Chile: Una semana política caliente
El presidente electo empezó a delinear un gabinete juvenil y progresista, prefirió no responder a la provocación de Jair Bolsonaro que anunció que no participaría de su asunción y aseguró que revisará las adjudicaciones que está haciendo el gobierno de Piñera para la explotación de litio.
CAPAC – TÉLAM
A menos de dos meses de que el presidente electo Gabriel Boric asuma el gobierno de Chile, una semana cargada de anuncios, cruces con el oficialismo, versiones sobre su futuro gabinete y el exabrupto de una prominente figura opositora marcaron la atmósfera de tensión y expectativa que caracteriza al último tramo de la transición hasta su desembarco en La Moneda.
La semana política arrancó el lunes, con la proclamación oficial de Boric como presidente electo por parte del Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel), en una ceremonia en la que el exdirigente estudiantil y diputado de izquierda prometió dar lo mejor de sí «para estar a las alturas de las expectativas que hemos despertado».
Si bien Boric señaló que su equipo de ministros será anunciado la penúltima semana de enero y que hasta entonces no adelantará ningún nombre, el miércoles comenzó a mostrar el perfil de su administración al designar al abogado especializado en derechos humanos y movimientos indígenas Matías Meza-Lopehandía como su nuevo jefe de gabinete.
Meza-Lopehandía es militante de Convergencia Social, el partido de Boric que integra el Frente Amplio (FA) y fue uno de los asesores clave en la campaña presidencial.
Su nombramiento es indicativo del perfil juvenil y progresista de quienes -según señala la prensa local- mayoritariamente integrarán su equipo más cercano.
Boric prometió que su Gabinete será paritario, que incluirá personas de varias generaciones y que tendrá diversidad social, atributos sobre los que charló con los partidos integrantes de Apruebo Dignidad, la coalición que lo llevó al triunfo.
En ese sentido, al referirse a la composición del elenco ministerial, dijo que tiene «plena autonomía para la designación» y subrayó que definirá los distintos nombres «pensando en lo mejor para el país y no en cuoteos de partidos».
Otro punto álgido de la semana se centró en las relaciones internacionales luego que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, anunciara que no asistirá a su ceremonia de asunción.
«No voy a entrar en detalles porque no quiero crear problemas en las relaciones exteriores pero, ¿quién asistirá a la toma de posesión del nuevo presidente de Chile? No lo haré», provocó el mandatario ultraderechista.
Bolsonaro fue el último mandatario latinoamericano en saludar a Boric tras su triunfo en el balotaje, el pasado 20 de diciembre, y lo hizo varios días después de conocido el resultado y en un tono inusualmente áspero.
«Prácticamente la mitad de la población se abstuvo y con la otra mitad que fue a votar (el resultado) dio el 55% por el tal Boric y un 45% por Kast», posteó en sus redes sociales.
Boric respondió entonces que no va a tener «declaraciones destempladas» y que cree que «en políticas de Estado y relaciones exteriores hay que ser un poco más cuidadosos. Claramente somos muy distintos».
Después, el Gobierno saliente de Sebastián Piñera Chile anunció que dos compañías, una local y otra china, se adjudicaron una licitación para explotar 140.000 toneladas de litio, una operación resistida por gran parte de la oposición y también por el propio Boric, quien ya anticipó que va a «revisar» la decisión que calificó como «una mala noticia».
«Esta era una atribución exclusiva del Gobierno en ejercicio y nos parece que es una mala noticia. Me recuerda a esas ‘leyes de amarre’ que se hacían a última hora», dijo el futuro jefe de Estado.
De ese modo aludió a las normas creadas por la dictadura de Augusto Pinochet para perpetuar ideológica y económicamente el modelo neoliberal, a través de restricciones constitucionales y la necesidad de quórum altísimos para modificarlas.
En referencia a la licitación objetada, Boric aseguró que sus equipos van a revisar todo el proceso y adelantó que está dispuesto a crear una empresa nacional del litio, «que además actúe en consideración con las comunidades, con el cuidado de los salares y el desarrollo productivo nacional».
La polémica por la adjudicación por 20 años de zonas para explotar el litio tuvo además un capítulo en la Justicia, luego de que este viernes la Corte de Apelaciones de Copiapó ordenara paralizar transitoriamente el proceso por el cual habían sido adjudicadas las empresas BYD Chile SpA (de capitales chinos) y Servicios y Operaciones Mineras del Norte (chilena).
Por último, la áspera semana política quedó coronada con el exabrupto de la presidenta de la Cámara Alta, la democristiana Ximena Rincón, quien durante una votación parlamentaria -y sin notar que su micrófono estaba abierto- comentó entre risas que el próximo Gobierno «va a sufrir mucho» y que ella va a «alquilar un palco» para verlo.
La senadora, que pronunció estas palabras a solo horas de haberse reunido con Boric y publicar sonrientes «selfies» con él, abordó luego sus controvertidos dichos ante la prensa y buscó bajarle el tono al tema, que igual explotó en redes sociales con duras críticas a la dirigente con las etiquetas #XimenaRincón, #Miserable e #Hipócrita.
«Yo he reiterado hoy día en la reunión con el Presidente electo que él va a tener todo nuestro apoyo, porque nos parece que lo que viene hacia adelante es desafiante, es de transformación, lo ha dicho la ciudadanía, pero en un escenario absolutamente distinto al de hoy», intentó matizar Rincón.
«Va a ser difícil para el Gobierno, y ahí vamos a estar nosotros para apoyar todo lo que se necesite», prometió luego la presidenta del Senado.
Por otro lado, el espinoso tema del indulto a los presos del estallido social de 2019 -que suman 77, de los cuales 47 se encuentran aún en prisión preventiva-, y que es impulsado por Boric, recibió duras críticas del vicepresidente del Senado, el también democristiano Jorge Pizarro, quien advirtió al mandatario electo que si el proyecto es votado en su estado actual «será rechazado».
El presidente electo «debe decir claramente si quiere que lo rechacen o si quieren que lo aprueben. Si quiere que lo rechacemos, lo votamos esta semana; si quiere que lo aprueben hay que entrar a una discusión en particular y buscar acuerdos más allá de lo que está establecido en ese proyecto», aseguró el senador de la Democracia Cristiana.
El debate sobre el indulto a ese grupo de manifestantes divide aguas y tensa desde hace tiempo la agenda política, e incluso permeó los debates en la Convención Constitucional, cuando su anterior presidenta, la líder mapuche Elisa Loncon, y la actual, María Elisa Quinteros, solicitaron a los legisladores apurar una decisión al respecto, con la firme oposición de la derecha.