EEUU vs. Cuba, tiempo de dura política

Para el endurecimiento de la política de Estados Unidos hacia Cuba, al presidente Donald Trump le bastaron apenas cinco minutos -literalmente hablando- tras su regreso a la Casa Blanca el pasado 20 de enero.

CAPAC.- tomado de Prensa Latina

Corresponsal jefa en Estados Unidos

De un plumazo revirtió lo que apenas seis días antes había dispuesto su antecesor, Joe Biden, a quien le tomó cuatro años dar el prometido paso de revertir lo que Trump le dejó como herencia cuando abandonó el cargo sin despedirse al término de su primer mandato (2017-2021).

Biden prometió a los votantes demócratas en su campaña electoral de 2020 pasar página, marcar la diferencia respecto a Trump en su política hacia Cuba. Cuando dio el paso, el pasado 14 de enero, fue una acción tardía.

Cuba “ya no debería ser designada como Estado patrocinador del terrorismo”, dijo la Casa Blanca en un comunicado relacionado con la notificación que hizo el entonces gobernante al Congreso.

También emitió una exención para el Título III de la Ley Helms-Burton, conocida como Ley Libertad, por un período de seis meses y rescindió el Memorándum Presidencial de Seguridad Nacional 5 de 2017 sobre la política hacia Cuba para eliminar la llamada ‘Lista Restringida’.

Las medidas fueron recibidas como un deber de elemental justicia hacia el país caribeño y como un paso en la dirección correcta, aunque el bloqueo siguió intacto.

El 31 de enero, el secretario de Estado, Marco Rubio, emitió un comunicado en el que dijo que se restablecía la política “dura” hacia la isla, la cual debe caracterizar los próximos cuatro años.

El jefe de la diplomacia estadounidense no solo devolvió a esa lista a las entidades ya sancionadas, sino que añadió otra: Orbit, S.A., canal para el envío de remesas hacia la nación caribeña.

Según la declaración de Rubio -quien durante su tiempo como senador fue uno de los principales arquitectos de la política contra Cuba en el Congreso de Estados Unidos- Orbit, S.A. es una empresa de procesamiento de remesas que “opera para o en nombre del ejército cubano”.

Por eso, como era de esperar, jornadas después la compañía Western Union notificó que suspendía “con efecto inmediato” los envíos de dinero a la nación caribeña “debido a un cambio en las regulaciones de sanciones de Estados Unidos”.

En su primer mandato (2017-2021), Trump impuso al menos 243 medidas restrictivas para reforzar el bloqueo económico, comercial y financiero que pesa sobre el pueblo cubano hace más de seis décadas y que caracterizaron la política de máxima presión de su gobierno.

La línea de Biden no se apartó en esencia de la de Trump, apenas en algunos movimientos cosméticos hasta que el 14 de enero parece al parecer dejó a un lado la sordera (personalidades de diferentes ámbitos, organizaciones solidarias, movimientos sociales, electores que lo apoyaron en 2020, le pidieron eliminar a Cuba de la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo -SSOT, por su sigla en inglés.

En una carta del 29 de enero a los comités correspondientes del Congreso, el secretario de Estado también retiró “la carta de la administración anterior sobre la Ley Libertad”, dijo. Ocho días antes de abandonar la Casa Blanca en 2021, Trump incluyó a Cuba en la lista de la cual no formaba parte desde 2015, cuando el entonces ocupante de la mansión ejecutiva, Barack Obama, dispuso retirar esa designación, que databa de 1982, en la etapa de Ronald Reagan.

CUBA, AMOR Y SOLIDARIDAD

En realidad, Cuba se conoce en el mundo por su solidaridad, amor, deseo de colaborar incluso con el pueblo de Estados Unidos, por eso resulta inconcebible su inclusión en una lista de supuestos países patrocinadores del terrorismo.

Ese es el sentir de Claudia De la Cruz, directora ejecutiva de la Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria IFCO-Pastores por la Paz, al expresar en una entrevista con Prensa Latina su rechazo a la decisión de Trump de revertir las medidas de última hora de Biden.

Opinó que “es muy importante poder expandir y fortalecer los vínculos de solidaridad con Cuba” en este momento en que toma nuevo oxígeno la hostilidad hacia la mayor de las Antillas, y consideró esencial combatir la desinformación en contra que sale del Gobierno de Trump y de sectores conservadores del Partido Demócrata.

Para nosotros, así como fueron las caravanas de Pastores por la Paz en los ’90 o al principio de los 2000 que hacían una labor de denunciar, de confrontar y de demandar un cese del bloqueo inhumano, de esa misma forma tenemos la necesidad de seguir exigiendo que se saque a Cuba de esa lista, añadió.

Parte de ese legado del reverendo Lucius Walker -que continuó su hija Gail, quien fue directora ejecutiva de IFCO- es el apoyo a Cuba y es lo que seguiremos haciendo desde los Estados Unidos, señaló De la Cruz al insistir que el país caribeño de ninguna forma se ha involucrado jamás en acciones terroristas.

“Sin embargo, los Estados Unidos ha sido coordinador, promotor del terrorismo contra Cuba, un terrorismo que ha salido desde Miami muchas veces”, concluyó.

Samira Addrey, miembro de la junta directiva de IFCO, insistió que en este tiempo de agresividad contra Cuba, es necesario reconocer la labor de esa nación “en cuanto a la salud y la colaboración internacional, que ha sido una proeza y un bastión de esperanza para mucha gente del mundo”.

Yo creo -subrayó- que el ejemplo de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), que “después de 25 años sigue produciendo médicos para el mundo, es una prueba clara de que Cuba ha exportado salud, amor y amistad, mientras que Estados Unidos continúa exportando violencia”.

Addrey, graduada en la ELAM en 2020, advirtió que “desafortunadamente estamos viviendo en un país que sigue teniendo una estructura rota de salud”, en el que no cuentan ni la gente de bajos recursos económicos ni el ser humano, porque “el sistema no se centra en el ser humano”.

VUELTA A LA ROSCA

El secretario de Estado Marco Rubio aplaudió que “el presidente (Trump) actuó en su primer día en el cargo para mantener a Cuba en la lista SSOT, donde pertenece”, expresó en su declaración, desconociendo el trabajo y criterio de las propias agencias estatales que opinan lo contrario.

También descartó en diferentes apariciones públicas cualquier disposición al diálogo con Cuba (país que nunca visitó, pero donde nacieron sus padres), algo que no sorprende porque desde su escaño cuando fue senador por Florida, resultó uno de los arquitectos de la política anticubana en el Congreso.

El 25 de febrero el Departamento de Estado amplió la restricción de visados a personas vinculadas con las misiones médicas cubanas en el extranjero, una medida que afectaría a su vez a los familiares de primera línea de esos individuos.

Con anterioridad, Washington suspendió el mecanismo de solicitud de un grupo de categorías de visas que se utilizan para funcionarios del Estado y sus dependencias, y rechazó decenas de pasaportes.

Tras el anuncio relacionado con las misiones médicas, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció en la red social X que esta medida representa otra agresión injustificada contra el pueblo cubano en pocos días.

“Marco Rubio, el secretario de Estado del país norteamericano, una vez más coloca su agenda personal por delante de los intereses de Estados Unidos. La suspensión de visados asociados a acuerdos de cooperación médica internacional de Cuba, representa la séptima medida de agresión injustificada contra nuestra población en un mes”, escribió el canciller.

La decisión, que se tomó -advirtió- “sobre la base de falsedades y de coacción, pretende afectar los servicios de salud de millones en Cuba y el mundo, para beneficiar a grupos especiales de interés a quienes Rubio sí garantiza el despilfarro de fondos del contribuyente estadounidense”.

Deja una respuesta