Malestar mundial por decisiones de Trump sobre Sahara Occidental
La decisión del presidente Donald Trump de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental causa hoy malestar y críticas en Estados Unidos y en el mundo.
CAPAC – tomado de Prensa Latina
La acción provocó una fuerte reprimenda del senador James Inhofe (R-Oklahoma), presidente del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado y aliado del presidente, quien calificó el paso de reconocer las reclamaciones de Rabat sobre el Sahara Occidental como «chocante y profundamente decepcionante».
«Me entristece que los derechos del pueblo saharaui hayan sido sacrificados», apuntó el parlamentario en sus críticas al mandatario, quien esgrime que la medida es parte de su legado de política exterior.
El paso del presidente de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el territorio disputado del Sáhara Occidental a cambio de que la nación reanude sus relaciones con Israel se enfrenta a un retroceso bipartidista e internacional, comentó el diario digital The Hill.
Los más críticos de la política de la Casa Blanca en el Oriente Medio apuntan que la política responde al interés del mandatario de impulsar grandes ventas de armas en la región, mientras patentiza su desprecio de los derechos humanos.
Asimismo censuran a Trump por descartar décadas de mediación multilateral y haber legitimado la apropiación de tierras por la fuerza en violación del derecho internacional.
Me preocupa que este anuncio eche por tierra un proceso de la ONU creíble e internacionalmente apoyado para abordar la disputa territorial sobre el Sáhara Occidental, opinó el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Eliot Engel (D-Nueva York).
El jueves último el mandatario estadounidense anunció en Twitter que su país reconocería los reclamos de Marruecos sobre el territorio anexado en el Sahara Occidental, mientras que Rabat comenzaría a reanudar las relaciones diplomáticas con Jerusalén.
Marruecos se anexó partes del Sáhara Occidental en 1979, pero no recibió reconocimiento internacional de sus reivindicaciones frente al conflicto con el Frente Polisario, que representa al pueblo saharaui.
El creciente número de países que normalizan sus relaciones con Israel es también una prioridad fundamental para el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu, que probablemente se enfrentará pronto a una cuarta ronda de elecciones y está luchando contra el descontento popular por sus crecientes batallas legales, aseguran analistas.
Hasta el exasesor de Seguridad Nacional John Bolton se opuso al paso dado por el mandatario y dijo que su exjefe se equivocó al abandonar treinta años de política estadounidense sobre el Sáhara Occidental sólo para conseguir una rápida victoria en política exterior.