianza y, posteriormente, se les suministran datos falsos.

Stockwell citó un ejemplo concreto de cómo la CIA utiliza la prensa, basándose en su experiencia en la gestión del conflicto en Angola:

“Bueno, por ejemplo, en mi guerra, la guerra de Angola que ayudé a dirigir, un tercio de mi equipo se dedicaba a la propaganda. Irónicamente, dentro de la CIA, esto se conoce como acción encubierta… que es la parte violenta. Tenía propagandistas en todo el mundo, principalmente en Londres, Kinshasa y Zambia”.

Estas revelaciones, sumadas a la evidencia del amplio financiamiento de medios por parte del gobierno estadounidense para promover “historias con motivaciones políticas”, han alimentado un intenso debate entre analistas.

Sostienen que las organizaciones mediáticas que reciben estos fondos terminan impulsando narrativas favorables a los intereses de Estados Unidos.

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