Argentina – Se intensifica el golpe occidental y el pueblo argentino resiste (+ video)

El asalto sobre Argentina se intensifica. Milei dictó un mega «decreto de necesidad y urgencia» que es un golpe institucional, claramente violatorio de la Constitución y las leyes. El pueblo argentino comienza a resistir este embate antinacional y antipopular.

CAPAC – por Leonardo Del Grosso

La andanada de golpes contra el pueblo y la nación argentinos no se detiene. Las oligarquías más concentradas, nacionales y extranjeras, unidas en el capital financiero de Occidente, se han propuesto y pretenden llevar a cabo la funcionalización total del Estado como aparato represivo a su servicio, como ejército privado oligarquista, mientas al mismo tiempo el gobierno del títere Milei es una gran subasta donde se lotea el territorio, las empresas del Estado y los recursos de Argentina entre los diferentes «señores del saqueo», y en beneficio de los enemigos históricos de la nación: el imperio británico y sus sucedáneos actuales, con los Estados Unidos como su principal exponente. O dicho de otra forma: el capital financiero occidental.

Los buitres que desde siempre, con el mascarón de proa de «la deuda» por delante, históricamente han ido despellajando y comiendo a la nación argentina, hoy, con Macri como vanguardia destellante, directamente pretenden llevar adelante su arcaico y burdo proyecto de «orden basado en reglas». Es el orden mafioso donde los códigos no están escritos. Así como hace Occidente, que destruye el derecho internacional, ignorando soberanamente las reglas expresadas en leyes donde la sociedad (nacional, internacional, o la que sea) encuentra la «juris prudencia» para poder conducirse de manera civilizada, así Milei hace lo mismo en Argentina con el mega DNU que barre con el conjunto de la juridicidad existente. Es sólo el poder crudo, con sus reglas no escritas, reglas implícitas en la violencia explícita. El terror como gobierno. No hay lugar para los débiles.

En este sentido, es coherente que Milei se haya hecho devoto religioso de los anglosionistas. Es coherente que Milei hable bien de la mafia diciendo que «tiene códigos». ¡Qué novedad! Cualquier ser humano tiene códigos. Caso contrario no habría sociedad. La cuestión no son «los códigos», que es lo mínimo elemental que permite la existencia de la comunicación, de la coordinación, del entendimiento mutuo, sino cuáles códigos. Por ejemplo, es un «código» del Estado Terrorista de «Israel», al que Milei admira, hacer masacres, matar niños, torturar prisioneros, bombardear muchedumbres, asesinar civiles en masa (aún a los propios soldados y ciudadanos israelíes), usar armas prohibidas como el fósforo blanco, etc., etc., etc. Entonces, es coherente que Milei quiera destruir la sociedad argentina tal como lo conocemos y hacerla descender a mundos como los de las fantasías de «Grand Theft Auto» o «Mortal Combat», para hacer de esas fantasías la realidad de lo que habría sido (si el modelo Milei prosperara) «una gloriosa nación». Todos contra todos en guerras de pandillas, de pobres contra pobres, y por sobre ese caos los «honorables» jefes de clanes, con su pirámide jerárquica, su escalafón, edificado sobre la guerra, el narcotráfico y el terrorismo como métodos fundamentales de construcción de poder.

los «códigos» occidentales

Es en esa Argentina de «caos dirigido» sobre la cual el saqueo a nuestros recursos y riquezas y la destrucción total del pueblo como sujeto social pretenden avanzar, en beneficio de la estrategia del Pentágono y la OTAN. Libia bien puede ser un ejemplo del destino que nos espera si no logramos detener al desquiciado Milei y a los «sacerdotes», en el sentido más amplio de la palabra, que lo manejan: de ser la nación más desarrollada de África (según el propio ránking del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), nación donde no había familias sin viviendas propias, donde existían altos niveles de justicia social, donde había altos niveles de paz y seguridad para las familias, país hacia donde los pobres de otros países emigraban en busca de trabajo y bienestar; a ser un país desvastado y saqueado por las corporaciones occidentales, centro del tráfico de seres humanos hacia la «culta» Europa, miles de los cuales mueren día a día ahogados en el Mediterráneo.

Memoria del saqueo, película del 2004

El mega-DNU de Milei es la bomba destructora del pre-existente orden jurídico argentino. Según este DNU, ¡ni siquiera se controlará que los autos están en condiciones mecánicas adecuadas para que haya menos accidentes!

Es cierto que los corruptos políticos y económicos, que hablan de democracia pero temen el poder real del pueblo organizado, vienen horadando el significado real de la democracia y con ello de toda institucionalidad. Es cierto que no es el jetoneo un poder fáctico, y hay muchos, demasiados, que caretean de «jefes», que se pelean por el bastón de mariscal, pero su objetivo siempre es terminar negociando, nunca chocar. Así se han constituído en los mariscales, sí… de la derrota. Es claro que la sociedad ha venido presenciando demasiado de toda esa hipocrecía y por eso una parte importante de ella terminó votando al «flautista de Hamelin», tal la insuperable descripción del Papa Francisco sobre este personaje que nos pretende conducir al despeñadero.

Y si el mega-DNU es la destrucción del estado de derecho, el protocolo «antipiquetes» de Patricia Bullrich es la doctrina militar de esta guerra contra el pueblo para lograrlo.

La resistencia popular

Pero como no se puede tapar el sol con el dedo, la respuesta del pueblo argentino va encontrando la fuerza moral para enfrentar estos golpes. De esta forma, el cacerolazo del 20 de diciembre es el hecho más destacado, anticipado por una movilización de la izquierda y otros sectores que no aceptaron replegarse del todo y mantuvieron la convocatoria a una marcha que, aunque condicionada y encorsetada por el dispositivo represivo de Bullrich, se realizó, como todos los años, en conmemoración de la gesta popular del 19 y 20 de diciembre de 2001, la gesta heroica del pueblo que abrió el cauce a TODO lo de bueno que pudo haber después en Argentina.

De tal manera, miles de argentinos salieron a la calle en un batir de ollas y cacerolas, haciéndose escuchar, en la noche del 20 de diciembre, en todo el país, concentrándose miles, muchos más que en la raquítica «concentración» de apoyo a la asunción de Milei sólo unos diez días antes.

cacerolazo el 20 de diciembre

Pero que la movilización popular relativamente rápida sea lo más destacado y significativo no minimiza el hecho de que gran parte de los gobernadores (en mayoría de signo peronista, pero no sólo de ese signo) se haya manifestado claramente en contra, que gran parte de las organizaciones y partidos políticos (desde la izquierda, el peronismo, hasta vastos sectores del radicalismo) también manifiesten su oposición, y que la inmensa mayoría, sino toda, de la dirigencia institucional del movimiento obrero (CTAs, CGT y otras representaciones sindicales) y, obviamente, las organizaciones piqueteras, están convocando a la movilización contra este plan de ataque contra Argentina.

Indudablemente, toda esta oposición, aunque en su mayor parte moderada, constituye una plataforma favorable para que los sectores más lúcidos y capaces de luchar contra los golpes del neocolonialismo feudal, puedan ir prosperando en su resistencia, sin rehuir el conflicto inevitable.

Paro activo nacional

En este sentido, la convocatoria a un paro activo nacional por parte del conjunto del movimiento popular, con las dos CTAs y la CGT llamándolo, en fecha a definir (calculo que pronto), es vertebradora de la resistencia. Indudablemente que será un paro contundente, en todo sentido, y pondrá a prueba la fuerza del cipayaje oligárquico por un lado, y del movimiento popular por el otro.

Al mismo tiempo, maduran las condiciones para que al programa del saqueo se le vaya oponiendo un programa nacionalista, donde la defensa de la Patria y el logro de la Justicia Social sean su inspiración.

La derrota del Estado Terrorista de «Israel», gracias a la inmensa resistencia de los palestinos y de los demás pueblos revolucionarios de Medio Oriente, y la derrota de Occidente en Ucrania, gracias a la lucha de la Federación de Rusia y los pueblos rusófonos del Donbás, ayudan a los argentinos en su propia resistencia. El enemigo es el mismo. El «orden basado en reglas» de Occidente está en crisis, no porque la mafia no tenga códigos, que indudablemente los tiene, sino precisamente porque los códigos occidentales, típicamente mafiosos, son excluyentes, estrechos, inviables si de la Argentina y de la Humanidad se trata. El supremacismo anglosionista es un plan de decadencia que arrastrará al fracaso a sus heraldos.

(La opinión del autor es de su exclusiva responsabilidad. Las opiniones y/o declaraciones del CAPAC son explícitamente tales)

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