El arresto del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva forma parte de un proyecto para destruir los logros de los trabajadores y llevar hoy a Brasil al neoliberalismo.

Tomado de Prensa Latina

Así lo afirmó el presidente del Instituto Lula, Paulo Okamotto, en una nota de esa fundación suprapartidaria publicada en la página oficial del Partido de los Trabajadores (PT).

Okamotto enfatiza que el momento del país exige diálogo y esfuerzo de escucha. ‘Hoy tenemos una situación que debemos aprovechar para politizar, informar, movilizar más a la gente. Hemos arrestado injustamente a Lula y el Gobierno de (Jair) Bolsonaro eligió hacer lo que está haciendo’.

El exsindicalista de ascendencia japonesa también refuerza que la bandera #LulaLivre puede abarcar otras luchas del pueblo brasileño, pues el arresto del exdirigente obrero no es un hecho aislado, sino un proyecto político que está en marcha en Brasil durante algunos años. 

Menciona en tal sentido el tema de la reforma laboral, de la seguridad social, la destrucción de la política educativa, la salud, la cultura, ‘la lucha contra la quema de nuestro bosque’, precisa.

También denuncia que ‘estamos construyendo una sociedad, como dice Lula, en el que un 30 por ciento puede viajar, comer en buenos restaurantes, comprar un automóvil, ir al médico, pagar la universidad y el 70 por ciento se suicida para sobrevivir’.

Para enfrentar el desafío de convencer a la población de la tragedia que está ocurriendo en el país, remarca Okamotto, ‘necesitamos alentar a muchos tipos de organizaciones sociales, grupos de personas, colectivos que discuten sobre política’. 

‘Si estás luchando por preservar el bosque, eres un potencial Lula libre, porque el bosque está siendo destruido dentro del proyecto que arrestó a Lula’, refiere.

El exmetalúrgico refuerza además la importancia de la petición de anulación de los juicios del expresidente, presentada por el Comité Nacional Lula Libre, que se entregará a los ministros de la Corte Suprema.

Desde el 7 de abril de 2018, el fundador del PT cumple prisión política en la sede de la Policía Federal de Curitiba, capital del sureño estado de Paraná, por supuestos actos de corrupción, que niega en todo momento.