4F. El Golpe del 92. Por Stella Calloni
La reconocida periodista argentina Stella Calloni repasa los acontecimientos y las repercusiones de aquel mes de febrero de 1992 que significó la aparición de Hugo Chávez Frías en la escena política venezolana y cuál era el contexto internacional de entonces.
CAPAC – Fuente: Red en Defensa de la Humanidad – Por Stella Calloni
En este tercer capítulo de mi libro que contiene además trece entrevistas con el Comandante Hugo Chaves Frías, la primera en julio 1994 en Caracas, publicada en La Jornada de México, que causó impacto por las definiciones antimperialistas y de raíces revolucionaras, al que querían presentar como un militar golpista, como los que sembró EE.UU. en Nuestra América.
Incluso el manifiesto de Chávez fue rápidamente sacado de circulación porque estaba muy claro que se trataba de un alzamiento cívico militar con apoyo popular ya que llegó como una respuesta de militares jóvenes a la brutal represión a un pueblo que se levantó en febrero de 1989, en el primer gran levantamiento contra el neoliberalismo sin anestesia que intentó imponer el presidente Carlos Andrés Pérez a escasos días de asumir el gobierno.
Más mil muertos a manos de policías y militares fue el resultado de la represión ordenada por Pérez, pero ese alzamiento y esas muertes desnudaron la cara oculta de Venezuela, la extensión de la pobreza , de la discriminación y el olvido. Y la falsedad de lo que se vendía al mundo como una democracia casi perfecta. Para el grupo de militares que encabezaba Hugo Chávez Frías esto fue la señal para su proyecto revolucionario que se convertiría en el pensamiento contra hegemónico que fue y es el bolivarianismo. Simón Bolívar en Venezuela, José Martí en cuba, ambos héroes de la patria grande.
4F. El golpe del 92
Condiciones nacionales e internacionales en que se produjo la rebelión del 4 de febrero de 1992
La situación imperante cuando se produjo la rebelión del 4 de febrero de 1992, tanto en las condiciones nacionales como en las internacionales, con un cuadro mundial totalmente desfavorable a causa de la desintegración de la unión Soviética y los consiguientes cambios de sistema en los países del este europeo al pasar del socialismo al capitalismo: la violenta penetración de Occidente con todo su poderío militar en el Medio Oriente, tras la Guerra del Golfo, para ejercer un dominio omnímodo en una región considerada de mayor importancia estratégica del mundo. El 20 de diciembre, Estados Unidos invadió Panamá, para “exterminar “ al torrijismo y a las Fuerzas de Defensa, creadas en ese país para defender el Canal de Panamá en la llamada “zona del Canal” donde estaba el Comando Sur estadounidense de trágica memoria para América Latina.
Por otra parte, lo que se denominaba consolidación del sistema democrático en América Latina, en el cual Venezuela ocupaba un lugar destacado que parecía invulnerable a la insurgencia militar, pero que por otra parte era un sistema desprestigiado y propenso a desintegrarse, aunque no lo parecía, causado en gran parte de los continuos escándalos de corrupción que caracterizaban en forma cada día más evidente a los gobernantes de turno y, precisamente, Carlos Andrés Pérez era la cabeza más destacada de la podredumbre de los últimos años del puntofijismo.
Pero la calma venezolana era aparente. Los altos mandos militares, en su mayor parte desprestigiados por la corrupción que también los envolvía, sabían que las jóvenes promociones conspiraban, y los hombres de la alta política estaban en conocimiento del descontento existentes en las Fuerzas Armadas. El general Carlos Julio Peñaloza, comandante del Ejército, y el ex presidente Luis Herrera, meses antes del 4 de febrero, en declaraciones públicas lo habían advertido, pero Punto Fijo, enamorado de sí mismo como Narciso ante un espejo creía en una luna de miel eterna.
Carlos Andrés Pérez dormido en el lecho de rosas de su prestigio se llenaba la boca elogiando el espíritu institucional y democrático de “los oficiales de la democracia”, que para él eran los graduados después de 1958.
Del volcán brotaba lava hasta que estalló con la rebelión de los cinco comandantes: Hugo Chávez Frías, Jesús Urdaneta, Francisco Arias Cárdenas, Joel Acosta Chirinos y Jesús Ortiz Contreras, y más de ochocientos oficiales y suboficiales profesionales de carrera, y diecisiete unidades del ejército. Si constituyó una sorpresa la extensión de las unidades comprometidas en el movimiento, mayor fue todavía comprobar las simpatías que despertó en la inmensa mayoría de la población.
El año 1992, a medida que crecía el repudio hacia el gobierno de Pérez, aumentaba también la posibilidad de que estallase una guerra civil, acrecentando todo ello cuando ocurrió la rebelión de la Fuerza Aérea y algunas unidades del ejército y la armada al producirse el “Movimiento 5 de julio” comandado por los contralmirantes Hernán Guber Odremán y Luis Cabrera Aguirre, el general (FAV) Francisco Visconti, el coronel (EJ) Higinio Castro y el mayor (FAC) Carlos Salima, el cual, pese a haber sido develado al igual que el del 4 de febrero, puso otra vez en evidencia la gravísima crisis institucional, agravada cuando se puso al descubierto el robo descarado de Carlos Andrés Pérez de 17 millones de dólares, los que, como excusa, declaró habían sido utilizados en la partida secreta, falso argumento rechazado por la Corte Suprema de Justicia ante las evidencias irrebatibles del fraude cometido, por lo cual fue destituido de la presidencia de la república y sometido a juicio en mayo de 1993.
(Texto extraído del libro “Dos generaciones frente a frente: 1962-1992, Víctor Hugo Morales, Ediciones de la Asamblea Nacional, Caracas, Venezuela 2002).
Carta del teniente coronel Hugo Chávez (extractos):
La acción militar que se llevará a cabo inmediatamente, tiene como propósito desalojar del gobierno a quienes han envilecido paulatinamente el alma de nuestra república de Venezuela.
Nosotros, como militares herederos de nuestro ejército Libertador, no podemos permanecer indiferentes a lo que hoy suceda. El inmenso grado de corrupción que plaga todas las esferas de nuestro país, la gran cantidad de privilegios con que cuentan algunos, la falta de castigo a las personas que todos sabemos culpables de haber tomado indebidamente dineros públicos, las políticas económicas que colocan en posición deplorable a los venezolanos más sencillos, la venta a consorcios extranjeros de nuestras empresas fundamentales, la imposibilidad que tienen la inmensa mayoría de los venezolanos de satisfacer sus necesidades básicas, la ineficiencia del sistema de salud y de todos los servicios públicos, y en fin, el desconocimiento de nuestra soberanía en todos los terrenos, nos fuerza a tomar una acción destinada a reivindicar la democracia.
Si las razones invocadas no se entienden suficientes, una razón más es indiscutiblemente válida para intentar una acción que involucra el riesgo de nuestras vidas: el presidente de la República no es una persona confiable para representar al país en las negociaciones sobre el Golfo de Venezuela. Dice una cosa un día y otra distinta al día siguiente. No es persona de una sola palabra. Nadie puede tener seguridad en sus afirmaciones. En el alto mando de la República deben estar personas cuya palabra sea creída y que su condición ostensiblemente ligada a los intereses de los venezolanos esté a la vista de todos.
Si nuestro movimiento resulta triunfante, le entregaremos el poder a nuestro pueblo para que vívidamente lo ejerza, y venezolanos que ostentan con orgullo su condición, serán llamados para administrar los asuntos públicos. Si nuestro movimiento no llegare a alcanzar los objetivos deseados, sabemos que la mentira se utilizará para descalificarnos y que la tortura más inmisericorde, como práctica habitual de quienes nos gobiernan, se utilizará contra nuestros cuerpos. Si esta última circunstancia se presenta, en manos de nuestro pueblo y de nuestros compatriotas más dignos dejamos la defensa de nuestras vidas.
A la víspera de nuestra acción, esperamos que los venezolanos ejerzan, como enseguida lo haremos nosotros, el derecho constitucional a la rebelión, y deseamos que nuestros compañeros de armas, educados en el pensamiento y en la acción del Padre de la Patria, sean capaces de asumir una nueva conducta cónsona con los ideales de Simón Bolívar.
Tras entregarse a las autoridades, el teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías, líder de la rebelión militar, declaró por la televisión venezolana:
En primer lugar, quiero dar los buenos días a todo el pueblo de Venezuela. El siguiente mensaje bolivariano va dirigido a los valientes soldados que se encuentran en el Movimiento de Paracaidistas de Aragua y en la Brigada Blindada de Valencia.
Compañeros: lamentablemente, POR AHORA, los objetivos que nos planteamos, no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros aquí en Caracas no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien por allá. Pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre, ya es tiempo de reflexionar. Y vendrán nuevas situaciones. El país tiene que rumbearse definitivamente hacia un destino mejor. Así es que oigan mis palabras, oigan al comandante Chávez que les lanza este mensaje para que por favor reflexionen y depongan las armas. Porque ya en verdad los objetivos que nos hemos trazado a nivel nacional es imposible que los logremos.
Compañeros: oigan este mensaje solidario. Les agradezco su lealtad, les agradezco su valentía, su desprendimiento, y yo, ante el país y ante ustedes, asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano.
(El Universal 5 de Febrero).
5 Febrero 1992
Programa del Movimiento Revolucionario Bolivariano.
Un cable de la agencia AFP, publicado el 6 de Febrero por el diario limeño La República, describe así el programa de los militares rebeldes venezolanos:
El Movimiento Revolucionario Bolivariano, de los oficiales rebeldes, concretó una tendencia incubada desde hace meses en las Fuerzas Armadas, a partir de las discusiones sobre soberanía, papel de los ejércitos en América Latina y problemas sociales y económicos del país. Sobre esa base, según ellos, los oficiales más decididos buscaron apoyo entre camaradas de armas y, también para un programa “nacionalista y popular”, de cinco puntos:
1- Rescate de la soberanía. Los oficiales incluyeron aquí tesis que contraponen a las políticas seguidas por el presidente Pérez: defensa intransigente de los alegatos nacionales sobre el Golfo de Venezuela. También firmeza ante la penetración de los “garimperios” en la frontera sur del país, y revisión de la entrega de empresas estatales básicas, como la telefonía, a consorcios privados internacionales.
2- Revisión de la política económica. La política neoliberal del presidente Pérez sería objeto de cambios, especialmente de las medidas que liberaban recursos para servir la deuda externa ante la banca internacional y de las medidas que consideraban perjudiciales para la agricultura y pequeña y mediana industria.
3- Plan de emergencia contra el hambre y la miseria. Los insurrectos prepararían una serie de decretos ley para “facilitar la creación de miles de empleos y para incrementar masivamente la producción de alimentos”, habida cuenta de las estadísticas según las cuales un 80% de los venezolanos vive en situación de pobreza, y la mitad de ellos en situación de pobreza crítica.
4- Juicio a los corruptos (…)
5- Convocatoria a una Constituyente. Los rebeldes asumirían el poder Ejecutivo mediante un decreto ley fundamental al que darían valor semejante al de la Constitución (que data de 1961), pero simultáneamente prepararían la convocatoria de una Asamblea Constituyente, para movilizar al electorado hacia el debate de los temas para los que reclamaban nuevas definiciones.
Reacciones en la prensa angloamericana.
Reproducimos a continuación extractos de comentarios y artículos transmitidos o publicados en diversos órganos de información angloamericanos sobre el intento de golpe de estado en Venezuela.
BBC de Londres: “La economía de Venezuela ha sido exitosa según el FMI, pero no según la población, donde ha habido una caída drástica en el nivel de vida”, dijo la comentarista de asuntos latinoamericanos de la cadena de radio British Broadcasting Corporation el 4 de Febrero. Añadió que la austeridad del FMI es la causa del levantamiento y el aparente “éxito” se logró a “un precio muy alto”. El hecho de que esto haya sucedido en el país que se enorgullece de ser ejemplo de la democracia latinoamericana “hace sonar las campanas en Venezuela y el resto de Latinoamérica”, señala.
Wall Street Journal de Nueva York: “El intento de golpe muestra que aun las democracias más estables del continente son amenazadas por los severos ajustes económicos realizados cuando Sudamérica busca incorporarse a la economía mundial”. El periódico estadounidense señaló el 5 de Febrero que “la rebelión lanzó dudas sobre las reformas de libre mercado (…) e hizo pedazos la imagen de una Venezuela rica en petróleo y una de las democracia con mayor estabilidad de la región, lo cual lleva a los analistas a preguntarse si Pérez puede poner en marcha la severa política que ha provocado la intranquilidad en casa pero que llevó a muchos en el exterior a alabar al país como modelo de reforma.
“Para muchos venezolanos, esas victorias aparentes, logradas a través de la privatización de algunas empresas estatales, reducciones radicales en los impuestos a las importaciones y subsidios y la desregulación de la industria, se ha traducido en un gran desempleo, decrecientes patrones de vida y depreciación de la moneda…”
El 7 de Febrero, este mismo diario publicó un artículo de Carlos Ball que dice: “El presidente Pérez pudo escapar dos veces, primero de la mansión presidencial y un poco después se refugió por un rato en un hotel de mala reputación, antes de irse al edificio central de televisión de su amigo Gustavo Cisneros. Parte de la tragedia es que la mayor parte de la prensa nacional e internacional culpa a la política de “libre mercado” del señor Pérez. No comprenden los principios diametralmente opuestos del capitalismo de mercado vs la doctrina mercantilista del país. Parte de la culpa, no tengo duda, se debe a que el gobierne ha aceptado alegremente la política del FMI.
The Guardian de Londres: 1992, quinto aniversario del descubrimiento de América, pudiera ser irónicamente el año en que los gobiernos latinoamericanos “descubrieron que el neoliberalismo no es la respuesta a todos sus problemas”, dice la comentarista Sue Blandford, de la BBC de Londres en un artículo publicado el 5 de Febrero. Blandford dice que del 80 al 90% de la población venezolana está en contra de las “reformas” del presidente Carlos Andrés Pérez, y los líderes del golpe de estado representan la “facción populista nacionalista” de las Fuerzas Armadas “enojada por los niveles de erosión continua de los niveles de vida”. Blanford añade que varios importantes pensadores venezolanos “tienen simpatía por el sentimiento general de descontento social que sustentó al golpe”.
Reuter, Reino Unido: El 6 de Febrero esta agencia de noticias informó: “El fallido golpe militar de Venezuela es improbable que incite golpes en otros lados, pero obligará a los presidentes latinoamericanos a preguntarse qué tan lejos pueden ir con las medidas de austeridad económica”. Añade que en Brasil fuentes diplomáticas comentaron que el intento de golpe probablemente alarmó al presidente Fernando Collor de Mello, quien sigue una severa política económica similar a la de Carlos Pérez. “Collor debe estar preocupado por la aversión mostrada en Venezuela por la misma política que él aplica, especialmente dado que Caracas tiene una mejor historia democrática que Brasil”, declaró un diplomático a la agencia Reuter.
Washington Post: “Los rebeldes venezolanos atraen amplio respaldo”, informó este diario el 6 de Febrero y añade “El golpe tuvo amplio respaldo de los oficiales y la simpatía pública, y se disparó por los amplios argumentos sobre la corrupción del gobierno y la disminución de los salarios del ejército. Los líderes del golpe trataban de rescatar al pueblo venezolano, tan herido por los político, la demagogia y la burocracia”.
El 9 de Febrero el mismo diario informó que un venezolano declaró: “Mi esperanza era que mataran a Carlos Andrés Pérez”. El corresponsal del diario señala que ese es el “sentimiento prevaleciente en los barrios pobres”. Otro venezolano declaró que si hubieran matado a Carlos Andrés Pérez, habría un ladrón corrupto menos; todos los días gano más y puedo comprar menos. La gente sabe quiénes son los corruptos y ya no creemos en los políticos y ya no tenemos opciones”.
New York Times: “En el último intento de golpe serio en Venezuela, en 1962, los sindicatos y los partidos políticos encabezaron manifestaciones de masas a favor del gobierno constitucional. Esta vez la amenaza a la democracia de Venezuela encontró una ominosa falta de manifestaciones públicas”, dijo este diario el 7 de Febrero.
Carta de Hugo Chávez Frías al pueblo venezolano desde la cárcel
“No busques la Patria, debes luchar por ella”
“Les habla el comandante Hugo Chávez Frías, uno de los cabecillas del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, movimiento que decidió insurgir contra estas cogollocracia, contra este sistema que está carcomiendo las bases fundamentales del pueblo venezolano.
Desde aquí, desde los calabozos de la dignidad, en este Cuartel San Carlos, les enviamos este caluroso y patriótico saludo bolivariano, con el más profundo deseo de que sea transmitido de esa misma manera y con tal intensidad para todo el pueblo de Venezuela.
Nos estamos preparando para enfrentar un juicio histórico y contamos con todo el pueblo de Venezuela, para que a través de este juicio nosotros definitivamente le digamos al mundo, que es una decisión irrevocable de este glorioso y bravo pueblo venezolano, el seguir luchando por lograr la Venezuela que esperamos, la del siglo XXI, que es la Venezuela de las nuevas generaciones.
Con el paso de los días y con el apoyo del clamor del pueblo venezolano, estamos seguros que vamos a llevar a la raíz, a la esencia de este pueblo, las razones profundas que nos llevaron a tomar esta histórica decisión.
Les llevamos la profundidad de lo que para nosotros significa el “Árbol de las tres raíces”. Quiero decir con esto, el marco filosófico que nos orienta, el faro luminoso que aparece en el horizonte oscuro de los nubarrones de la patria venezolana.
“El árbol de las tres raíces” significa una estructura diferente y enraizada en el pensamiento y en el modelo político de tres ilustres venezolanos que nos antecedieron en la lucha por la Patria que buscamos y que queremos. La raíz Robinsoniana, la raíz Bolivariana y la raíz Zamorana.
Con aquel ilustre maestro de Simón Bolívar, quien cambió su nombre por el de Samuel Robinson, comenzamos con la raíz Robinsoniana llevada en concreto a la profunda dicotomía existencial de “inventar o errar”. Es necesario inventar nuevas instituciones para las nuevas situaciones, es necesario inventar procedimientos para los nuevos hombres.
Con la raíz Bolivariana de aquel pensamiento inmenso en la profundidad del alma venezolana, cuando el líder Simón Bolívar lanzaba, desde las riberas del impetuoso Orinoco aquella consigna tremenda que nos quedó en el alma de civiles y militares venezolanos, cuando decía Simón Bolívar: “dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando convoque la soberanía popular para que ejerza su voluntad absoluta”. Nosotros insurgimos el 4 de febrero con el escudo de las armas bolivarianas a nuestro mando, para convocar a todo el pueblo de Venezuela que realmente y por alguna vez en su historia, ejerza su voluntad, que es absoluta.
Y la raíz Zamorana, tremendamente vigente, tremendamente estremecedora, como lo cantaban las tropas de Zamora: “el cielo encapotado anuncia tempestad”. Bajo aquellas tres consignas de su proyecto “tierras y hombres libres, elección popular y horror a la oligarquía”.
He allí, compañeros y amigos compatriotas venezolanos, el “Árbol de las tres raíces”, figura filosófica que orienta nuestro planteamiento de un nuevo modelo ante el cual deben rendirse los modelos traidores que han llevado a la Patria venezolana a la postración en que se encuentra.
Finalmente quedan ustedes, y transmitan al pueblo venezolano y el mundo, nuestra más irrevocable decisión de sacrificio y de entrega para el pueblo de Venezuela, para su libertad, para su igualdad y para orientarlo en la búsqueda de los nuevos tiempos. Como dice un poeta dominicano: “si quieres saber cuál es tu patria, no la busques, tendrás que luchar por ella”.