Policía de la Ciudad de Buenos Aires hostilizó a manifestación de solidaridad con Cuba
En sintonía con los intereses de Estados Unidos, la Guardia de Infantería de la Ciudad de Buenos Aires hostilizó a una manifestación de solidaridad con Cuba.
CAPAC – por Leonardo Del Grosso
La solidaridad
Preventivamente, ante una probable acción de los gusanos, acción de hostigamiento mediático y eventualmente violento contra la embajada de la República de Cuba en Argentina, algunos compañeros militantes populares nos acercamos a la sede diplomática para manifestar nuestra solidaridad con la Revolución Cubana.
La técnica que los apátridas usan contra Cuba es la misma que se usa en todo el mundo contra los pueblos que resisten la dictadura del imperialismo: la mentira sistemática y el hostigamiento constante. Dan fe de ello más de 60 años de bloqueo con sanciones contra Cuba, difamación y noticias falsas permanentes contra la Revolución y sus líderes, agresiones mercenarias como la invasión de Bahía de los Cochinos y acciones terroristas como el atentado contra un avión de pasajeros donde todos murieron, terrorismo que, en total, a lo largo de los años, ha cobrado miles de víctimas civiles.
Es así que, el viernes 11, ante rumores de que algunos mercenarios pagados por Estados Unidos irían a montar su circo mediático de falsedades (que luego son reproducidas masivamente por la cadena internacional de “fake news”), un grupo de compañeros nos convocamos en la tarde de ese día frente a la sede diplomática de Cuba en Argentina.
Los compañeros de ATE, encabezados por el Capitán Oscar Verón (de ATE Vías Navegables y la CTA Autónoma), vinieron con una batucada. Varios compañeros del MTL y del Partido Comunista Argentino, como así también compañeros del Partido de la Liberación, estuvieron presentes. Y otros, como yo, que participamos aportando en el CAPAC, o que simplemente somos eternos agradecidos a Cuba, como el “Pampa” Ubertalli, nos acercamos a Virrey del Pino y Arribeños para apoyar a Cuba y su gobierno revolucionario.
Desde aproximadamente las 15.30 hasta poco después de las 19 horas estuvimos manifestándonos en medio de la calle frente a la sede diplomática, con la Policía cortando el tránsito (sucede que los enemigos de Cuba habían convocado cambiando el horario inicial por otro, lo que a la fin configuró dos horarios posibles para el hecho contra Cuba: a las 16 y las 19).
Durante esas más de tres horas que estuvimos allí varios de los presentes compartimos entre nosotros y hacia los transeúntes que pasaban, mediante un megáfono, nuestro testimonio de lo que es Cuba para cada uno de nosotros, y lo que es en realidad, objetivamente, por que no se trata de “opiniones”, sino de realidades. Y la realidad es que en Cuba hay justicia social: la eduación es para todos, el deporte es para todos, la alimentación es para todos, la vivienda es para todos, la salud es para todos, la vestimenta es para todos. Sencillamente: dignidad. Sencillamente: soberanía popular. Sencillamente: Socialismo. Es que en Cuba gobierna la generosidad en vez del egoísmo, y nadie está abandonado u olvidado por sus semejantes. Todos pueden contar en Cuba con el amor como política de Estado.
[Es cierto que puede que existan algunas diferencias sociales. Pero seamos justos: ¿existe la sociedad perfecta, donde todo está exactamente repartido hasta en su más mínima proporción? ¡No seamos insidiosos!! Sí que hay defectos, como en toda sociedad, pero serán los propios cubanos, que son un pueblo valiente, inteligente y patriótico revolucionario, quienes sabrán corregir, dentro de su propia democracia popular, los desequilibrios que ocurran. La insidia siempre es mala, pero lo es más contra un pueblo asediado y que ha sabido resistir bravamente décadas de hostilidad imperialista y que, además, a la vez ha sido siempre solidario con otros pueblos. Hay que tener la cara muy dura para ser juez implacable, como hace cierta izquierda irresponsable (por decir poco), de quienes son, indudablemente, mucho mejores que todos nosotros].
Varios compañeros, con el auxilio de un megáfono, contaron sus experiencias personales, como lo hizo Nora Velazco, compañera de gastronómicos militante de la CTA Autónoma y de la solidaridad con Cuba, que relató sus hermosas vivencias de cuando viajó al Caimán del Caribe, como también se le llama. Dijo que en Cuba “gobiernan los trabajadores”, que “no vas a ver un niño en la calle” por ningún lado, a diferencia de acá, de nuestra Argentina, “donde yo, cada vez que viajo a mi trabajo, veo familias enteras viviendo en la calle, en miserables condiciones”. “En Cuba eso no lo ves jamás, en ningún lado”, afirmó Nora, y aseveró: “además, tenés cualquier problema de salud, y te dan todo enseguida, todo lo que necesités, desde una operación hasta los medicamentos, cosa que acá no pasa: acá capaz que te quebrás y si sos pobre, por falta de atención o por mala atención, se te suelda mal la pierna y te queda mal para toda la vida; esa barbaridad en Cuba no existe ni en la imaginación”.
«En Cuba tenés cualquier problema de salud, y te dan todo enseguida, todo lo que necesités, desde una operación hasta los medicamentos»
Nora Velazco
Además, Nora contó de su propia experiencia para lograr que su hija pudiera recibirse en la Universidad, los grandes esfuerzos que tuvo que hacer con su familia en una sociedad como la nuestra en Argentina, donde para un trabajador es todo mucho más difícil, mientras que en Cuba sólo el esfuerzo personal para estudiar y superarse es el camino seguro a la graduación en el más alto nivel. Lo mismo se puede decir -explicó Nora- respecto de la elevada situación de la mujer en Cuba, cuya presencia está difundida en los más altos cargos de dirección en general y donde una enorme proporción de las mujeres son científicas.
Por su parte, Rubén Salazar, del Movimiento Territorial de Liberación, aludió a las diferencias entre la ideología que predomina en nuestra sociedad consumista, y la que hay en Cuba, donde predominan los valores humanistas, el gran contraste que hay entre los valores individualistas y los valores altruistas de Cuba.
Por su parte, el Capitán de la Marina Mercante, protagonista de la travesía “navegando con el Che”, y dirigente de ATE, Oscar Verón, se explayó en los numerosos ejemplos de solidaridad internacionalista cubana. Los ejemplos del programa de alfabetización “Yo sí puedo”, o la “Misión Milagro”, donde miles de personas de bajos recursos logran recuperar su visión por operaciones gratuitas para reparar lo que producen las cataratas en los ojos, operaciones que realiza Cuba en todo el mundo y de lo cual la clínica oftalmológica que hay en Córdoba es una clara expresión.
Yo, por mi parte, aludí a la experiencia de Cuba en Haití, donde los médicos internacionalistas cubanos de la Brigada Henry Reeve después del terrible terremoto de 2010 lograron detener una explosiva epidemia de cólera, epidemia traída a la isla La Española (donde están Haití y la República Dominicana) por efectivos del intervencionismo militar de la ONU. También recordé, entre tanto que se puede ejemplificar, el fundamental aporte del internacionalismo cubano en las décadas del ‘70 y ‘80 del siglo XX, en este caso en el plano militar, para la independencia de los estados africanos de Angola y Namibia, y para la finalización del régimen del Apartheid sudafricano, la liberación de Nelson Mandela y la posibilidad de que asumiera la presidencia de Sudáfrica, cosa que ocurrió después de la realización de elecciones sin proscripciones.
Por su parte, el compañero Elías Enrique, del Movimiento de Solidaridad con Cuba de Moreno, se explayó en lo que es el socialismo, su carácter humanista, y la dignidad de Cuba en su inclaudicable resistencia antiimperialista. “¿Qué tendría que decir Cuba, bloqueada sesenta años? ¿Qué se puede perder, qué es lo último que pierde un ser humano?” se interrogó Elías. Y respondió: “la dignidad…” Frente a cualquier país que lucha por su dignidad no cabe otra que la solidaridad”, manifestó. Además, aludió a la seguridad que existe para las familias en Cuba Socialista. “En muy pocos países del mundo los niños van caminando solos a la escuela sin ningún temor de que les pueda pasar algo malo”, afirmó Elías. “Esto es una realidad en cualquier lugar de Cuba”, aseveró Elías.
“En muy pocos países del mundo los niños van caminando solos a la escuela sin ningún temor de que les pueda pasar algo malo; esto es una realidad en cualquier lugar de Cuba”
Elías Enrique
La hostilidad de la Guardia de Infantería de la Polícia de la Ciudad
Cerca de las 19 horas llegaron unos cuatro o cinco individuos que se apostaron en la esquina de enfrente de la embajada. Me refiero a los resentidos que el “Imperio de la Mentira” (como bien lo define Putin) usa para realizar sus montajes y mentirle al mundo. Cegados por su rencor, por su ego herido por el socialismo cubano, estos individuos vociferan su odio ciego para victimizarse frente a un pretendido despotismo que existiría en Cuba, y entonces se prestan, cual actores de teatro, para representar la maliciosa y mentirosa obra difamatoria por la cual el Imperio de la Mentira les paga.
Es en esos momentos en que estos bufones de alquiler aprestaban su circo en que parece que la Policía de la Ciudad de Buenos Aires recibió nuevas órdenes y entonces, en principio, dejaron de cortar la calle. Nosotros, que no éramos cientos, sino sólo algunas pocas decenas, no nos opusimos a tal proceder, sino que nos acercamos hacia la valla que cubría la embajada y nos mantuvimos en ese lugar, permitiendo el paso de los vehículos. Pero poco después, lo que aparentemente resultaba en una medida nada más que para que los autos circularan, se transformó, con la aparición de varios pelotones de infantería de la Policía de la Ciudad, en una orden de que directamente dejáramos la calle para que nos concentráramos en la vereda, pero no la de la embajada, que estaba vallada, sino la de al lado del edificio diplomático. Es así como la Guardia de Infantería, de manera bastante hostil, nos fue corriendo hacía allí a un conjunto de argentinos que nos manifestábamos, de manera pacífica, sin cortar la calle y en un lugar donde no la obstruíamos y, además, sin haber realizado agresiones a los gusanos que se prestan como marionetas para el montaje de criminales mentiras.
Es así como, en la vereda al costado de la embajada de Cuba, procedimos a cantar el Himno Nacional Argentino, en reafirmación de nuestra argentinidad frente a los cipayos que reciben órdenes directas de los Estados Unidos, el mismo país que, con la OTAN y los británicos, mantiene usurpada nuestras Islas Malvinas, y el mismo país que ha provocado la terrible guerra en Ucrania. A esta potencia maligna es a quien obedece el intendente del PRO, Rodríguez Larreta, y todo el contubernio de los que sostienen que el FMI ejerza el gobierno sobre nuestro país.
Poco más tarde procedimos a desconcentrarnos, con una sensación contradictoria: por un lado contentos por haber estado presentes una vez más junto a Cuba, expresando nuestra lealtad a la Revolución; y por otro doloridos porque los cipayos prevalecen aún en Argentina. Sabemos que la resistencia antiimperialista, a fuerza de paciencia, determinación y perseverancia, finalmente vencerá, y haber estado donde estuvimos, en solidaridad con Cuba, es parte del sendero hacia esa victoria. Pero sufrimos el daño moral del predominio de la mentira y la arrogancia.
Lo que pasó ayer frente a la embajada de Cuba, la prepotencia de la fuerza del orden público para quienes nos manifestamos en solidaridad con un país generoso, es otra expresión de lo que le espera al pueblo argentino y a Nuestra América toda bajo los designios del “Imperio de la Mentira”, del contubernio con el FMI.
Cuba no está sola, ni lo estará. Cada expresión de prepotencia imperialista engendrará una reacción de resistencia. Todos juntos, los pueblos de Nuestra América, superando nuestras debilidades y flaquezas, siguiendo el ejemplo de resistencia de Cuba, unidos lograremos, más tarde o más temprano, la segunda independencia.