Voces que rechazan prácticas militares de EE.UU en Puerto Rico
Como un acto de «completa sumisión», tildó un senador boricua el accionar de la gobernadora, Jenniffer González. «Retroceso inaceptable»: Las voces que rechazan la presencia militar de EE.UU. en Puerto Rico.
CAPAC – fuente RT
Miembros del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) han repudiado el despliegue militar de EE.UU. en la isla, en medio de la escalada discursiva del Gobierno de Donald Trump contra Venezuela.
«Realmente es vergonzoso para el pueblo de Puerto Rico que la gobernadora se esté prestando para ese papel», declaró a la agencia EFE el lunes el senador del PIP, Adrián González, en alusión a Jenniffer González, máxima autoridad en la isla.
La víspera, la gobernante de Puerto Rico recibió al secretario de Guerra de EE.UU., Pete Hegseth, luego de expresar su «orgullo» por apoyar las operaciones antinarcóticos de EE.UU. en el Caribe.
«Una actitud de completa sumisión, de completa entrega, de haz lo que quieras», aseguró el senador González. «La gobernadora recibiendo con tanta celebración, con tanta pompa, la visita de estas personas que en Chicago y en California no las hubiesen recibido de la misma forma», añadió.
¿Espacio de guerra?
Por su parte, la legisladora del PIP en el municipio de Arroyo, Edra Díaz Santiago, calificó como un «retroceso inaceptable» la presencia de la Marina de Guerra de EE.UU. en las costas arroyanas, refirió Metro Puerto Rico el sábado.
«Lo que vivimos en Arroyo con las prácticas militares de EE.UU. recuerda la amarga experiencia de Vieques y Culebra. Nuestro pueblo no quiere ni permitirá convertirse en otro escenario de guerra. Decimos con claridad: ¡fuera los ejercicios militares de nuestras costas!», afirmó.
La Marina estadounidense utilizó a Vieques y a parte de Culebra como campo de tiro, hasta mayo de 2003. De hecho, medios han reportado que en la actualidad no ha culminado la limpieza de los restos de munición sin detonar.
Tensión en aumento
– En agosto pasado, medios internacionales reseñaron un despliegue militar estadounidense en el Caribe sur para supuestamente enfrentar a los cárteles de la droga. Del mismo modo, la fiscal general de EE.UU., Pamela Bondi, duplicó la recompensa por información que condujera al arresto del presidente venezolano, Nicolás Maduro, bajo la acusación infundada de liderar un «cártel de narcotráfico».
– Esto ha sido denunciado por Caracas como maniobras orientadas a forzar un cambio político y apoderarse de los recursos naturales que posee el país suramericano.
– Para hacer frente al despliegue estadounidense, Maduro llamó al alistamiento voluntario en la Milicia Bolivariana para la defensa de la soberanía de la nación.
– Pese al aumento de las fricciones, el mandatario venezolano se ha mostrado abierto al diálogo con su par de EE.UU., Donald Trump, siempre que no se imponga la «diplomacia de las cañoneras» de su secretario de Estado, Marco Rubio.
– El jueves pasado, el Pentágono denunció que dos aviones militares venezolanos habían sobrevolado «cerca de un buque de la Armada de EE.UU. en aguas internacionales», en algo que calificó como un movimiento «provocador» para interferir con sus «operaciones contra el narcoterror» en la zona.
– Posteriormente, Trump amenazó con derribar aviones militares venezolanos, si ponían a EE.UU. «en una posición peligrosa».
– Mientras tanto, Maduro declaró que el país pasará a la lucha armada si llega a ser objeto de agresión. En este contexto, señaló que Washington «debe abandonar su plan de un cambio de régimen violento en Venezuela y en toda América Latina y el Caribe».