Brasil suspende Telegram por negar datos sobre neonazis y antisemitas
La paralización del servicio será anunciado a las principales empresas de telefonía del país. También ordenaron una millonaria multa por cada día que no entregaron la información solicitada.
CAPAC.- tomado de Telam
La Justicia de Brasil ordenó este miércoles suspender el servicio de Telegram después de que la aplicación de mensajes se negó a entregar a la Policía Federal datos concretos sobre grupos de tendencia neonazi y antisemita.
Ahora, de acuerdo con la Dirección de Inteligencia de la Policía Federal, las principales empresas de telefonía del país -Vivo, Claro, Tim, Oi, Google y Apple- recibirán una carta en la que se solicitará que retiren Telegram de sus tiendas de apps.
Las autoridades brasileñas impusieron también a la plataforma una multa de un millón de reales (en torno a 180.000 euros) por cada día que la empresa no haya facilitado los datos sobre miembros y administradores de un grupo con contenido neonazi.
En el marco de una investigación «sobre grupos nazis y neonazis que actúan en las redes sociales (…) la justicia aceptó que la red que no está cumpliendo las decisiones, en este caso Telegram, reciba una multa de un millón de reales por día y la suspensión temporaria de las actividades», afirmó a periodistas el ministro de Justicia y Seguridad de Brasil, Flávio Dino, en un video divulgado por su asesoría.
Según la Policía Federal, esta solicitud para entregar datos fue presentada tras un ataque a una escuela en Aracruz a comienzos de abril en el que fallecieron cuatro personas.
Las investigaciones determinaron entonces que el autor de la masacre era miembro de grupos de perfil antisemita en Telegram.
Tras esto, el juez del del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, apeló al Gobierno a tomar medidas para controlar los discursos de odio en redes sociales.
Tras esto, el juez del del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, apeló al Gobierno a tomar medidas para controlar los discursos de odio en redes sociales.
Las autoridades de Brasil han mantenido en los últimos meses una relación tensa con la propia compañía de mensajería, a la que ya en periodo electoral instaron a controlar la difusión de informaciones falsas.