Turismo a Cuba: claves de una guerra (+video)
Para impedir que remonte el turismo de Cuba, el Gobierno de EEUU no solo ha diseñado sanciones y acciones específicas. Además, su política cuenta con una red colaboracionista, que presiona y chantajea a personas y compañías de todo el mundo.
CAPAC – por José Manzaneda, coordinador de Cubainformación
Podemos clasificar las acciones de presiones y chantajes judiciales, mediáticos y económicos a empresas de turismo y a operadores que realizan inversiones o comercializan el ramo turístico con Cuba en:
1. Chantaje a hoteleras
Por ejemplo, las empresas hoteleras españolas con inversión en la Isla no solo sufren un ataque judicial sin precedentes, con decenas de demandas amparadas en la Ley Helms-Burton.
Además, son blanco de planificadas campañas de desprestigio.
Es el caso de la compañía Meliá. Organizaciones anticastristas la acusan en medios y redes de ser “cómplice de la dictadura” y «financiar la supervivencia» del “régimen cubano”, y exigen que suspenda “cualquier nueva inversión o actividad” en la Isla. A estas campañas de corte mafioso se unen rostros conocidos como el cantante Yotuel Romero.
2. Presión a comercializadoras
Las comercializadoras de alojamientos son también objeto de presión. Si Airbnb tuvo que pagar, en 2022, una sanción de 91 mil dólares al Departamento del Tesoro, Tripadvisor ha sufrido, recientemente, una campaña específica de boicot. ¿Su pecado? Haber nombrado a Cuba como “mejor destino cultural en el mundo para 2024”.
Los medios digitales de propaganda contra Cuba que financia el Gobierno de EEUU, acusan a Tripavisor de “complicidad (…) con el régimen comunista”, porque “la imagen bonita de Cuba que vende (…) no concuerda con la realidad que muestran los cubanos a diario en las redes sociales”. Tripadvisor también recomienda viajar a ciudades de la India, Filipinas, Kenia, Marruecos, Perú. Pero ¿se imaginan que organizaciones de estos países presionaran a Tripavisor por “vender una imagen bonita” de ellos? No se lo imaginen: semejantes iniciativas son un producto made in Miami.
3. Campañas contra influencers
Veinte influencers, contratadas por un turoperador español para apoyar el turismo a Cuba, también eran objeto de ataques por “limpiar la imagen” de la “dictadura”. “Cada centavo que entra (…) es para la élite de Cuba, para el gobierno. Nadie del pueblo se beneficia con el turismo. Solo el gobierno, el presidente y la élite”, decía la youtuber proyanki Dina Stars. ¿Creen Vds. que se atrevería a decirle esto, en su cara, a quienes viven de arrendar habitaciones a turistas, o a quienes trabajan en los hoteles de la Isla?
El exboxeador estadounidense Floyd Mayweather o la actriz española Carlota Boza, que viajaron a Cuba con el mismo objetivo, también eran increpados. Eres “un instrumento en manos de una de las dictaduras más despiadadas de América Latina”, acusaba a Boza el actor Roberto San Martín, instigador de la campaña #NoTravelToCuba y partidario confeso de la intervención militar de EEUU en su país de nacimiento.
4. ¿Gastar en hoteles y no en salud?
Además de que “los ingresos se los queda el gobierno”, la campaña contra el turismo lanza otros mensajes no menos mentirosos. Por ejemplo, que, “en plena crisis, el régimen invierte más en turismo que en (…) alimentos” o que “en salud”. Demagogia barata que oculta que la construcción de hoteles, en su mayor parte, corresponde a convenios firmes y de inversión de capital extranjero; y que, además, a mediano plazo, aportará ingresos en divisa tanto para la sanidad como para la compra de alimentos.
5. ¿Negocio quebrado?
Que Cuba, tras la pandemia, no remonte como sí lo han hecho México o la República Dominicana es otro de los argumentos para asegurar que el turismo en Cuba es un “negocio quebrado” en “plena debacle” o “derrumbe de turistas”. Pero, ¿han leído que ambos países citados tienen como principal emisor (la mitad del total) el turismo de EEUU, prohibido para Cuba? ¿O que la inclusión de Cuba en la “lista de países terroristas” de EEUU ha reducido, de una manera clara, uno de los principales mercados de Cuba, el europeo? Ni lo han leído, ni lo leerán.
Porque el turismo de Cuba está sometido a la guerra económica y mediática desde EEUU. Que tiene incluso sus teóricos. Un artículo titulado “¿Cuántos turistas recibiría Cuba sin ‘revolución’ y ‘continuidad’?” es un claro ejemplo de colaboracionismo mafioso. “Sin tiranía totalitaria millones de estadounidenses irían a Cuba”. Porque “el embargo no es contra (…) el pueblo. Si (…) hubiese un Estado de derecho y economía de mercado, la industria turística sería privada y no habría Ley Helms-Burton”. Pero “no habrá turismo en grande (…) hasta que los cubanos disfruten de plena libertad. Y punto”.
Se lo traducimos: el turismo de EEUU está prohibido por el bloqueo y, de no estarlo, a Cuba entrarían miles de millones de dólares, que activarían su desarrollo económico; pero como el pueblo cubano sigue respaldando la Revolución, debemos hacerle sufrir hasta que cambie de opinión. Eso sí: en nombre… de la Libertad.