¿Una revolución de color en Kazajstán?

El contexto geopolítico de lo que ocurre en Kazajstán y el interés de las potencias occidentales en que ocurra precisamente lo que ha ocurrido en este país

CAPC – tomado de Al Manar en castellano

Kazajistán, que comparte miles de kilómetros de frontera común con Rusia y mantiene una actitud activa en las organizaciones económicas y militares promovidas por Moscú, como la Unión Económica Euroasiática (UEEA) y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), está en estos días sacudido por una violencia practicada por un movimiento que tiene perfectamente las características de una revolución de color al estido de George Soros y que ha sido desencadenado por la subida de los precios del gas natural licuado (GNL) y que se inicio en una ciudad en el oeste del país antes de extenderse muy rápidamente a Almaty, la capital económica.

Un grupo de varios miles de manifestantes, perfectamente organizados, entró el miércoles en el edificio principal de la administración en Almaty, a pesar del lanzamiento de granadas y gases de la policía. Sin embargo, poco antes, el presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, anunció la destitución de su gobierno y declaró el estado de emergencia. Con solo leer este comentario de AFP, el lector conocería tanto el origen como el objetivo de este movimiento:

“Esta crisis es la mayor amenaza hasta la fecha para el régimen establecido por el ex presidente Nursultan Nazarbayev, quien gobernó esta ex república soviética hasta 2019, pero que conserva una gran influencia. La subida del gas es percibida por la población como injusta en vista de la vasta extensión de los recursos de gas y petróleo del país … Los manifestantes, algunos de los cuales atacaron vehículos, corearon consignas antigubernamentales como ‘¡Gobierno renuncia!’ y ‘¡Fuera el viejo!’, en referencia al ex presidente Nursultan Nazarbayev, mentor del actual líder y todavía muy influyente”.

Avia.pro señala: “Si estalla un golpe en Kazajstán, las armas hipersónicas rusas podrían convertirse en objetivo de la OTAN. La OTAN podría comenzar a controlar instalaciones estratégicas rusas con los sistemas de misiles estratégicos hipersónicos Avangard en caso de que la política de Kazajistán cambie drásticamente en el contexto de un intento de golpe de Estado. La zona de despliegue del misil hipersónico estratégico ruso Avangard se encuentra aproximadamente a 20 kilómetros de la frontera con Kazajistán. Los acontecimientos que se desarrollan en Kazajistán pueden afectar los intereses nacionales de Rusia, porque, si la república cambia de rumbo hacia una postura pro-occidental, la OTAN podrá controlar las armas hipersónicas rusas.”

Y añade: “Sabiendo que los  misiles nucleares Sarmat se han desplegado cerca de Kazajistán, este cambio de gobierno en Kazajistán afectaría a la capacidad de defensa de Rusia. En su discurso sobre el Estado de la Nación ante la Asamblea Federal el 1 de marzo de 2018, Putin dijo que el Ministerio de Defensa ruso lanzó una fase activa junto con empresas de la industria espacial y de misiles para probar el misil balístico intercontinental pesado Sarmat (ICBM). El RS-28 Sarmat es un prometedor sistema de misiles rusos en silos capaz de llevar de 10-15 ojivas nucleares.

Rusia ha estado desarrollando el Sarmat desde la década de 2000 para reemplazar el misil balístico intercontinental R-36M2 Voyevoda operativo en la fuerza de misiles estratégicos del país desde 1988. Los expertos señalan que Occidente está detrás de las protestas a gran escala en Kazajistán porque, a pesar de la satisfacción de todas las demandas de la manifestantes, la escalada ha continuado y Occidente jugó el mismo escenario que el observado anteriormente en otros países de la CEI (Comunidad de Estados Independientes) como por ejemplo en Ucrania, Georgia, etc.

Rusia tiene la frontera más larga con Kazajistán; alrededor de 7.000 km, que podrían resultar ser un problema grave si la República de Kazajistán cambia su política a una anti-rusa. No hace falta decir que Rusia no permitirá que Almaty caiga. En manos de Occidente, sin embargo, el objetivo real podría ser solo la desestabilización duradera de las fronteras rusas, el agotamiento de sus fuerzas armadas y, por lo tanto, la retirada de Rusia detrás de sus fronteras, una Rusia que ahora tiene una base sólida en el Mediterráneo y Oriente Medio ¿Existe una solución duradera a estos repetidos intentos de desestabilizar las fronteras rusas?

Sí, la transformación de la Organización de Cooperación de Shanghai en un organismo que tenga, entre otros, unos fines militares. Porque, por cierto, este intento de golpe de Kazajistán también afecta a China, que comparte fronteras con dicho país.

Rusia puede beneficiarse, sin embargo, del estrechamiento de su cooperación con Irán. El 28 de diciembre, el portavoz del gobierno iraní, Ali Bahadori-Jahromi, confirmó que el presidente Ebrahim Raisi visitaría Rusia muy pronto, por invitación de su homólogo ruso, Vladimir Putin. Como parte de la interacción estratégica entre Teherán y Moscú, Putin invitó al presidente iraní a visitar Rusia, dijo Bahadori-Jahromi, precisando que este viaje debería realizarse a principios del año 2022 y que se centraría en la cooperación “bilateral, regional y nacional”, particularmente en “a nivel económico y comercial”.

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