Argentina: el gobierno de Macri rompe relaciones con Venezuela
Por Carlos Aznárez. Tomado de Resumen Latinoamericano.
La decisión implica una jugada con dos efectos similares, por un lado la Cancillería argentina comunicó que ha recibido las copias de las Cartas Credenciales que entregara Elisa Trotta, enviada por el devaluado golpista venezolano Juan Guaidó para que a partir de ahora oficie de «Embajadora» de Venezuela en Argentina. En la práctica, eso significa una formal ruptura de relaciones por parte del Gobierno de Macri con Venezuela Bolivariana.
Más allá de que esto es crónica de una actitud anunciada de obsecuencia y alcahuetería con Donald Trump y sus acólitos, no deja de ser patético el hecho de que Macri y su adláter en Relaciones Exteriores quieran irse arrastrándose, aún más, ante el imperio. Y de paso dejarle el problema al próximo gobierno, que como es de esperar, debería reanudar de inmediato lo que ahora se quiere romper por decreto.
Hagamos historia. A Macri en su obsecada idea de querer colaborar en el derrocamiento de Nicolás Maduro nada le ha salido bien. Desde que llegó al gobierno empezó a ladrar como un poseso y primero lo frenó con gran dignidad la ex canciller Delcy Rodríguez, luego, eufórico creyó el mandatario argentino que aliándose con Luis Almagro en la OEA, podría conseguir su objetivo. Y la realidad mostró que ambos se estrellaron en sus aviesas intenciones, a pesar de que Almagro hizo lo imposible por complacerlo.
Más tarde, vino el Cartel de Lima y ahí si, el macrismo antichavista creyó que era la vencida, mucho más teniendo el apoyo de los dinosaurios del imperio, Mike Pompeo, John Bolton, Elliot Abrahms y el propio Trump en persona. Sin embargo, no pudieron tampoco y hoy ese «grupo», del cual se retirara México, se convirtió en un club de plañideros jubilados, que un día lloran porque «el dictador Maduro» goza de buena salud y otro, critican por lo bajo a los que deciden en Washington por no aplicar mano más dura aún. O directamente insisten en la invasión militar que tanto le gustaría al tandem Bolsonaro-Macri.
Esta iniciativa de último momento, apuntando a seguir alineando «al electorado duro» (por lo fascista de su comportamiento) está condenada al fracaso.
De allí, que esta iniciativa de último momento, apuntando a seguir alineando «al electorado duro» (por lo fascista de su comportamiento) también está condenada al fracaso. Macri no se entera que más allá de su microclima del «mundo de los ricos», en Argentina hay mucha gente del pueblo que admira a Venezuela, que desearía que los cambios revolucionarios que allí implantaron, primero el Comandante Hugo Chávez y luego el actual mandatario, pudieran ser puestos en marcha también en Argentina. Gente de a pie que sabe lo que han significado estos 4 años de capitalismo salvaje y que está deseando que pase el 27 de octubre, para que esa tragedia llamada Juntos Cambiemos quede sepultada para siempre.
Se equivoca el macrismo imaginando ganancia en lo que ya es todo pérdida, pero así como elogian a la dictadura del 76 y siguen entregando la soberanía del país día a día, produciendo miles de despidos, destruyendo la educación, la salud y provocando un apagón cultural extremo, ahora se quieren marchar dándose el gusto de humillar el comportamiento solidario de los argentinos y argentinas en lo que hace a la construcción de la Patria Grande. Esa sintonía que hace que abracemos, con las mismas ganas, el futuro triunfo de Evo Morales y el levantamiento popular en Ecuador contra el Macri de ese país, un tal «Judas» Moreno.
Por último, como a pesar de todo, la ruptura es un hecho, lo más lógico es que la respuesta de los que defendemos la Revolución Bolivariana y despreciamos al macrismo pro-yanqui, debe ser respaldar a la actual embajada bolivariana y los diplomáticos nombrados por Maduro, negarle identidad a una medida de diplomacia golpista encabezada por el canciller Faurie y desconocer desde ya a quien quiera autoproclamarse «embajadora» de quienes no le han concedido ese título.