El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, recordó hoy la ocupación por Estados Unidos, en 1903, del territorio de Guantánamo (oriente), donde mantiene una base naval.

CAPAC – fuente Prensa Latina

En su perfil en la red social X, el máximo representante de la diplomacia de la isla afirmó que hace 121 años esa potencia norteña usurpó 117 kilómetros cuadrados de suelo cubano, que mantiene ilegalmente en contra de voluntad de la nación.

Señaló en su mensaje que en la base naval en bahía de Guantánamo, el Gobierno de estadounidense ha torturado impunemente y viola sistemáticamente los derechos humanos de sus prisioneros.

El pasado 16 de febrero, el presidente Miguel Díaz-Canel rememoró en X que el líder de la Revolución cubana, Raúl Castro, definió la base como “un puñal clavado en el costado de la patria; puñal que nos sacaremos de forma pacífica, civilizada y haciendo valer los principios del derecho internacional”.

Ese día de 1903 los presidentes de Cuba, Tomás Estrada Palma, y de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, firmaron un acuerdo mediante el cual se cedía la porción de tierra ubicada en la oriental provincia de Guantánamo, “por el tiempo necesario y para los propósitos de estación naval y estación carbonera”.

Tal hecho tuvo como antecedente la Enmienda Platt, impuesta a los cubanos en su primera Constitución republicana durante la ocupación militar norteamericana, que permitía a Estados Unidos establecer estaciones carboneras o navales.

El acuerdo se produjo bajo la amenaza estadounidense de intervenir militarmente en la isla por lo que los expertos lo consideran ilegal, a la luz de lo establecido en la Declaración sobre la Coacción Militar, Política o Económica en la Celebración de Tratados, de Naciones Unidas.

Desde su creación, la base estadounidense fue punta de lanza de agresiones contra naciones latinoamericanas, así como de provocaciones contra Cuba a partir de 1959.

A raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, Estados Unidos decidió abrir allí un centro de detención, que mantiene pese a las denuncias de atroces violaciones a los derechos humanos de los prisioneros.