La unidad junto a Fidel venció el 5 de agosto (+Video)
La victoria popular del 5 de agosto de 1994 fue uno de esos hitos confirmadores de la fuerza indestructible de la unidad del pueblo y de la validez del sentimiento patriótico forjado por la Revolución en la fragua de las enseñanzas y el ejemplo de Fidel.
CAPAC – fuente ACN
No en balde una crónica reveladora, evoca la trascendencia de la irrupción del Comandante en Jefe, con serenidad y aplomo, en medio del tumulto que rodeaba el hotel Deauville, en La Habana: “La presencia de Fidel silenció a los indisciplinados y a los marginales, al punto que, según versiones populares, más de uno soltó las piedras y fue a verlo, por curiosidad o magnetismo.
“El baño de sangre con el que habían soñado muchos buitres para intervenir en Cuba no pasó de ser una revuelta controlada en poco tiempo. Aquel 5 de agosto ganó Fidel, ganó el pueblo, ganó Cuba”.
Entre los antecedentes de la intentona fraguada entre brasas de odio y oportunismo por la camarilla reaccionaria que diseña en Estados Unidos la política y el accionar terrorista contra Cuba se inserta un hecho trascendental: la desaparición de la URSS, el más duro golpe a la economía y sostén comercial del país sufrido hasta ese momento.
Tras el clímax de la bonanza lograda durante los 80 del pasado siglo, gracias a la relación estable con el campo socialista, que permitió paliar en alguna medida los efectos del bloqueo estadounidense, la nueva década irrumpió con la abrupta pérdida de la casi totalidad del comercio en condiciones ventajosas propiciado por la Unión Soviética.
Como consecuencia de la debacle que trajo consigo este suceso político que cambió la geopolítica mundial, desapareció en un abrir y cerrar de ojos el hasta ese momento preferencial suministro de combustibles al país que en su totalidad era suministrado por la URSS.
A diferencia de hoy, la extracción de hidrocarburo criollo representaba una cantidad mínima y apenas se empleaba en la producción de electricidad, sin contar que la mayoría de las termoeléctricas no habían sido adaptadas al uso del crudo pesado cubano.
Así, sin que apenas hubiera tiempo de acomodar la nación a la nueva realidad, el territorio nacional se vio sumido con la llegada del verano de 1994 en la peor crisis económica vivida hasta entonces, con carencia severa de alimentos, apagones que sobrepasaban las 12 horas y la casi total paralización del transporte público.
En el aniversario 27 de los sucesos de agosto, un artículo publicado por el periódico Granma en su edición digital evocaba las condiciones que hicieron propicio el accionar contrarrevolucionario que condujo a los disturbios en medio de aquel momento de crisis bautizado como “Período Especial”.
“Desde el 26 de julio de 1993 se había despenalizado el dólar, y la minoría con acceso a él la pasaba un poco mejor, aunque los cortes eléctricos impactaban en todos por igual.
“Los parlamentos obreros, llamados así por Fidel con toda intencionalidad clasista, habían aprobado una serie de medidas que, a la postre, revaluarían el peso cubano que se cotizaba por esos días a 150 por dólar, y posibilitarían (supuestamente) emprender la recuperación…
“Durante varias semanas los secuestros de embarcaciones alentados por las emisiones de radio desde Estados Unidos habían ido creando una tensa situación en los municipios cercanos al puerto de La Habana”.
El periodista Osviel Castro Medel al reflexionar sobre los hechos relata: “Hubo vidrieras rotas, tiendas de las que se sacaron productos por la fuerza, disturbios en el Malecón, robo de embarcaciones y un escándalo mediático en el Norte, que ya pintaba con alegría desbordada la “sublevación popular” y la consiguiente caída del “régimen”.
“En Miami y en otros lugares del mundo se ha evocado aquel vandalismo como un gran descontento popular, agravado por la crisis económica, que hizo tambalear al país. Le han nombrado El Maleconazo y no han faltado las historias de “represión”.
“Una persona con dos dedos de frente bien sabe que es imposible acallar mayorías sin sacar a la calle un solo tanque o vehículo blindado. ¿Dónde estaban los gases lacrimógenos o los chorros de agua que se usan en tantas partes del mundo? ¿Quién los vio o fotografió? Sencillamente nadie”.
“Si el sistema se hubiera estremecido, como aseguran ´expertos´ y politólogos, ya a estas alturas hubiera en Cuba un gobierno afín a la ´democracia´ de Estados Unidos. (…)
En su comparecencia tras la victoria del 5 de agosto Fidel sentenció:
“No se pueden subestimar los valores morales que este pueblo ha acumulado ni su disposición a luchar. Y quien lucha vence; no hay nadie hoy, por poderoso que sea, capaz de derrotar a un pueblo decidido a luchar, a un pueblo que cuente con un número tan grande de combatientes y de revolucionarios como el que cuenta nuestro país. Estoy convencido de eso.
“Hoy podemos sentirnos realmente satisfechos. Todo esto sirve de entrenamiento, esto nos prepara para futuros combates por duros que sean”.
Estas ideas quedaron confirmadas cuando el 11 de julio de 2021 la unidad de los cubanos dignos aplastó otra miserable intentona y un nuevo líder surgido del pueblo se irguió como ejemplo de que “no ha sido en vano la cantidad de semillas de patriotismo y de heroísmo que se han sembrado (…), porque se ven florecer y se ven fructificar por todas partes”, como el propio Fidel había anticipado.