De Irak a Cuba: de la propaganda de guerra al periodismo subvencionado (+video)
Cuando se cumplen veinte años de la invasión de Irak, Wikileaks recuerda su famoso video del “asesinato colateral” de “civiles, incluidos dos periodistas de Reuters”, por parte del ejército de EEUU.
CAPAC – por José Manzaneda en Cubainformación.TV
Fue “un momento decisivo en nuestra comprensión” de aquello, asegura la organización, porque hoy, quien “enfrenta una sentencia de 175 años si es extraditado” es el periodista que publicó el video, Julian Assange, y no los autores del crimen ni sus mandos.
En Irak, la guerra militar, cuyo saldo de muertes oscila entre 300 mil y un millón, según las fuentes, fue acompañada de una brutal guerra de propaganda. Y no solo de canales conservadores, como Fox News. Recordemos el editorial de The Washington Post, titulado “Irrefutable”, y tantos reportajes de The New York Times por aquellas fechas, avalando las dos enormes mentiras del Gobierno de EEUU: que Bagdad estaba tras el 11S y que poseía arsenales de destrucción a escala.
Un año tardaron ambos medios en reconocer su error. Demasiado tarde. Después llegó Siria, Libia… Y quienes habían entonado el mea culpa –como el resto de la prensa occidental- volvieron a hacer de taquígrafos de la Casa Blanca y la OTAN. Como ahora hacen contra Rusia.
¡ONG españolas, tomen nota! Porque, hasta junio, la Embajada de EEUU en Madrid tiene abierta una convocatoria de subvenciones para iniciativas “que busquen fortalecer los lazos bilaterales entre EEUU y España”. Eso sí, con un pequeño precio a pagar: deben “apoyar el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN” y “promocionar los derechos humanos en todo el mundo, sobre todo en los países de América Latina”. ¿Se lo traducimos? EEUU paga una pasta por publicar artículos, redactar informes y organizar en Europa conferencias contra Cuba y demás gobiernos incómodos.
Washington vende “prensa libre”, pero busca periodismo pagado y a la carta. Con los “grants” de la NED y la USAID, sostiene el salario de cientos de periodistas de medios digitales que atacan al Gobierno de Cuba, por mencionar un caso. Medios que blanquean la tragedia colectiva que significa el bloqueo criminal contra el pueblo cubano. Pero ¿qué leemos en la prensa occidental? Que son -¡pobrecitos!- “periodistas independientes censurados” por el “régimen” cubano.
Mientras tanto, esta misma prensa occidental aplica la censura a escala planetaria contra medios o periodistas de Rusia, Irán, Venezuela o Cuba. E impone un único relato, el de la OTAN, por ejemplo, sobre la guerra en Ucrania. La Casa Blanca, por su lado, universaliza la censura mediante sus empresas tecnológicas que, hoy por hoy, controlan los flujos de información global: Google, Meta, Twitter, YouTube, etc.
Amenazas a la Argentina, Bolivia y Chile
Este sometimiento de la prensa corporativa occidental –la europea, por ejemplo- a EEUU, es de vergüenza. Hace unas semanas, la congresista ultraderechista de origen cubano María Elvira Salazar, amenazaba al gobierno de Argentina con “consecuencias de proporciones bíblicas”, si en este país se aprobaba la fabricación de aviones chinos, ante lo que “EEUU no se va a quedar con los brazos cruzados”.
Días más tarde, en el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de EEUU, se lanzaban amenazas veladas contra los gobiernos de Argentina, Bolivia y Chile, debido a las inversiones chinas en el litio. ¿Alguna denuncia de semejante matonismo en los grandes medios? Ni media línea. Frente a ríos de tinta para condenar, precisamente, a los gobiernos que sufren la indecente injerencia de EEUU.
Ataques a Venezuela
En su libro de memorias, quien fuera secretario de Estado con Donald Trump, Mike Pompeo, confesaba cómo, mediante sanciones y amenazas, lograron paralizar la industria petrolera de Venezuela; cómo secuestraron, en Cabo Verde, al diplomático venezolano Alex Saab, hoy en una prisión de Miami; y cómo entregaron mil millones de dólares al “gobierno interino” de Juan Guaidó. Sí, el “presidente interino” reconocido, durante años, por la Unión Europea y los medios occidentales.
Ninguno de los cuales, por cierto, ha pedido aún perdón. Ni por el apoyo a un golpista, ni por las miles de muertes provocadas por la hecatombe social en Venezuela, tras la pérdida de más del 90 % de sus divisas debido a las sanciones. Solo un ejemplo: 52 niñas y niños, a la espera de un trasplante, fallecieron después de que Donald Trump expropiara la empresa estatal venezolana Citgo, que cubría el coste de los trasplantes en terceros países. Pero en la “prensa seria”, no leeremos ni una palabra.
EEUU y el “periodismo independiente”
EEUU vende un “periodismo independiente” que no admite en su propia casa. En las protestas del año 2020 contra la brutalidad policial racista, se registraron, en apenas unos días, 430 ataques a periodistas, incluidos 59 arrestos.
El pasado febrero, un periodista de News Nation era lanzado al suelo y arrestado, cuando cubría la rueda de prensa del gobernador de Ohio, sobre el incendio de un tren con químicos peligrosos. Cinco mil personas fueron evacuadas y murieron 45 mil animales. Durante días, se levantó un muro de silencio. Apenas hubo información gubernamental. ¿Leímos algo sobre la “censura en EEUU”? Nada.
Ahora, imaginen que el incendio ocurrido, en agosto, en la base petrolífera de Matanzas, en Cuba, se hubiera tapado durante varios días, o que un periodista hubiese sido arrestado por reclamar información. ¿Imaginamos los titulares?