Cero entradas de dinero a Cuba: El objetivo de los EEUU
Cada medida que se aprueba contra Cuba por el Congreso yanqui, está encaminada a cortar toda entrada de divisas, situación de tremenda crueldad que afecta directamente al pueblo.
CAPAC – por Arthur González en Razones de Cuba
Desde los primeros días del año 1959, Estados Unidos inició acciones para intentar asfixiar a la joven Revolución cubana, solo por declararse independiente y soberana, sin someterse a los dictados de Washington.
El 5 de junio de 1959 el senador demócrata por Florida, George Smathers, propuso una Enmienda para reducir la cuota azucarera que Estados Unidos le compraba a la Isla. Era el inicio de múltiples medidas tomadas posteriormente para evitar que la economía cubana tuviera resultados.
Ese ha sido siempre el objetivo de Washington, incluso reconocido oficialmente por el Council on Foreign Relations cuando señaló:
“La oposición de Estados Unidos a la Revolución cubana y el apoyo a la democracia y al desarrollo en este hemisferio, lograron frustrar las ambiciones cubanas de expandir su modelo económico e influencia política”.
Por esa razón, cada medida que se aprueba contra Cuba por el Congreso yanqui, está encaminada a cortar toda entrada de divisas, situación de tremenda crueldad que afecta directamente al pueblo y después hay que soportar la mentira de que “ellos luchan por los derechos humanos de los cubanos”.
Una verdad irrefutable de sus acciones criminales la plasmó Lester Mallory, sub secretario de Estado, en su Memorando del 6 de abril de 1960, cuando escribió:
[…] “El único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento, basado en la insatisfacción y las dificultades económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno” […]
Por eso, en días pasados Marco Rubio, nuevo secretario de Estado, dio a conocer una nueva medida contra Cuba, que pretende cortar la entrada de dinero a través de los contratos del personal de la salud que presta servicio en más de 100 países del mundo, salvando vidas y no haciendo guerras para matar civiles inocentes, como acostumbran los Estados Unidos y sus aliados.
Para no dejar dudas del verdadero objetivo que persigue, Rubio declaró: “las misiones internacionalistas, que incluyen actividades médicas, representan la principal fuente de entrada de divisas para la Isla”.
Con la finalidad de enmascararlo, volvió a repetir la mentira de que: “dichos programas enriquecen al gobierno cubano”, algo estúpido porque esa entrada permite adquirir el equipamiento e instrumental necesario para mantener los hospitales que atienden al pueblo gratuitamente.
De ahí que los yanquis trabajan sin descanso, en perseguir todas las entradas de divisas para ahogar la economía cubana y después desarrollar la campaña del supuesto estado fallido.
Similar persecución se hace contra el turismo, logrando sancionar a más del 90 por ciento de los hoteles de Cuba, como medida para atemorizar a los que se atrevan a viajar y disfrutar de sus encantos naturales y la rica cultura.
El odio los consume desde 1959 y por ese motivo han realizado actos terroristas contra los campos de caña de azúcar, las industrias, los centros comerciales e incluso bombardearon la refinería de La Habana y una lancha pirata tiroteó la de Santiago de Cuba.
Así mismo, hechos terroristas financiados desde Estados Unidos, fueron ejecutados contra hoteles de Varadero, de la capital cubana y restaurantes emblemáticos, como la Bodeguita del Medio, cuando Cuba apostó por desarrollar el turismo, todo con el propósito de amedrentar a los visitantes internacionales.
La historia está cargada de hechos e incluso la evidencia son los planes aprobados por las administraciones yanquis, ya desclasificados, donde se expone una amplia gama de actos terroristas, como consta en el “Documento preparado por la Agencia Central de Inteligencia para el Grupo permanente del Consejo Nacional de Seguridad”, fechado el 8 de junio de 1963, que expresa:
“Asunto: Política encubierta y programa integrado de acciones propuestas hacia Cuba”.
Entre los puntos aprobados se expone:
“Un aspecto vital del programa para ejercer la máxima presión sobre el régimen Castro-comunista, es la dependencia del impacto de cada curso de acción en la ejecución simultánea y efectiva de los otros cursos de acción”. “Solamente después que los efectos de la represalia económica y de las acciones de sabotaje se sientan profundamente en la población y en los grupos de élite, se puede esperar convertir la desafección en las fuerzas armadas y otros centros de poder del régimen, en revueltas activas contra el séquito Castro-comunista”.
El odio visceral que sienten es que, a pesar de gastar miles de millones de dólares desde hace 67 años, e incluir a Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo, que además prohíbe las transacciones bancarias con empresas cubanas, no han podido materializar sus sueños de ver esas revueltas masivas en las calles y el pueblo resiste las penurias porque conoce perfectamente que el principal responsable de sus escaseces, son la madeja de leyes que conforman la guerra económica, comercial y financiera, impuestas por Estados Unidos desde 1960.
Vergüenza debería sentir Marco Rubio por intentar matar de hambre y enfermedades al país donde tiene sus raíces genéticas, pero no hay nada mejor que un día tras otro y al final, como aseguró José Martí:
“Contra la verdad nada dura”